" target="_blank">Toma una posición cómoda. Sientate con la espalda recta, las piernas cruzadas en loto o semi loto y escoge un momento y un lugar en el que nadie te molestará mientras dure este ejercicio. Cierra lentamente los ojos. Inhala y exhala profundamente. Aquieta tu mente, pero no te apresures por hacerlo. Si alguna idea viene a tu cabeza no la reprimas, simplemente déjala pasar. La clave de la relajación está precisamente en la respiración. Una cosa lleva a la otra. Entre más profunda sea tu respiración, mayor será tu relajación.
Comienza a disfrutar este momento de paz interior. Siente gozo y alegria.
Ahora visualiza tu campo aúrico, el cual se encuentra justo al rededor de tu cuerpo.
De la planta de tus pies brota un gis blanco, luminoso, que pasa despacio por cada parte de tu cuerpo sellando tu aura. Hazlo lentamente, concientemente. Mientra realizas esto invoca por primera vez a los divinos Ángeles celestiales y repite:
"Divinos Ángeles de luz les pido humildemente se hagan presentes durante esta meditación y me ayuden a sellar mi aura para evitar infiltraciones negativas de personas vivas que hayan arrojado malos pensamientos sobre mi y para evitar que espiritus de baja frecuencia o vibración se instalen en ella"
Acto seguido realiza un ejercicio de cimentación que consiste en visualizar que de la base de tu columna brota una raíz que se desliza por tus piernas, tus pantorrillas y atravieza las plantas de los pies extendiendose hasta el piso. Mientras haces esto, repite mentalmente:
"Estas raices me simbran a la madre tierra para recordarme que a ella pertenezco en materia".
Después lleva tu atención nuevamente a la base de tu columna y visualiza una raiz saliendo en forma asecendete, pasando por la zona lumbar, tu esplada, tu cuello, tu cabeza y atravieza tu cabeza por la parte superior, por el chackra de la coronilla y se extiende hasta el techo y por arriba del techo. Mientras haces esto repite mentalmente:
"Estas raices me conectan a la inteligencia superior, con el Uno- Todo, con el Cosmos que me ayuda a encontrar la sabiduría".
Ya estas listo (a), ahora estas cimbrado (a) en la tierra y conectado (a) con el Dios Universal*.
Ahora vas a vislumbrar tu cuerpo material cubierto de luz blanca y vas a vibrar en esa luz, percatándote de que la luz proviene de tus órganos internos y se extiende a tu cuerpo exterior. Si en este proceso descubres una molestia o doloncia fisica, lleva tu atención ahí y rodea este órgano o este miebro de luz de sanación. Invoca al Divino Arcángel Rafael y pídele que con su rayo verde se lleve el malestar. Saca este dolor, exhalando fuertemente y visualizando que la molestia sale en forma de nube gris. Creéme, es muy efectivo.
Ahora que estas lleno (a) de luz, puedes proceder a crear desde tu reino mental un bello paisaje. Es un lugar que tu has diseñado. Puede estar lleno de flores, o de mar. Es tu elección. Visualizate en tu cuerpo espiritual y lleno (a) de luz. Observa tus pies pisando terreno firme, nunca flotando. Camina y empápate de esta sensación de alegría, paz y recogimiento.
Mientras caminas, ve adentrandote en tu interior más y más y comienza una cuenta regresiva al número 21, es decir 21, 20, 19..., hasta llegar al uno. Puedes ayudarte visualizando una escalera, una pirámide o algo que te represente ascenso. Durante todo el ejercicio visualiza tus pies. Recuerda que estas en tu paisaje. Cuando legues al número 1, vas a estar ante un espejo. Obsérvate bien. Recuerda que entre más nítida sea tu visualización, mejores serán los resultados. Recorre tu cuerpo y llega a los ojos. Ahora apaga la luz de este cuarto donde estas y pon tu atención entera en un triángulo dorado que has puesto frente a ti. No hay nada aqui, solo tu, la oscuridad y el triángulo dorado. Concéntrate. Ahora vas a preguntar mentalmente siente veces: Divino Ángel Guardián, ¿cual es tu nombre?, divino ángel guardían, ¿cual es tu nombre?... asi sucesivamente hasta llegar a siete. Cuando llegues a siente observa el centro del triángulo, muy seguramente verás escrito un nombre. Agradece lo que obtengas y poco a poco sal de ese sitio contando en forma ascendente. 1, 2, 3, 4, hasta llegar al número 21, tienes que salir paulatinamente del estado Alfa para volver a integrarte a tu paisaje. Aún estás en este cuerpo espiritual. Aprovecha lo que obtuviste y agradecele a tu ángel, llamándolo por su nombre y platica con él. Es tu momento de intimidad con este divino ser que aunque siempre esta contigo, nunca antes habías reconocido. Este momento puede durar algunos minutos. Despùes sal de ese lugar. Visualiza nuevamente tu cuerpo espiritual frente a ti, en tu cuerpo fisico con los ojos cerrados y observa claramente como este cuerpo espiritual camina hacia ti integrandose a tu materia.
Antes de regresar por completo al aqui y al ahora, agradecele a los divinos ángeles y seres de luz que permitieron la comunicación a este nivel.
Acto seguido, realiza tres respiraciones profundas y mueve lentamente tus extremidades. Despùes abre los ojos y experimenta la sensación de paz que ha dejado en ti la comunicación con este ser de luz que te ama profundamente.
Fuente http://www.conociendoalosangeles.com
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