Aunque te dediques a reunir experiencias y conocimientos, tu vida no se centra sólo en eso, sino también en la satisfacción, la plenitud, la felicidad.
Tu vida se basa en la expresión continua de quien eres realmente.
Pero, entonces (es posible que te preguntes)... ¿Por qué me lleva tanto tiempo conseguir lo que deseo?
No es porque no lo desees con la suficiente intensidad.
No es porque no seas lo suficientemente inteligente.
No es porque no poseas los suficientes méritos personales.
No es porque el destino esté en tu contra.
No es porque otra persona se haya llevado tu recompensa.
El motivo de que no hayas conseguido lo que deseas es porque te mantienes en un patrón vibratorio que no coincide con la vibración de tus deseos. ¡Ése es el único motivo, no hay otro! Ten presente que si te paras a pensar en ello o, lo que es más importante, te paras a sentirlo, conseguirás identificar la discordancia que hay en tu interior.
Así pues, lo único que debes hacer es liberar, suave y progresivamente, poco a poco, tus pensamientos resistentes, que son los únicos factores negativos. El alivio que experimentarás será el indicador de que estás liberando tu resistencia, al igual que la sensación de creciente tensión, ira, frustración y otras emociones negativas indican que has incrementado tu resistencia.
Tú creas tu propia realidad. Nadie más puede hacerlo. Y creas tu propia realidad aunque no seas consciente de ello. Por ese motivo, con frecuencia creas por defecto.
Cuando eres consciente de tus pensamientos, y los ofreces conscientemente, te conviertes en el creador deliberado de tu realidad.
Tus deseos y creencias no son más que pensamientos.
Todo pensamiento que ha sido pensado sigue existiendo, y cada vez que te centras en un pensamiento, activas en ti la vibración de ese pensamiento. Por consiguiente, el tema en el que te centras ahora es un pensamiento activo. Pero cuando desvías tu atención de un pensamiento, éste se convierte en un pensamiento latente, que ya no es activo.
La única forma de desactivar conscientemente un pensamiento es activando otro. Es decir, la única forma de desviar conscientemente tu atención de un pensamiento es centrándote en otro.
Cuando prestas atención a algo, al principio la vibración no es muy potente, pero a medida que sigues pensando o hablando de ello, la vibración se hace más intensa. Por tanto, sí prestas gran atención a un tema, éste se convierte en un pensamiento dominante. Mientras más atención prestas a un pensamiento y más te concentras en él, más practicas su vibración -el pensamiento se convierte en una parte más importante de tus vibraciones- y este pensamiento practicado se convierte en una creencia.
Tus intérpretes vibratorios más sofisticados son tus emociones.
Si prestas atención a los signos de tus emociones lograrás comprender, con absoluta precisión, todo lo que estás viviendo en estos momentos o has vivido anteriormente.
Si prestas atención a cómo te sientes, Comprenderás, desde un nivel muy profundo, todo lo referente a quién eres, quién has sido y en quién te estás convirtiendo.
Si prestas atención a lo que sientes, te será fácil averiguar si diriges tu atención a tu deseo o a la ausencia de él.
Cuando tus pensamientos coinciden a nivel vibratorio con tu deseo te sientes bien, la gama de tus emociones pasa de la satisfacción a la expectativa, al anhelo, a la alegría. Pero si prestas atención a la falta, o la ausencia, de lo deseado, tu gama de emociones pasa del sentimiento de pesimismo a la preocupación, al desánimo, a la ira, a la inseguridad y a la depresión.
Respuestas