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Dice Doménico Cieri Estrada, que “los años, son como peldaños desde donde podemos ver mejor”.

El diccionario, define que edad es “el espacio que transcurrió de un tiempo a otro”.

Quizá alguna vez me preocupé por la edad que tenía para alcanzar un objetivo, pero las vivencias, las experiencias y “mi edad”, me hicieron transformar mi panorama.

Leí a Isabel Allende y ella dijo “es que antes de los 45 años no hubiera podido empezar a escribir lo que yo quería, ya que tenía que apoyar a mis hijos”. Carolina Herrera, inició su negocio a los 40 años. Elizabeth Kubler Roos, en su libro "la Rueda de la Vida", nos da un ejemplo de cómo a los 62 años reinició su clínica.

No esperé más, empecé a establecer mis metas, mis objetivos personales y profesionales, a buscar las herramientas para lograrlos, a modificar mis temores y mis inseguridades, en actividades a realizar con plazos.

A escuchar a quienes ya habían logrado sus propósitos, a planear, a no lanzarme sin una estrategia, a no improvisar, a no ir a donde el viento me lleve.

Encontré que eso me lo había otorgado la edad, que esa era mi Fortaleza, mi Vigor, mi Solidez y mi Energía, para Conquistar y Ganar en la vida.

Dice José Saramago, ¿Qué cuantos años tengo?...

¡Qué importa eso !

….Pero no es la edad que tengo,

ni lo que la gente dice,

sino lo que mi corazón siente

y mi cerebro dicte.

Tengo los años necesarios

para gritar lo que pienso,

para hacer lo que quiero,

para reconocer yerros viejos,

rectificar caminos y atesorar éxitos.

Ahora no tienen por qué decir:

¡Estás muy joven, no lo lograrás!…

¡Estás muy viejo/a, ya no podrás!…

Tengo la edad en que las cosas

se miran con más calma,

pero con el interés de seguir creciendo.

Tengo los años en que los sueños,

se empiezan a acariciar con los dedos,

las ilusiones se convierten en esperanza.

Tengo los años en que el amor,

a veces es una loca llamarada,

ansiosa de consumirse en el fuego

de una pasión deseada.

y otras… es un remanso de paz,

como el atardecer en la playa…

¿Qué cuántos años tengo?

No necesito marcarlos con un número…

¡Qué importa si cumplo cincuenta,

sesenta o más! Pues lo que importa:

¡es la edad que siento! Tengo los años

que necesito para vivir libre y sin miedos...