Publicado por Elsa G Bonilla el 19 de Mayo de 2010 a las 1:17pm
El ego es la suma de nuestros defectos psicológicos los cuales, habitan en nuestro mundo interior y fueron creados inconscientemente
por nosotros mismos.
Esos defectos se nutren
de las energías
de pensamientos desquiciados.
No hay nada de divino
o superior en el ego;
él es realmente la causa
de nuestros sufrimientos, inconsciencia, errores, vicios, temores, etc..
En el antiguo Egipto
el ego
era conocido como
los demonios rojos
de Seth
En el Bhagavad-Gita el ego está simbolizado con los “parientes” con los cuales Arjuna debería trabar terribles batallas.
En la mitología
el ego es representado por Medusa,
causadora de todo tipo de sufrimientos
al hombre.
Su mirada hipnótica convierte en piedra
a quien la mira,
y que es degollada
por la espada de Perseo.
Miguel Ángel.
Es el ángel guerrero,
el conquistador de Lucifer
(el ego, nuestro peor enemigo), poniendo su pie sobre el adversario, amenazándole con su espada o traspasándolo con su lanza.
Buda
…abandonó el príncipe
Sidarta Gautama su hogar
y salió en búsqueda
de la verdad, el porqué
del sufrimiento, la vejez y la muerte.
Predicó la aniquilación del yo (egoísmo, lujuria, malos sentimientos, el error...).
El ego es la fábrica
de pensamientos
que hemos hecho realidad; es el miedo a dejarnos llevar por un halo de esperanza que nos conduzca
al verdadero amor;
es la culpa, es el odio
a nosotros mismos y,
por consiguiente,
a los demás, (aunque
no nos demos cuenta).
La naturaleza real
del Ser Humano
es de infinita
compasión y Amor.
Existe sólo para dar.
Así que al ego
le fue permitido coexistir
con nosotros los humanos,
y, gradualmente,
como un parásito alimentándose
de su anfitrión,
se ha apropiado de todo nuestro funcionamiento.
Literalmente,
ha tomado el control
de todo lo que la mayoría de nosotros pensamos, sentimos y creemos.
No hay nada que el ego, defienda con mayor pasión que su derecho
a “tener la razón”,
aunque el precio
por ese triunfo sea
la pérdida de la paz,
la compañía, la amistad
e incluso el amor.
Su existencia depende de ti porque el ego es
una creencia tuya.
El ego no es más
que una confusión
con respecto a tu identidad.
Él depende de tu mente,
y tal como lo inventaste creyendo en él,
puedes asimismo desvanecerlo dejando de creer en él.
El ego, es muy listo;
lleno de recursos
puede manipular
y adaptarse
a cualquier circunstancia para evitar su detección
y expulsión.
Sentir culpa o culpar a otros por lo que se hace
o se siente,
es prolongar la permanencia del ego,
fortaleciéndolo.
El sentimiento de culpa
refuerza al ego.
Vemos lo que queremos ver o lo que necesitamos ver.
No podemos
cambiar el mundo,
pero podemos cambiar
la forma de mirar al mismo.
Sustituimos
la culpa de nuestro ego,
(que hemos hecho realidad), por lo real de nuestra identidad como espíritu, la cual
(la chispa de divinidad
que poseemos)
nos lo recuerda constantemente;
pero el ego se encarga
de decirnos que no es así.
¡Háblale a esa esencia divina
y pídele que te aclare
tus pensamientos.!
El ego es un falso Yo
con el que usualmente
el individuo se identifica
y por el que se siente separado.
El ego, es solo una creencia.
De ninguna manera es real.
Es un falso sustituto
de quien realmente eres.
El ego es un sistema
de pensamiento demente
que hace que surjan la maldad,
la culpa y el miedo,
como sus testigos preferidos.
El ego es el que fabrica
todos nuestros problemas.
Todo aquello
que nos causa miedo
en todas sus manifestaciones:
incomodidad, malestar
desazón, irritación,
preocupación,
y cuantas emociones
y sentimientos
que no sean Amor,
son fabricados por el ego.
Todo aquello que hace daño, es ego.
Toda aquella visión
que señala diferencias
de cualquier tipo, es ego.
La arrogancia y el orgullo, son ego.
Aquello que juzga, es ego.
Aquello que se ofende,
es ego.
Aquello que duda, es ego.
Aquello que teme, es ego.
