RECONOCEMOS NUESTROS ERRORES O CULPAMOS A OTROS?

El sendero de la verdad “El Caballero de la Armadura Oxidada es un sorprendente best-seller de Robert Fisher que se vende por millones en Estados Unidos y que en España lleva ya más de 40 ediciones. Es un relato de fantasía adulta, cuyo protagonista es un ejemplar caballero medieval que "cuando no estaba luchando en una batalla, matando dragones o rescatando damiselas, estaba ocupado probándose su armadura y admirando su brillo". El éxito del libro está en que simboliza nuestra ascensión por la montaña de la vida y hace certeras observaciones sobre la conducta humana. Nuestro caballero se había enamorado hasta tal punto de su armadura que se la empezó a poner para cenar, y a menudo para dormir. Después de un tiempo, ya no se tomaba la molestia de quitársela para nada. Su mujer estaba cada vez más harta de no poder ver el rostro de su marido, y de dormir mal por culpa del ruido metálico de la armadura. La situación llega a ser tan insostenible para la desdichada familia que nuestro caballero decide finalmente quitarse la armadura. Es entonces cuando descubre que, después de tanto tiempo encerrado en ella, está totalmente atascada y no puede quitársela. Marcha entonces en busca del mago Merlín, quien le muestra un sendero estrecho y empinado como la única solución para liberarse de aquel curioso encierro. Se trata del sendero de la verdad, y decide tomarlo de inmediato, pues se da cuenta de que si no se lanza puede cambiar pronto de opinión. Tiene que superar diversas pruebas. En una de ellas comprueba que apenas se había ganado el afecto de su hijo, y eso le hace llorar amargamente. La sorpresa llega a la mañana siguiente, cuando ve que la armadura se ha oxidado como consecuencia de las lágrimas, y parte de ella se ha desencajado y caído. Su llanto había comenzado a liberarle. Culpable de sus errores Más adelante, con ocasión de otras pruebas, advierte que durante años no había querido admitir las cosas que hacía mal. Había preferido culpar siempre a los demás. Se había comportado de manera ingrata con su mujer y su hijo. Había sido muy injusto. Las lágrimas resbalaban por sus mejillas cada vez con más profusión. Había necesitado a su mujer y a su hijo, pero apenas los había amado. En el fondo, se consideraba en poco a sí mismo, y eso le hacía comportarse de una forma poco natural, con la idea de ganarse así la consideración de los demás, y por eso resultaba orgulloso y altivo. Había puesto una armadura invisible entre él y su verdadero modo de ser, y le estaba aprisionando. Era una armadura que "ha estado ahí durante tanto tiempo —le decía Merlín—, que al final se ha hecho visible y permanente". Recordó todas las cosas de su vida de las que había culpado a su madre, a su padre, a sus profesores, a su mujer, a su hijo, a sus amigos y a todos los demás. Por primera vez en muchos años, contempló su vida con claridad, sin juzgar y sin excusarse. En ese instante, aceptó toda su responsabilidad. A partir de ese momento, nunca más culparía a nada ni a nadie de sus propios errores. El reconocimiento de que él era la causa de sus problemas, y no la víctima, le dio una nueva sensación de poder. Ya no tenía miedo. Le sobrevino una desconocida sensación de calma. "Casi muero por las lágrimas que no derramé", pensó. Es fácil culpar a otros Todos solemos poner en nuestra vida barreras ante los demás, y un día nos damos cuenta de que estamos atrapados tras esas barreras y nos resulta difícil salir. Por eso, la sabiduría de vivir está, en buena medida, en conocerse lo suficiente a uno mismo como para saber cuándo y cómo ha quedado uno atrapado. De lo contrario, la voluntad se hará cada día más débil, y la habilidad para engañarse, cada día más fuerte. Buscaremos la culpa en los demás, alimentando un orgullo que poco podrá ayudarnos y quizá luchemos contra todos para no luchar contra nosotros mismos. Nuestro caballero tenía que quitarse la armadura para enfrentarse a la verdad sobre su vida. Se lo habían dicho muchas veces, pero siempre había rechazado esa idea como una ofensa, tomando la verdad como un insulto. Y hasta que no reconoció sus errores y lloró por ellos, no consiguió liberarse del encerramiento al que a sí mismo se había sometido. Encontrar escapatorias cuando no se quiere mirar dentro de uno mismo es la cosa más fácil del mundo. Siempre hay culpas exteriores, y hace falta mucha valentía para aceptar que la responsabilidad es nuestra. Pero ésa es la única manera de avanzar, aunque sea un recorrido siempre cuesta arriba. Como decía la protagonista de aquella novela de Susanna Tamaro, "cada vez que, al crecer, tengas ganas de convertir las cosas equivocadas en cosas justas, recuerda que la primera revolución que hay que realizar es dentro de uno mismo, la primera y la más importante. Luchar por una idea sin tener una idea de uno mismo es una de las cosas más peligrosas que se pueden hacer".
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Comentarios

