El manejo del rejuvenecimiento facial se encuentra en constante desarrollo. Actualmente existe un interés particular por agentes químicos que desvanecen las profundas líneas de expresión, generadas por el continuo movimiento de la musculatura facial, al producir parálisis selectiva y precisa de estos músculos. La toxina botulínica derivada de la bacteria Clostridium botulinium es el agente químico mas usado.
Existen ocho diferentes subtipos de ésta toxina, solo los tipos A y B se manufacturan para su uso comercial, siendo el tipo A, el más potente y por ello el que con mayor frecuencia se emplea clínicamente.
El uso de la toxina botulínica con fines cosméticos para el rejuvenecimiento facial fue aceptado por la FDA en Abril del 2002, demostrando ser efectiva y segura a corto y a largo plazo. Los fabricantes de Botox (Allergan), distribuyen viales que contienen 100 unidades de toxina liofilizada, que deberá ser diluida en solución salina. Su aplicación sobre el músculo responsable de la formación de las líneas de expresión debe ser precisa y exacta, siendo éste el parámetro más importante para reducir los efectos secundarios, motivo por el cual la aplicación deberá llevarse a cabo por un médico calificado.
La toxina botulínica es particularmente útil en el desvanecimiento de las líneas de expresión de la frente, el entrecejo y las llamadas “patas de gallo”, así como en el levantamiento de la ceja (1 a 2 milímetros) en caso de descenso leve a moderado de la misma por envejecimiento,
La aplicación de la toxina botulínica puede llevarse a cabo en el consultorio médico, es rápida, práctica, poco molesta y sin necesidad de tiempo de recuperación. Los efectos iniciales se hacen evidentes entre 48 a 72 horas después de su aplicación. El efecto del tratamiento es de aproximadamente cuatro a seis meses y puede combinarse con otras técnicas de rejuvenecimiento.
La seguridad y eficacia de la toxina botulínica ha sido comprobada por innumerables trabajos clínicos; siempre y cuando sea aplicada de forma adecuada. Su mala administración puede producir debilidad o parálisis de los músculos adyacentes al sitio de la inyección generando: incapacidad para elevar el párpado superior, descenso de la cola de la ceja y asimetría labial (en caso de aplicación incorrecta para corregir los surcos naso-labiales). Se han reportado muy pocos casos de reacciones alérgicas a la toxina botulínica, manifestándose como fatiga, malestar general, erupciones cutáneas y náuseas.
En conclusión el tratamiento con toxina botulínica es efectivo, predecible, poco invasivo y repetible. Su efecto temporal sobre los músculos que producen las líneas de expresión facial lo convierten en un excelente adyuvante en el rejuvenecimiento facial. Si es aplicada por médicos calificados en pacientes cuidadosamente seleccionados, ésta modalidad de tratamiento representa una opción no quirúrgica viable.
Dr. Román Garzón Loyo
Cirugía Estética y Reconstructiva
Hospital Ángeles del Pedregal
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