Aquello que sufre, es ego.
Aquello que se ve y se siente especial, es ego.
El solo sentimiento de sentirse
en desacuerdo
con los demás,
es ego,
porque en el fondo se esconde
un sentimiento
de odio
o de superioridad.
Lo único que puede impedirnos ver hacia dentro y descubrir al ego,
es el propio ego,
ya que con solo verlo,
éste revelaría lo ilusorio
de su naturaleza, y,
por lo tanto, quedaría expuesto a luz y al amor.
La luz y el Amor
disuelven toda presencia
del ego, ya que el amor sana nuestra mente y nos permite exteriorizar a nuestro verdadero Ser.
El amor es lo único
que se puede conocer,
ya que sólo el amor es real,
Y, por lo tanto,
sólo el amor tiene sentido.
El ego está seguro
de que el amor es peligroso,
y ésta es siempre
su enseñanza principal.
Pero nunca lo expresa
de ese modo.
Por el contrario, el ego parece
estar profundamente inmerso
en la búsqueda del amor.
El ego, aunque alienta
con gran insistencia
la búsqueda del amor,
pone una condición:
que no se encuentre.
Sus dictados, por lo tanto, pueden resumirse simplemente de esta manera:
"Busca pero no halles".
Esta es la única promesa
que el ego te hace
y la única que cumplirá.
Y como te enseña también que él es tu identidad,
su consejo te embarcará en una jornada que siempre acaba en una percepción
de auto-derrota. Pues el ego es incapaz de amar, y, en su frenética búsqueda de amor, anda en pos
de lo que teme encontrar.
Escucha a los demás
y no te centres en ti mismo. Durante las conversaciones, concéntrate en lo que la otra persona está diciendo
y no en lo que tú estas sintiendo o pensando.
Trata de borrar de tu mente
la palabra "especial".
Especial implica “mejor que”, o más importante que.
En realidad todos somos especiales; por lo tanto, nadie necesita la etiqueta de "especial”.
Practica la meditación diaria
o el acallar la mente
para deshacer la ilusión
de que estás separado
del universo.
Trata a los demás
como te gustaría
que los demás te trataran a ti.
Poco a poco verás,
cómo te sentirás conectado
con todo y con todos,
y experimentarás un
sentimiento de bienestar
cada vez, mas profundo.
Evita criticar, juzgar o evaluar a los demás.
No impongas
tus puntos de vista.
Da oportunidad a los demás
de expresar sus sentimientos, pensamientos o creencias,
y escucha
con respeto y atención, aunque no estés de acuerdo.
Existen muchos “mundos”
en este mundo,
y no necesariamente
el que sean diferentes
quiere decir que estén mal.
Examina
¿en qué te beneficia sentirte ofendido?
Lo que ofende es
obra del ego;
Está en tu mente.
Tú decides si aceptas una ofensa o no.
Recuerda:
¡Nadie te ofende!
Definitivamente,
es recomendable guardar silencio, cuando es necesario y no dejar que el ego se alimente de los halagos, o profiera ofensas a los demás .
Pon fin a la búsqueda
externa de la libertad
y conoce el sabor
de la auténtica libertad
que es la comunión
con tu verdadero yo.
La auténtica libertad
no necesita nada
para demostrar su existencia.
Sólo siendo
Auténticamente libre
podrás amar,
porque no existe
Amor sin libertad.
Da más de ti mismo
a los demás
y pide menos
a cambio.
Practica:
El perdón
La tolerancia
El amor
con todas las personas
y te sorprenderá
el descubrir, cómo
cada azucena de perdón
que ofreces a tu hermano, regresa a ti,
como un regalo de paz, tolerancia y amor.
No se trata de dejar
de ser tú mismo.
Por el contrario, se trata de:
Re-descubrirte
Ser libre
Ser Tú otra vez.
Dejar de lado las máscaras y las poses.
Dejar la falsa imagen que has creado y has creído
que eres.
Dejar de sufrir
y ser feliz de nuevo.
Se trata de liberarte
de la carga del orgullo,
el resentimiento y el dolor.
De amar sin miedo,
de confiar otra vez,
de creer y estar abierto
a recibir todas
las bienaventuranzas
que este mundo tiene para ti.
De liberarte de las poses,
los prejuicios y el sufrimiento.
Abrir los brazos y recibir
todo el amor que está
disponible solo para ti.
Respuestas