Cuando llegamos a la edad adulta olvidamos la importancia de jugar, de reír, de soltar una carcajada frente a la vida y las adversidades que la acompañan. Al darle vuelta a la página, en el momento íntimo del recuerdo de nuestra infancia, de tiempo en tiempo, nos damos cuenta que hemos pasado días y meses quejándonos de casi todos, asumiendo el papel de la eterna víctima.
Creer que todo se consigue sólo con el sudor de la frente es una creencia limitante, provoca estrés y angustia, sentimientos que al repetirse nos impiden avanzar y crecer.
Está científicamente comprobado que al reír se elevan las endorfinas, la mente se libera, el alma se expande. La importancia de la risa es tal que hasta existe una terapia basada en ella, es también lo que nos distingue a los seres humanos del resto de las especies vivas.
Nuestra cultura nos exige ir de prisa, hacer todo rápido, como si estos tiempos hubieran perdido el tino y la exactitud correctos. Concordando con esto comúnmente nosotros exigimos lo mismo de los demás; recuperar la fuerza con la magia de la quietud, hacer la pausa, recapitular, oler las flores, escuchar el canto de los pájaros, meditar, viajar a nuestro interior son parte del extraordinario juego de este viaje que es la vida; vivir en el presente soltando lo que ya quedó atrás, dejar de lado la angustia por lo que va a suceder, asumir que la predicción con exactitud del futuro es poco probable, dar por hecho circunstancias que son inexistentes nunca es determinante ni conduce a nada.
El descanso hace que se regeneren las células de nuestro cuerpo, sagrado vehículo, compañero ejemplar en la ruta del cual debemos estar atentos, cuidándolo constantemente.
Las reglas del juego son muy fáciles, sabemos que a toda acción corresponde una reacción de la misma magnitud en sentido inverso, como dicen las leyes de la física, para recibir ese boomerang en conciencia debemos actuar en consecuencia, sembrar aquello que queremos cosechar.
Vivir sin prisa, deleitándonos con el día a día. Perder los miedos, soltar las ataduras y los apegos, somos los actores en el escenario, la obra es nuestra vida, nosotros la dirigimos, también nosotros la criticamos; de nosotros depende sacarnos el premio del Globo de Oro; ser más ligero, ir por este camino en ningún momento nos define como egoístas, lejos de ello, nos empodera. Los recursos son escasos por definición, la energía es uno de ellos, aprender a cuidarla sin malgastarla es una obligación y una tarea que conduce al éxito.
Segura estoy que el día que aprendas las reglas del juego, las hagas tuyas, las apliques, tu vida se transformará para siempre. Te invito a jugar, hoy, aquí y ahora es el momento.
Comentarios
Saludos y gracias
Ese tan buscado secreto de la felicidad, es lo que angustia, lo que conlleva a no disfrutar de la vida, a atarse de todo y de todos; sin pensar que la felicidad la obtenemos todos los días, pero siempre queremos econtrarla fuera de nosotros, en los objetos, en las personas, en cuando yo tenga...o cuando yo sea...y asi se pasan los días, los meses, los años, hasta que nos damos cuenta que hemos perdido el juego, que en esta constante busqueda desvíamos nuestra atención hacia lo importante. Y puedo decir que estoy en proceso, que estoy en dejarme llevar y que estoy poniendo las reglas de mi propio juego, para que al final pueda ver mi vida como un hermoso viaje. Gracias Terry!!
Soltar los apegos, soltar las riendas, que bonito, hay que hacerlo ya!!!!