- Las religiones, porque fomentan estereotipos y relaciones de poder; porque sentencian a las mujeres diciéndoles: ¡es tu cruz!.
- El Estado, porque no legisla eficientemente para que las mujeres ejerzan sus derechos. Las escuelas, porque no educan a los pequeños para convertirse en individuos sensibles, en seres para la paz.
- La sociedad, porque sigue viendo a la mujer como objeto de deseo, incubadora de hijos, eje de la familia. No como persona con derechos.
- Las familias, porque dicen amar, pero no hacen sentirlo; porque no enseñan a sus hijas a conocerse y amarse; porque privilegian a los varones, pero restringen a las mujeres, cimentando la inequidad.
- Los medios, porque hacen eco a todo lo anterior.
Si persisten estas complicidades, somos ingenuas al pensar que la violencia va a terminar.
Josefina Leroux
Entrevista a Josefina:
Las instituciones le han conferido al hombre el poder y la libertad de mandar y poseer a las mujer. Por eso me pregunto: ¿Qué posibilidad ha tenido de elegir la no violencia, si es la sociedad la que está coludida con el hombre?. Josefina Leroux. Una mujer dedicada a la terapia sexual, de pareja y de familia, que expresa con indignación su sentir sobre la violencia. Un ser sensible que se revela contra la fragilidad de quienes no tienen opción para defenderse: No saben cómo; no tienen el referente de lo que es el amor. ¡Tienen miedo!. Su actividad profesional le ha permitido conocer muchos casos de violencia: Novias y esposas que se sienten abatidas, sin darse cuenta que han sido violentadas por sus parejas; hombres a los que no les importa lo que sienten ni lo que piensan sus mujeres. ¿Qué se puede hacer para luchar contra esta realidad que tanto nos afecta?: Ponerle nombre al sufrimiento y asumir la parte que nos corresponde. Denunciar, pedir ayuda y si es necesario, optar por la separación. En tu experiencia como terapeuta ¿no has encontrado casos que nos den una esperanza?: ¡Claro!. Conozco parejas que se cuidan y se respetan, que saben comunicarse, que se miman y se divierten juntos. ¡Sí hay esperanza!.
Comentarios
No es nada más de terapias, no se trata de ayudar, se trata de igualdad, y yo creo que para eso falta demasiado...