Manifestarnos agradecidos por las pequeñas cosas que nos regala la vida a cada instante, por insignificantes que parezcan, nos hace sentirnos bien con nosotros y con lo que tenemos.

Porque detenernos siempre en aquello que nos duele, que nos lastima, que nos hace sufrir, que nos enoja, o aquello que nos llena de remordimientos, cuando al mismo tiempo tenemos tanto para agradecer?

Porque desaprovechar esas oportunidades de neutralizar lo negativo de nuestra vida con una actitud permanente de acción de gracias por lo bueno de cada día?

Gracias por el trabajo cuando tantos luchan y se sacrifican por no tenerlo.

Gracias por la casa que nos cobija, cuando tantos duermen en la calle.

Gracias por cada movimiento de nuestros miembros corporales, cuando tantos están en sillas de ruedas parapléjicos, esperando que otros los ayuden con sus necesidades personales.

Gracias por la ropa con la que cubrimos nuestro cuerpo, cuando tantos andan andrajosos y muertos de frío en el invierno.

Gracias por la gente que nos quiere bien, cuanto tantos no logran disfrutar de ninguna compañia.

Gracias por cada latido de nuestro corazón y el aire que respiramos, dones que se nos dieron gratuitamente.

Gracias por la vida misma, que tantos no pudieron disponer, ni siquiera nacer.

Si hacemos un balance justo veremos que son muchas más las razones para mostrarnos agradecidos que aquellas que nos molestan, nos rebelan o nos entristecen.

Si quieres mejorar tu actitud de gratitud y, como resultado manifestar abundancia, un paso importante que puedes dar es terminar lo que comenzaste. Las cosas incompletas drenan tu energía y te distraen, produciendote una sensación de carencia. Al completar y mantener al día las cosas que son parte de tu vida, como tus relaciones, tu situación financiera, el cuidado de tu salud etc., creas una fundación sólida que te aporta una sensación de seguridad mayor, porque podrás tenerte confianza. La confianza en ti mismo comienza con el cumplimiento de tu palabra para contigo mismo y completando lo que drena tu energía. Eso crea una base para que te veas a ti mismo como un ser agradecido y abundante, no a nivel teórico sino como una realidad viviente.

Necesitas tener la confianza en lo más profundo de ti que la abundancia existe adentro tuyo, y eso comienza agradeciendo todo lo que tienes en este momento.

Aún cuando te parezca que las cosas en tu vida no andan muy bien, siempre puedes encontrar algo que agradecer: La comida en la mesa, un buen amigo, el aire que respiras. Hay quienes hacen un recuento de las cosas que tienen en la vida y dan gracias por ellas al final del día. Otros mantienen una lista de agradeciemiento o un diario personal para recordarlo mejor. Esos métodos son buenos, pero hay uno mejor que es estar agradecido de todo. Vivir en total agradecimiento es vivir una vida profundamente feliz.

Es como si estuvieras nadando en el mar de la gratitud....que te apoya y te sostiene.