OPINIONES SOBRE LA DESPENALIZACION DEL ABORTO

Todo médico sabe que un aborto efectuado en condiciones adecuadas antes de la duodécima semana entraña un riesgo mucho menor que un parto. Naturalmente esto implica legalizar el aborto, capacitar eficientemente a los profesionales de la medicina para realizarlo, exponer con toda claridad y sin prejuicios a los médicos en formación la naturaleza y la magnitud del problema, disponer de instalaciones sencillas pero eficaces, en el nivel del primer contacto, para llevarlo a cabo. En suma: establecer una organización médico-social del aborto que pueda atender la demanda, desde luego a la libre petición de las mujeres que tienen que someterse a este recurso para detener un embarazo que no desean.Estas palabras de Federico Campbell se publicaron en el editorial de un ejemplar de Mundo Médico de noviembre de 1976. No le cambiaría ni un punto ni una coma. Tal vez agregaría que así como exigimos respeto a las mujeres que quieren abortar, respetemos al personal médico y de enfermería que decida no involucrarse por motivos de conciencia y capacitemos a aquellos que no los tengan. Quienes defendemos el aborto somos tolerantes con quienes no lo deseen practicar, pero no sucede así con quienes se oponen y han llegado a asesinar los médicos que lo practican.Nadie, en su sano juicio, piensa que el aborto sea la mejor manera de controlar la natalidad, pero el aborto se practica legal o ilegalmente y es un verdadero problema de salud pública en nuestro país. Así sean 88 las mujeres muertas anualmente que señala el secretario de Salud José Ángel Córdova Villalobos. (Cifra que no sabemos de dónde la sacó)En nuestra historia, la confrontación del sector religioso y el político ha sido muy costosa. Ha generado fanatismos y ha desgastado las instituciones de la sociedad. La mujer debe decidir sobre su preñez, debe elegir lo que ella considere mejor en sus circunstancias. En ese mismo ejemplar de Mundo Médico se publican las palabras que Esperanza Brito de Martí, aquí presente, dijo en un coloquio sobre el aborto celebrado por el Movimiento Nacional de las Mujeres: Los hombres no deben decidir sobre la liberación del aborto. Hay que echar a la basura el artículo 322 del Código Penal que lo castiga y que ocasiona entre 30 y 50 mil muertes de mujeres anualmente en nuestro país. El artículo Art. 332, fracción III, señala una penalidad entre seis meses y un año para la mujer que voluntariamente procure su aborto (Art. 332, cuando su embarazo sea fruto de una unión ilegítima, y de uno a tres años de prisión si no media esta circunstancia (Art. 330).A los integrantes de los grupos llamados Provida, habría que decirles que si quieren salvar vidas, abran una cuenta en el banco donde depositen mensualmente el costo del mantenimiento de un ser humano hasta que alcance la mayoría de edad. De esa manera, las mujeres que se ven obligadas de abortar por razones económicas, tendrían un apoyo que les permitiría no tomar esa decisión. La despenalización del aborto es una decisión acorde con la modernidad democrática para que en un Estado laico como el nuestro, se pueda vivir en paz.El acceso a la información permite un ejercicio más responsable de la sexualidad y disminuye de manera importante el riesgo de un embarazo no deseado; no obstante, que las mujeres cuenten con información no es suficiente, ya que cualquiera de los métodos anticonceptivos que existen en la actualidad, aún cuando se use correctamente, puede fallar. Por otro lado, la responsabilidad de evitar embarazos que no se desean debería compartirse de manera equitativa con los hombres, al menos cuando las mujeres tengan una pareja estable.De acuerdo con una estimación realizada en los años 90, el 40% de los embarazos en México son no deseados, de esos el 17% terminan en abortos inducidos y el 23% restante en nacimientos no deseados (The Alan Guttmacher Institute, 1994). Debido a las restricciones para la práctica del aborto que existen en toda la República Mexicana, la gran mayoría de las mujeres que interrumpen el embarazo lo hacen al margen de la ley. Muchos abortos se practican en condiciones de inseguridad, lo que propicia una alta incidencia de complicaciones y un número desconocido de muertes. Las restricciones legales no impiden que un elevado de mujeres de los sectores sociales pobres utilice procedimientos peligrosos para interrumpir el embarazo, y recurran, muchas veces en forma tardía, a practicantes no calificados que realizan abortos con instrumentos contaminados. La amenaza de la sanción penal tampoco evita que el aborto se practique en numerosos consultorios y clínicas privadas, lo que resulta para muchos profesionales de la medicina un negocio que genera importantes ganancias, de las que no se pagan impuestos.Las mujeres interrumpen sus embarazos por razones muy diversas, y no todas tienen secuelas emocionales y sentimientos de culpa después de un aborto. La carga moral que para muchas personas supone el aborto es