Despedimos el 2020 con ánimos de que la nueva realidad se mostrara, de dejar atrás los meses de confinamiento y encontrarnos con un nuevo año prometedor para todos los habitantes de este planeta.
El 2020 nos enseñó a repensar nuestras rutinas, a disfrutar lo cotidiano, a privilegiar la salud y fortalecer los lazos afectivos. También nos enseñó que las estructuras sociales y económicas tienen que cambiar para que cada persona alcance un nivel de bienestar que le garantice oportunidades de educación, acceso a la salud, empleo y de hacer negocios.
2021 será el año en el que se podrán sentar las bases para una transición a este cambio de estructuras, pensar en hacerlo de un día para otro o en poco tiempo sería una utopía. Veamos este año como el año de la colaboración. Porque si algo ha quedado claro en los últimos meses, es que sin la participación responsable de todas y todos, el camino de la transición podría ser más largo.
La colaboración como eje focal de nuestras acciones, teniendo presente que la cooperación con conocimiento, con información adecuada, en cualquier ámbito, nos permite lograr mejores resultados. Sumando esfuerzos sin imponer ideologías, creencias o incluso afinidades políticas. Habitamos un país que nos demanda participación activa, cooperación y responsabilidad.
Otro eje que debemos incluir en nuestro día a día es la flexibilidad. Flexibilidad para adaptarnos a este cambio, a esta transición que ha impuesto la situación sanitaria y económica a nivel mundial. Flexibilidad para utilizar otros medios para desarrollar nuestros empleos, como los medios digitales; para hacernos de nuevos conocimientos y habilidades. Necesitamos ser flexibles ante la adversidad, ante la incertidumbre que es la única constante y si le sumamos creatividad e innovación, los cambios se transitarán satisfactoriamente.
Finalmente, el eje del factor humano será indispensable ante cualquier redefinición de estructuras. Poner a la persona al centro de iniciativas, proyectos programas, tanto en el sector público o privado. Busquemos el involucramiento de todos y todas, procuremos el bienestar individual y con él, el colectivo. Que el factor humano prevalezca siempre, que se vele siempre por su salud integral, su desarrollo profesional y el de sus talentos.
Que este 2021 sea el año en el que logremos utilizar todas las herramientas y recursos que tenemos a nuestro alcance en beneficio de la sociedad a la que pertenecemos. Si iniciamos de manera personal a colaborar más, a ser flexibles y ponernos en el centro de nuestras vidas; lo podremos reflejar a nivel colectivo.
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