A LAS CANCIONES DEL INSTINTO
Homenaje a una amiga admirada y a una de mis grandes amadas
I
Me embriago con el pensamiento puro de la piel
Con el cincelero recuerdo del tañido del bronce
Y con los colores del oleo que patina a los sentimientos
Se agita el reloj que se devora a nuestro tiempo
Muta el color del hambre de nuestra poesía
cual fragmentos de recuerdos de nuestros cuerpos
Exhumo cadáveres envejecidos
y silencios finales de agonías
Son huellas de hielo que se derriten
con el regusto del sabor de tu sexo
II
Dancemos con el fuego de la noche
¡Jamás fui sucio carroñero de vaginas!
Te arponee cual pupilas de tormentas
y la resolana emplumada de sus espumas
Deseo envejecer contemplando crepúsculos
Ser despierto como los náufragos por pájaros
Los versos son pavos reales que se pavonean
rebuscando a una aprendiz del juego sucio
Siembro semillas de recuerdos, antes que salga el sol
El canto de las garzas urde un concierto emigrante
Imagino a los hombres que se marchitan en la selva
Soñadores desnudos que corean versos para evitar la ruina
III
Mis raíces sonde sal, verdes y con aroma a hato
Llevo nuestra historia grabada sobre las palmas de las manos
Mi destino fue un jardín menguado por las siete plagas
Le auguro a mis genitales corolas con buen vino
Prescriben mis ilusiones mutadas en cenizas
El parpadeo de las llamas se devora mis sueños
Intento conservar el equilibrio entre la vida y la muerte
Rebusco los colores de la vida ¡en la ceguera del absurdo!
Mis versos son el canto del pasar de los suspiros
¡Es conciliar el descanso sobre un pedregal de espinas!
Mis fuerzas se marean con el vaivén de los instintos
¡Me encandila la voz del fuego de este verano!
IV
No derrochemos la ansiedad del trigo de nuestras heridas
Busco el nido en tu espesura como una luciérnaga kamikaze
Es la avidez que despierta la carnada en el pecho del pez
Me siento derrotado por los gritos de las necias espinas
Sé que ahora tienen que ser lentas las sombras de los pasos
Para no envejecer mimetizado cual camaleón en el silencio gris
No me imagino llorando como los cadáveres de los guerreros
que se deslizan en la bruma empuñando con muñones sus espadas
Batallo contra las nostalgias y los fuegos de las agonías
contra el temblor que hastía, lacera y me desolla
Contemplo como un niño los manjares del paraíso perdido.
V
La tristeza me seduce a bailar un vals
Me siento menguado a pedazos por la vida
Intente conciliar con dios una tregua imposible
¡Lato como una piedra insomne del fuego!
Mi cuerpo siente sed como la tierra
Deseo mutar en mar después de ser: rio y nube
La canción más hermosa del fuego son mis hijos
Testigos de mis marchas y de los silenciosos secretos
Soy más un resucitado que un hombre muerto
Brizna de la dignidad y de los valores
Pregono cortar las raíces de nuestra absurda guerra
Aligerar el paso de las marchas cual banderas blancas
VI
Te conozco y reconozco que eres ¡mujer única!
Ceniza de los recuerdos lujuriosos del ímpetu ardoroso
Hoguera encabritada por la prematura aurora
Tu grupa inventó agonías y tormentosas mareas
Me hundo en la bruma de un desierto absurdo
Fatigado como el humo de las batallas libertarias
El enemigo murte no escapará de las palabras justicieras
así escondan la vergüenza cual engendros de lupanares
Brillas como la efusiva pasión de los gritos de las espadas
Tu cuerpo es un viñedo de tonadillas y candilejas enamoradas
Eres un perpetuo poema provocador de tonadas sensacionales
Desatas fugitivos versos con brillo ¡azul ocaso!
Brotan mariposas del imaginario de tu instinto
como un brindis de besos y de indomables pieles
VII
La agonía de los cristales de mi cuerpo
Carcomidos por el orín de las vainas
y por el rojo que brota de los sueños
de las arenas paganas y del llanto de los vientos
Le suplico a tu vida que no me abandone
Agonizo derrotado y devorado por el desplacer
El instinto vacio se disfraza de sorpresas
como el perfume ausente en el canto de los senos
La ausencia es la sombra frenética de tu carne
Agonía que se hunde cual placer pagano en el olvido
Lapida sin piedad al fuego de nuestros deseos
¿Hasta cuándo podré conservar puros mis pensamientos?
VIII
Le apuesto mi alma y mi cuerpo al diablo
No le mendigaré tiempo a las arenas de mi clepsidra
Así como no se detiene cuando se agotan las baterías
El destino es un derroche de momentos
Como las melodías seductoras de un saxo
Pregúntale al collar que me pusiste ¿Qué siento?
No deseo ser un relámpago fugaz por tu vida
Llama a la impavidez de mi lenta agonía
Verde como el verde de las hojas y la grama biche
Verde como los montes y el viento de tu cariño
Regálame el sabor de tus besos y de tus praderas
Déjame descifrar por un instante: el amargo de tu respiración
Cabalguemos desnudos al necio lomo del fuego
IX
No me pidas que te devore más que una hoguera
Nunca creí en las miradas enamoradas de tu instinto
Amargas como las agonías de los romances no visionarios
Así nos bronceemos con protectores la osamenta
¿Será qué un moribundo, le inspira perdón a dios?