  • hola, silvia el libro del caballero de la armadura cayo en mis manos hace como cuatro, años es hermoso, yo lo entendi debido a que vivi , una experiencia expiritual, donde recupere ami niña interior, me hizo llorar , por que me vi reflejada en todo.escondemos los sentimientos por orgullo, o miedo, pero al final del camino todos necesitamos quitarnos esa mascara, para poder encontrar el verdadero, camino ala felicidad.
    y compartirlo con nuestros seres queridos.


    UN ABRAZO, Y QUE DIOS TE COLME DE MUCHAS BENDICIONES.
  • Silvia tuve laoportunidad de leer este libro , para mi fue excepcional, ya que en uno de los pasajes nos muestra que tratamos de convencer a los otros de lo que somos, cuando lo que debemos hacer es estar convencidos nosotros mismos de que lo somos, este caballero quería mostrar que en verdad amaba a los suyos y en su afan perdió precisamente la oportunidad de demostrarselos, no es a los otros a quienes debemos convencer de lo que somos, pues si lo somos para que queremos convencer a nadie, perdemos el tiempo en tratar de ser para los demás lo que quieren que seamos cuando debemos luchar por ser nosotros mismos, cuando descubres esto tu vida se transforma considerablemente, quien tenga la oportunidad de leerlo recibira una gran lección de vida

    saludos

    letty
  • Gracias Sylvia, esta es na lectura que nos ayuda a ver detras de lo que usamos como caparazón para justificar nuestra conducta y disculpar los resultados, ser felices es una oportunidad que nos damos todos los días cuuando asumimos con conciencia las razones para actuar como lo hacemos en este presente dejando el costal de pañales que traemos arrastrando del pasado, si aprendemos la lección y soltamos lo que ya no nos sirve; tendremos mas libertad y energia para disfrutar de este maravilloso viaje por la vida, NUESTRA VIDA!
  • EXELENTE!!

    Lo tomare muy en cuenta y a aplicarlo en la vida!!!

    Gracias!!
  • Esto es tan cierto, lo fácil que es perder la oportunidad de crecer como ser humano cuando nos aceptamos como somos, es la única manera de mejorar en nuestros errores. esto es algo que veo que se pierde cada día, culpando a todos a nuestro alrededor y perdiéndonos en la armadura hasta dejar de sentir y amarnos a nosotros mismos. Cómo podemos ser útiles si no nos queremos, ni conocemos y aceptamos lo que hay en nuestro interior. Siempre hay que empezar con nosotros mismos antes de ver la paja en el ojo ajeno.....¿es tan dificil? Es un trabajo del dia a dia, suerte en esa búsqueda
    Ana Rosa Ortiz
  • SOMOS SERES IRRACIONALES ,PUES SI FUERAMOS RACIONALES ACTUARIAMOS COMO TALES, COMO QUE NO SUCEDE MUY AMENUDO ,LOS SERES HUMANOS TENEMOS LA TENDENCIA A PERDER CON MAS FACILIDAD NUESTROS VALORES QUE UN PARTIDO DE FUTBOL, POR ESO EL APRENDIZAJE EN NUESTRA VIDA DIARIA ES ASI , DISFRUTAMOS DE LAS COSAS VANAS ,SOLO DE MOMENTOS DE PLACER , Y RECIBIMOS GOLPES Y PATADAS DURANTE NUESTRA VIDA PARA APRECIAR LO QUE DE VERDAD TIENEN VALOR,DE AHI QUE NUNCA DEJAMOS DE APRENDER.
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