En este post vamos a empezar a desarrollar el tema del mensaje, por que antes de armar el qué comunicar, hay ciertas cosas que antes tenés que definir.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta sobre el mensaje es a quién le estamos comunicando, quiénes van a ser las personas que reciban lo que quiero decir. Esto es importante porque cambia la construcción del mensaje en sí.
Entonces, lo primero es definir nuestro público objetivo, nuestro target, nuestro “cliente ideal”. No es lo mismo armar contenido pensando en un público genérico que acotarlo a un grupo de gente de determinadas características.
Estos son los pasos que te recomiendo seguir:
1. Definir las características demográficas
El primer paso para definir nuestro público es pensar en las características más directas o “duras” como pueden ser edad, género, ocupación, ubicación, ingreso y estado civil.
Algunas de estas cosas van a depender únicamente de tu producto y tus intenciones de quiénes querés que sean tus clientes. Pero para otras, vas a necesitar de ayuda de otras herramientas.
Estas son algunas que te sugiero incorporar a tu estrategia de comunicación:
- Facebook Insights: si tu marca tiene una página de Facebook, tenés acceso a esta herramienta que te muestra información demográfica sobre quiénes están interactuando con tu página.
- Google Analytics: permite ver información importante de tu página web, como quiénes la están mirando, cómo llegaron a ella y cuánto tiempo se quedan.
- Encuestas: hacerle a tus clientes ya existentes algunas preguntas relevantes puede darte información muy valiosa sobre ellos. Sencillo pero efectivo. Existen herramientas gratuitas como Survey Monkey o Google Forms.
2. Llegar a conocerlos mejor
Una vez que tengas definida la parte demográfica podés avanzar con características más “blandas”como por ejemplo hobbies e intereses. El objetivo de este paso es poder llegar a conocer a nuestro público y poder ser empáticos con ellos.
¿Qué quiere decir esto? Entender qué los motiva, cuáles son sus problemas, sus necesidades y cómo se sienten al respecto. Realmente ponernos en sus zapatos. Pensar todo esto nos va a ayudar mucho a la hora de armar la comunicación de nuestra marca porque vamos a conocer cuáles son las inquietudes que tenemos que resolver, las dudas a responder con el texto que armemos.
¿Cómo hacerlo? Hoy en día tenemos la suerte de contar con fuentes digitales, como son las redes sociales y los blogs. Podés conocer muchísimas cosas sobre tu público en estos lugares si sabes dónde mirar:
- Redes sociales: te permiten ver cuáles son sus intereses, qué contenido ya están consumiendo, comentando y compartiendo. También, ver qué otras marcas les gustan y consumen.
- Blogs y otras publicaciones online: podés entrar a los blogs y otras publicaciones online de tu industria y que tu público objetivo consuma y leer los comentarios que dejan, lo que opinan.
- Grupos o foros: ya sea en las redes sociales (como los grupos de Facebook o Linkedin) o por fuera, los grupos y foros son un lugar perfecto para ver qué inquietudes surgen.
- Referentes o influencers: ver a quiénes siguen en las redes sociales, a quiénes “escuchan” como referentes del tema o de la industria.
- Entrevistas a clientes: si además tenés acceso a tus clientes de manera personal, no desaproveches ese contacto para hacerles preguntas y conocerlos mejor. En el caso que tu negocio sea 100% virtual, siempre tenés la opción de las encuestas virtuales que mencioné más arriba.
3. Decidir cómo hablarles
Una vez que tengas los dos primeros pasos completos, vas a tener un gran nivel de conocimiento de tu público. Vas a poder saber no sólo quiénes son sino qué cosas los “movilizan”.
A partir de todo eso, vas a estar en perfectas condiciones para definir cómo comunicarte con ellos. Porque ese es el desafío: aprender a escribir de tal manera que los clientes y potenciales consumidores se sientan identificados y puedan relacionarsecon la marca.
¿Cómo hacerlo? Algo que es de mucha ayuda para este proceso es formar un copy bank (“banco de texto”) para poder entender cómo tu público suele hablar y expresarse. Podés usar las mismas fuentes de las que hablamos en el punto anterior. Por ejemplo: entrando a grupos o viendo las páginas de influencers en las redes sociales y leyendo los comentarios. Esto nos da información súper valiosa porque son sus palabras directas.
Esta instancia de definir a quién le estamos hablando y cómo nos vamos a comunicar con ellos es también una oportunidad de reforzar la identidad de nuestra marca, ya que a la hora de armar nuestro mensaje vamos a tener en cuenta nuestro público objetivo pero también nuestra “voz” como marca.
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Fuente: TiendaNube
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