consecuencia de los estereotipos culturalmente aceptados para definir la feminidad, así como de la valoración de la maternidad como el atributo esencial de las mujeres. Muchas se sienten aliviadas y agradecidas cuando reciben una atención integral, segura y respetuosa por parte de médicos(as) que practican abortos apoyándose en una postura ética centrada en el respeto a la autonomía de las mujeres.Es frecuente que las mujeres de quienes se sospecha que se indujeron un aborto sean maltratadas por parte del personal de algunos hospitales públicos. Ese maltrato que reciben las mujeres está relacionado con aspectos vinculados a las condiciones de subordinación genérica de las mujeres, a la precaria situación social de aquellas que sufren complicaciones con mayor frecuencia, y a la desigualdad de las relaciones de poder que habitualmente se establecen entre médicos(as) y pacientes.De acuerdo con datos de a OMS, publicados en 1997, de los 50 millones de abortos anuales que se practican en el mundo; 20 millones se realizaban en condiciones inseguras y provocaban la muerte de 78 mil mujeres. La mayoría de las muertes asociadas al aborto inseguro (99%) ocurren en regiones y países con altos niveles de pobreza y marginación social. En los países desarrollados el riesgo de morir por complicaciones del aborto inseguro es de 1 por cada 3,700 procedimientos, mientras que en los del mundo en desarrollo el riesgo es mucho mayor, de 1 por cada 250 procedimientos (Population Reports, 1997). Para el año 2000, la OMS calculó que a escala internacional se realizaron alrededor de 19 millones de abortos en condiciones inseguras, de los cuales 18.5 millones (97.5%) ocurrieron en países del mundo en vías de desarrollo (Ahman y Shah, 2002).Las mujeres que tienen embarazos no deseados deben tener fácil acceso a información fidedigna y a asesoramiento comprensivo. Se debe asignar siempre máxima prioridad a la prevención de los embarazos no deseados y habrá que hacer todo lo posible para eliminar la necesidad del aborto (...) En los casos en que el aborto no es contrario a la ley, los abortos deben realizarse en condiciones adecuadas. En todos los casos, las mujeres deben tener acceso a servicios de calidad para tratar las complicaciones derivadas del aborto. Se deben ofrecer con prontitud servicios de planificación de la familia, educación y asesoramiento post aborto que ayuden también a evitar la repetición de los abortos" (Asamblea General de Naciones Unidas, 1994; párrafo 8.25).Los datos disponibles incluyen sólo una mínima parte de los abortos que se practican. En la Secretaría de Salud, por ejemplo, ocuparon el cuarto lugar en 1999 (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, 2001). En la década de los años 90 se calculaba que un tercio de las mujeres que abortaban presentaban complicaciones y que cada año se ocupaban por esta causa alrededor de 600 mil camas hospitalarias, unas mil 500 por día (López, 1994). Se ha documentado que la atención a las mujeres con complicaciones del aborto inseguro consume, después de los partos normales, una gran cantidad de los recursos gubernamentales destinados a la atención a la salud reproductiva (Brambila y cols., 1998).Durante las últimas tres décadas distintos sectores sociales han elaborado iniciativas para liberalizar las leyes sobre el aborto, las cuales han enfrentado la franca oposición de la Iglesia católica y de los grupos más conservadores de la sociedad mexicana que defienden el derecho a la vida desde la concepción y pugnan por leyes aún más restrictivas. Los argumentos morales y religiosos contra la interrupción del embarazo bajo cualquier circunstancia han entorpecido la discusión pública sobre el aborto e impedido que la sociedad mexicana en su conjunto tenga una percepción clara sobre sus repercusiones sociales y sanitarias. En los últimos años, sin embargo, esta situación ha empezado a cambiar. El movimiento de mujeres y otros sectores sociales involucrados en la promoción de los derechos de las mujeres y en el mejoramiento de sus condiciones de salud han intensificado sus esfuerzos para hacer visible la compleja situación del aborto. El debate público sobre el tema ha logrado algunos avances para modificar las leyes. Encuestas de opinión sobre el aborto han mostrado que buena parte de los habitantes del país tienen opiniones que no coinciden con las de la Iglesia católica y de otros grupos conservadores.Una encuesta reciente, aplicada a 181 médicos(as), que participaron en talleres sobre atención integral a víctimas de violencia sexual y trabajan en hospitales del sector público en distintas entidades del país, mostró que la gran mayoría considera que las mujeres deberían tener acceso al aborto en casos de violación, cuando el embarazo pone en riesgo la vida o la salud de la mujer, y cuando se detectan alteraciones fetales. El nivel de aceptación fue bajo –del 30% o menor- en el caso de otro tipo de circunstancias; no obstante, nadie indicó que una mujer no