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“Cada día la vida parece más poderosa, y puesto que tenemos el poder de existir, más asombrosa. Emily Dickinson”.

Por estos días, la revista Forbes mencionó a las mujeres más poderosas del planeta, algunas europeas y otras latinoamericanas.

Como referencia están Dilma Rouseff (presidenta de Brasil) Christine Lagarde (presidenta del FMI, Francia), Hillary Clinton (candidata a presidente, EEUU), Sheryl Sandberg (jefe de operaciones de Facebook, EEUU), Michelle Bachelet (presidenta de  Chile), Sofía Vergara (actriz, Colombia), Shakira Mebarak (cantante, Colombia), entre otras.

Que puedo aprender de estas Mujeres?

Persistencia, perseverancia, consistencia, entrega, trabajo, fuerza, capacidad, energía o dominio, quizá alguna de sus facultades, su capacidad para llevar a cabo una determinada acción, de sus fortalezas.

Leía hace algunos días que “no podemos vivir esperando que crezcan  arboles si no hemos sembrado nada... No podemos cosechar  éxitos  cuando ni siquiera trabajamos,  o no nos esforzamos para  alcanzarlo...”

Programar mi vida con acciones y decisiones, con objetivos. Construir mis “garras” para realizarlas.

Afrontar mis retos, mis desafíos que la travesía me marca, con brújula o sin brújula, quizá aún cuando haya un viento fuerte.

Tomo con fuerzas mis raíces, demuestro mis orígenes y mis principios.

Olvido mis temores, mis pánicos, transformo mis desconfianzas en crecimiento, en lograr un objetivo más.

La edad me alcanza, me cuestiona, me turba, pero me proporciona osadía y atrevimiento, lo que me permite entender, resolver, averiguar los secretos y enigmas del río de la vida.

Es esta madurez, esta sazón, sensatez la que me provee de …Tanto y Cuanto poder.