Rosa era una mujer como cualquier otra. A veces estaba muy contenta, otras no tanto. En general se puede decir que su vida era "normal".Cuando las cosas no salían como ella quería, siempre sabía que era porque:- las cosas están muy difíciles,- no siempre se tiene lo que uno quiere- no es fácil cambiar a los demás...Siempre tenía un buen pretexto para justificar lo que no estaba bien en su vida. Un día cuando regresó del trabajo vio que su hijo pequeño se estaba tocando el pene y siento terror. Pensó que era mejor regañarlo y decirle que "eso no se hace". No sabía realmente que le estaba pasando, pero se dio cuenta de que sentía miedo.El incidente pasó, sin embargo esa ansiedad que sentía al enfrentar la sexualidad de sus hijos la inquietaba. Su niña de tres años iba a la guardería. El niño ya iba al kinder. Siempre habían sido cuidados por ella o por el personal de estas instituciones, pero nunca había tenido que dejarlos con alguien más para que los cuidara. Ese fin de semana iba a ser la primera vez... (este articulo esta completo en la seccion de blogs)Cuando comenzó a a asistir al grupo se dio cuenta de que su vida había estado como en pausa por muchos años. Entonces su vida comenzó a cambiar. Comprendió que todos sus síntomas eran consecuencia del abuso y que en verdad sólo lo había enterrado, más no sanado. Cuando pudo por fin transformar y resignificar su historia, su vida tuvo un giro extraordinario. Comenzó, por primera vez en su vida adulta, a VIVIR realmente.Se dio cuenta de que su cuerpo era como una coladera, por donde se le fugaba la energía. Esta defensa la había salvado después del abuso, y con el proceso selló todas esas fugas. Recuperó la energía en su cuerpo. Ahora podía confiar en que su energía no le dañaría. Aquella depresión silenciosa en la que había vivido tanto tiempo se fue convirtiendo en chispa - ¡alegría de vivir! La creatividad, la espontaneidad, el placer, y por qué no, el dinero aparecían y se volvían parte de su vida cotidiana. Sus hijos no eran más una carga para ella, los disfrutaba enormemente y en ocasiones hasta los cansaba jugando en el parque.Gracias a su voluntad de vivir y a su trabajo en sí misma, su vida se transformó.Una de cada cuatro mujeres, y uno de cada seis hombres, son abusados sexualmente en México. La historia de Rosa es una de muchas que llegan a mis grupos de proceso psicoterapéutico. Rompiendo las Cadenas del Abuso es un programa para personas que quieren sanar y transformar sus vidas.Soy Gabriela González Padilla, psicoterapeuta y sanadora.
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