Suelta y deja ir, fluye…¡cierra ya ese ciclo!
Ya sea que terminó una relación, falleció un ser querido, o se acabó un trabajo de muchos años…el sentimiento de
pérdida y el vacío que conlleva es ancho y profundo… ¡qué difícil es fluír y dejar ir! Para lograrlo, hay que desarrollar
herramientas que nos permitan transitar por el mundo de las pérdidas con entereza, para así salir fortalecidos, con
sabiduría y compasión.
Hay algo que es definitivo y permanente: EL CAMBIO. Y desde nuestra impermanencia, cuesta mucho trabajo aceptarlo. Por eso nos es tan difícil soltar y dejar ir. Justamente, el APEGO es la raíz de nuestro sufrimiento. Constantemente nos vemos enfrentados a decirle adiós a personas, relaciones, situaciones, y como nos es nada grato aceptarlo, nos aferramos a lo que ya no es: ya fue, ya cambió, ya no está y al negarlo, dejamos ciclos abiertos que siguen causando dolor, enorme sufrimiento… por allí se fuga la energía que necesitamos aplicar en crear y generar lo nuevo.
Y para comprender desde un enfoque mucho más sano lo que se requiere para dejar ir lo que la vida nos indica que hay que soltar, es muy útil contemplar las pérdidas desde tres enfoques muy distintos que a su vez convergen en un mismo fin: aceptar el principio de realidad y abrirnos a lo Nuevo.
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