Me intimida el veneno de las miradas de las agonías
Le suplico bienaventuranzas al perdón de tus besos
Le propongo una tregua a los silencios de tus heridas
Quiero ser el carmín del rojo de tu sangre
El espejo del futuro fucsia de tu vientre
El veneno de una campana de oro que replica
Embelleciendo con colores los pechos del verano
X
No me desveles con el insomnio ácido del desprecio
A veces me desesperas más que el zumbido de un zancudo
o el atroz aliento de la nauseabunda nicotina
¡Me hechizan las siluetas marihuanas de tu cuerpo caliente!
Alucino con la música de los sentimientos vivos y de los muertos
Los que reviven historias de rayuelas y bocetos eróticos
Teñiste con azabache los cabellos dulces de mi vida
Eres la cruz del emprendimiento y la sombra del Edén
Me confundes con el ardor del sol que espanta a las ratas
No podrán escapar los murtes del ojo de águila de las palabras
Los lapidará la vergüenza y se reproducirán maldecidos
La poesía es la metáfora de la luz, del fuego y del látigo.
XI
Es multicolor el tornasol de los vientos del instinto
Me fascina jugar a la guerra y responderles a los hijos de puta
No le permitiré desasosegarme a la guadaña de los sueños
Me encanta el sabor de la pitaya, del ron y de tu boca
Incineremos al memorial de agravios de los malos recuerdos
Gocemos del milagro de la luz y de la nobleza de nuestros hijos
Conciliemos el placer de las fabulas que jamás enmohecieron
Fui el cilicio que calcinó con eclipses tus deseos de preñeces
Las palabras de las hieles son dolorosas cual sal sobre laceraciones
Es inhumano el odio de tus miradas y de tus deseos oscuros
Las necedades de tus hostilidades, enloquecieron mi paciencia
Vomité y la mirada se ensangrentó como un alma herida
Las entrañas de tu cuerpo lucen como un vagón con desechos
Se secó la demencia de tus piernas y de tu cuerpo jinetero
Declaro culpable a la arrogancia de tus necios celos
A la soberbia de una sangre con poca memoria y estirpe
Me confunde el estupor del humo y los símbolos de los sueños
Sé que no se debe perder a perpetuidad el tiempo ni las ocasiones
El amor es la estrella fugitiva que simboliza a nuestro futuro
Es frágil el aliento de la creación cuando envejecen las ideas
Pienso como un prófugo de las guerras del corazón
Esta noche podría escribir versos para la música de los sinfines
Adoro las caracolas cósmicas de las pasiones que ululan
Como las siemprevivas y los alacranes impúdicos y lascivos
XII
Mi envejecido corazón se cansó aguardando el gran milagro
Reflexiono como un lobo sediento con tus angelicales palabras
La demente noche se acerca, evadiendo mis ojos
Enluné con los versos que me hicieron sentir semidiós
No te comportes en esta insomne noche como una virgen necia
Desgárrame con las caricias de tus labios y de tus dientes
Embriaga a mi agonía con el vino que avalancha a tu rosa
Escucha al deshielo de la manzana cuando se muerde
Me insola el silencio del canto de las ausencias
Me siento como el harapo de un juguete maltrecho
Pateado como una piedra para alejarme del ritual amoroso
No sé si la solución sea tu regreso o el retenerte en el olvido
Tengo demasiados verbos y tiemblo con la poética del instinto
Soy apasionado como el calor del sol ensoñado por las florestas
Siento como el pan a la herejía de tu cuerpo ¡Pavesa de pecados!
Engullo ostias, ignorando la filigrana de las presas por la lujuria
Busco con el licor la luz secreta de las respuestas
Me he despojado de las ropas para vencer tabúes y miedos
Le he posado a la mirada voyerista angustiada y estéril
De la amada que le rinde culto a los recuerdos con su marido
Manifiesto que vivo esclavo de las milagrosas pequeñas muertes
Jamás pude escapar de las tentaciones como los virtuosos
Soy un mortal sobreviviente de los que aun se sonrojan
Disgrego de las mujeres egoístas que no comparten sus cuerpos
XIII
Nuestro milagro mutó como la oruga en mariposa
Como las lágrimas muertas que fecundan a los sauces
¿Por qué tiene que ser furioso, el sabor de la nostalgia?
Disectaré al cadáver de nuestro amor, buscando respuestas
Jamás pude comprender a los versos de tu canto
Te anclaste en intransigencias ¡no negociables!
Tus celos levantaron desmesuradas murallas
Así me amaras con ritos de instintos animales
Nunca pude bailar contigo, sin escuchar tus reproches
Hay relaciones excéntricas y absurdas como la nuestra
Quiero bailar jugueteando como el viento con las estrellas
Estoy enceguecido y te puedo dibujar desnuda de memoria
Mi imaginario escucha a tus desesperados aullidos
Ahora que no estás junto a mí, te extraño y anhelo
Ya no renacerá en tu vientre: el escarlata de las esperanzas
Ni el color que le robo a mi vida: ¡la ramera murte!
Laten los sonidos de las ausencias como aullidos o bramidos
Las sombras de los deseos me acompañan en el holocausto
Edén del tapiz del fuego hereje de la media luna
Y del canto insomne de la sombra-recuerdo que me acompaña
Héctor “Animal de vuelo” Cediel 2010-04-07 hcediel2@hotmail.com
Comentarios