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En las relaciones de pareja, una de las consecuencias más perniciosas de la carencia de capacidad autocrítica de sus integrantes, es la tendencia a sentirse víctimas, a responsabilizar al otro de los infortunios de la relación.

         En la terapia de pareja es casi una regla que quienes asisten a resolver sus conflictos se sientan víctimas de las limitaciones psicológicas y de los defectos del otro. Para desactivar esta conducta tan nociva los confronto formulándoles dos corrosivas preguntas, las cuales provocan en ellos una gran sacudida y los deja estupefactos, tal como si les echara una cubeta de agua helada. Dichas preguntas son: 1) ¿Sabes por qué estas casada con tu cónyuge? 2) ¿Sabes por qué estás al lado de una persona a la que defines como un ser tan limitado y tan neurótico?

         ¡Abróchense los cinturones!, que aquí vienen las respuestas:

1)  Porque es para lo que te alcanzó.

2)  Porque tienes lo que en tu mundo interior crees que mereces.

Si les hubiera alcanzado para algo mejor, estarían con seres más evolucionados y !miren quién les correspondió! Por supuesto que, aunque no sean demasiadas, hay personas muy nutritivas a las que les alcanza para algo espléndido.

         Cuando aseguro que es lo que merecemos, no me refiero a la perspectiva humanista que afirma que por el hecho de ser personas merecemos lo mejor, sino a esa voz interior, muy personal, que es el resultado de los mensajes parentales negativos que recibimos durante la infancia, los cuales nos crearon una baja autoestima convenciéndonos de que no somos valiosos ni dignos de ser amados y de que merecemos una relación de pareja mediocre.  Para levantarles el ánimo y darles esperanzas,  también les digo que si emplean su energía en trabajar en ustedes mismos y no en estar criticando al otro, es posible que algún día les alcance para algo mas digno, y qué mejor si ambos trabajan en estas dos respuestas para mejorar como seres humanos, y por ende, hacer que florezca su matrimonio.

         Para ejemplificar esta idea de que todos tenemos lo que merecemos, analizaré el contenido de dos canciones populares: una de "amor y contra ellas" y la otra de "amor y contra ellos". La primera, "contra ellas", es muy conocida, se llama "La chancla". Tomaré solamente la frase que dice:"Que la chancla que yo tiro no la vuelvo a levantar". Imagínate a un hombre que afirma haberse casado con alguien de la estatura de una chancla. ¿A quién se le ocurre casarse con una chancla? ¿A un zapato fino y distinguido? ¿Verdad que no? Entonces ¿A quién? Es obvio: ¡Pues a otra chancla! 

         Si observas cuidadosamente, verás que las chanclas siempre vienen en par, nunca venden una sola. Las chanclas se acompañan de chanclas y el calzado fino y elegante se acompaña de uno semejante. Imagínate cómo se vería una persona calzando en un pie una chancla, y en el otro un elegante zapato de vestir. ¿Verdad que se vería ridícula? ¿Verdad que es inconcebible? Pues lo mismo ocurre con la pareja: resulta impensable ver a un cavernícola emocional misógino, casado con una mujer sana que se respeta a sí misma o a una brujer casada con un príncipe. ¿Tú crees que un zapato de calidad va a querer formar pareja con uno tan corriente que se queja de haber andado con una chancla, a la cual humilló y denigró tratándola despectivamente, como a una chancla? Por supuesto que no, ¿y sabes por qué? Porque el  comportamiento de este último sigue siendo el de una chancla.

        Como ya vimos, las personas que carecen de capacidad autocrítica para reconocer sus limitaciones se sienten víctimas de los defectos del otro, entonces proyectan en el cónyuge su propia "chancludez", tal como le sucedió a este hombre; en lugar de utilizar la energía para mejorar como calzado despotricó contra los defectos de la chancla que veía reflejada en el espejo de enfrente, y que no es sino su propia imagen. Si la chancla insiste en que merece caminar al lado de una exquisita zapatilla de cristal, se va a llevar una gran desilusión porque con su bajo perfil sólo le puede alcanzar para otra chancla; ahora sí que “aunque la chancla se vista de seda, chancla se queda”.

         Por si ésto no fuera suficiente, la frase no dice "no la voy a levantar", sino "no la vuelvo a levantar", o sea que anteriormente ya la había levantado para volver a formar el par con ella. Entonces, ¿En qué quedamos señores? ¿Les gusta o no andar chancleando?

A los hombres-chancla que se encuentren en esta situación le sería muy útil reflexionar acerca del mensaje del dicho: Nunca falta un roto para un descosido, ni una media sucia para un pie podrido.

         El extracto de la canción de "amor y contra ellos" que quiero analizar es una muestra representativa de temas cuya "bandera" está confeccionada con las insignias del reproche, del odio, del "ojo por ojo y diente por diente", de la venganza contra el cavernícola maltratador con el que previamente se estableció una relación de pareja, del hembrismo contra el machismo.

         Cabe señalar que esta canción es una especie de caricatura, pero refleja de manera muy ostensible un conjunto de creencias muy dañinas que fomentan la incapacidad autocrítica propiciando que muchas mujeres caigan primero en el juego del victimismo y posteriormente en el del desquite.

         Se titula "Rata de dos patas". Allí la protagonista del guión utiliza los adjetivos más denigrantes para expresar la opinión o imagen que tiene del que ha sido su pareja. Lo define como lo peor: un inmundo roedor bípedo, hiena, culebra ponzoñosa, espectro del infierno, "cucaracha que infecta donde pica, que hiere y que mata"; le dice que lo odia por el enorme daño que le ha hecho.

         Como puedes observar, la letra no es muy dulce y tierna que digamos, sobre todo considerando que va dirigida a una persona a la que en algún momento afirmó amar, y haber estado unida a él. Procedamos a escudriñarla, tal como lo hicimos con la canción anterior.

         Preguntemos primero: ¿Quién elige como pareja a un espécimen que es una hiena o cucaracha que hiere, infecta y mata? ¿Una diosa, una reina, una princesa? ¿Verdad que no?

         Si la mujer de la que habla esta canción se "equivocó" en la elección de pareja, ¿por qué permaneció tanto tiempo en ese inframundo conyugal? Seguramente tuvo que pasar mucho tiempo con esa rata para ser infectada, herida y acumular tanto odio en su corazón.

         Cuando ella describe a este engendro, define partes importantes de sí misma. ¿Por qué se relacionó con un sujeto como éste? Ya conocemos las respuestas:

1)  Porque es para lo que le alcanzó 

 2) Porque es lo que en su mundo interior cree que se merece.

Estar tan encolerizada con él es no entender su situación. El otro no es "el malo de la película", no la obligó a estar a su lado a la fuerza, no la secuestró. Cuando ella comprenda que él no es el victimario, sino una persona enferma o inmadura que busca a otra semejante para establecer una relación disfuncional porque es lo único que puede ofrecer y que ella lo eligió como pareja porque es con lo que se pudo  sintonizar, podrá dejar ese infierno del cual cree haber salido.

         Si ella hubiera sido más madura y sana, ni por casualidad se hubiera acercado a un tipo con esas características. En todo caso, debería estar molesta con ella misma, ya que él simplemente "juega" el papel destructivo para el que fue programado por una sociedad machista y por una familia tóxica, pero, finalmente, ése es problema de él. Lo importante es qué me sucede a mí; ¿Por qué me relaciono con un hombre de las cavernas y no con un ser humano más evolucionado? Continuará...

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