debería tener acceso al aborto bajo ninguna circunstancia. El 87% opinó que todos los hospitales públicos deberían tener la capacidad para ofrecer servicios de interrupción del embarazo cuando ésta se encuentra dentro de la legalidad (Ipas México, 2002).Cuando el embarazo es resultado de violaciónCuando el embarazo pone en riesgo la vida de la mujerCuando el embarazo causa grave daño a la salud de la mujerCuando el producto presenta alteracionesEl Artículo 4º de la Constitución Mexicana, establece que todas las personas tienen el derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos.Las leyes que regulan la interrupción del embarazo en México constituyen uno de los elementos de mayor peso en la alta incidencia de complicaciones ocasionadas por el aborto practicado en condiciones de inseguridad. Por lo tanto, desde una perspectiva centrada en la necesidad de lograr el pleno reconocimiento de los derechos humanos, sexuales y reproductivos de las mujeres, la legislación sobre el aborto tiene que ser modificada.La aspiración manual endo-uterina (AMEU) y el uso de algunos medicamentos, ha sustituido en la mayoría de los países desarrollados al legrado instrumental para interrumpir los embarazos tempranos; asimismo, constituye la técnica quirúrgica más adecuada para atender a las mujeres con abortos espontáneos y a quienes presentan complicaciones de abortos realizados en condiciones inseguras (Baird y cols., 1996)Desde el último cuarto del siglo XX se les reconoce a las mujeres un nuevo valor social, se comenzó a defender y fomentar su autonomía, y se busca que se les valora no sólo por su capacidad reproductiva sino también por los atributos de su dignidad humana.Sin embargo donde más clara y dramáticamente se advierte la deformación a que conduce la penalización del aborto es el resultado social que ha generado, una especie de efecto secundario que deriva de la amenaza de un castigo que no opera en la realidad y que ha tenido consecuencias funestas para la salud y la vida de cientos de miles de mujeres. La penalización del aborto ha favorecido un mercado de servicios clandestinos y médicamente inseguros, que de acuerdo con el Consejo Nacional de Población, son la tercera o cuarta causa de muerte materna en México y que según datos de GIRE al menos mil mujeres mueren cada año por abortos mal practicados.Ese espacio de ilegalidades generado por la penalización del aborto crea dos clases de abortos clandestinos, los seguros que sólo pueden pagar las mujeres con recursos y los inseguros a los que acuden las mujeres pobres, la inmensa mayoría, por lo que el aborto se convierte en una herramienta de discriminación social.La Suprema Corte de Justicia de la Nación concluye que el número de juicios por aborto “es verdaderamente insignificante”, luego de que entre 1995 y 2001 se encontraron 51 sentencias condenatorias, lo que equivale a “la imperceptible cifra de 0.0017 por ciento del medio millón de posibles casos” de aborto.Por último, cabe señalar que los(as) médicos(as) tendrán un papel decisivo para lograr una modificación sustancial de las leyes sobre el aborto en México. Por ello, es necesario que se involucren activamente en el debate público sobre los aspectos sociales, jurídicos, éticos y médicos de la interrupción del embarazo. Las experiencias de otros contextos han mostrado que sin el consenso del gremio médico, el impacto de cualquier reforma legislativa para ampliar el acceso de las mujeres al aborto en condiciones seguras es limitado. Médicos y médicas, en particular quienes se encuentran en etapa de formación profesional, tienen la responsabilidad de informarse y ampliar su perspectiva ética sobre un problema social muy complejo y con repercusiones de gran importancia en la salud y la vida de miles de mujeres. Las restricciones marcadas en las leyes vigentes, así como los estigmas de carácter moral y religioso frente a la interrupción de los embarazos no deseados, tienen muy poca relación con la realidad actual de la mayoría de las mujeres en México.Quiero terminar con 2 citas que extraje de la varias veces cita revista Mundo Médico de noviembre de 1976El razonamiento inaceptable por lógica elemental es el siguiente: Si se lo hubiera dejado desarrollarse y nacer, habría sido un ser humano, luego al privarlo de la vida, se está matando a un ser humano. Es inaceptable, repito porque al impedir su desarrollo se evita a que llegue a convertirse en un ser humano. Las palabras sirven para comunicarnos y también para engañarnos.El aborto voluntario en México. Rafael Ruiz Harrel. Mundo Médico (Noviembre de 1976)La definición de aborto es: la interrupción del embarazo antes de la viabilidad del producto, lo que ocurre antes de las 22 semanas y cuando el feto no alcance 500 gramos de peso, después de esto se cae en el terreno del infanticidio.Una necesidad social. Por Ricardo Guraieb Ibarrola. Mundo Médico (Noviembre de 1976)Patricia Rodríguez Saravia
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