La verdad no se como empezar a escribirte, despues de todo el daño que te hice, aunque haya sido sin intención. Me acuerdo cuando eras una niña pequeñita, con aquellos lentes para corregir la miopía y el cabello trenzado. No tenias amigos, y yo no fui capaz de ayudarte a conseguir uno. Me conformaba escuchando lo que todos decian acerca de ti "Pero que inteligente" "Tan chiquita y ya lee y escribe como un adulto"... Te deje empezar a comportarte como si fueras adulta, como si toda la responsabilidad del mundo pudieras cargarla sobre tus hombros. Claro que tampoco fue culpa solo mia. Todos contribuían un poco a dejarme pensar que estaba haciendo lo correcto.
Cuando creciste un poco mas, las cosas no cambiaron; siempre que me demostrabas que podías lograr algo, yo te exigía mas y mas, sin importar lo duro que fuera. Si podías con la escuela, también podrias trabajar simultaneamente, ¡qué importaba que apenas tuvieras doce años! pero no me confomaba nada mas con eso, tenías que ser la mejor en todo, escuela , trabajo, casa... la mejor hija, la mejor hermana... la mejor madre para tus propios padres.
Un dia ya no pude mas, y dejé de interesarme en ti, estaba tan enojada contigo, con tu actitud pasiva, esperando que tu vida cambiara, sentirte amada y dependiendo absolutamente de lo que pensaran los demás. Dejé que la vida te tratara como quisiera tratarte, de cualquier manera, eras tan fuerte, que no necesitabas la ayuda de nadie. Comenzaron las malas compañias, y con ellas, las noches en que te dejé ir sola a sabiendas que algo podría pasarte. Qué importaba que tuvieras que mentir y decir que asistias a cantar en el coro de la iglesia, cuando en realidad, te ibas a los antros, aprovechándote de que pasabas por mayor de edad cuando sólo tenias 15 años. Alguna vez me preguntaste si sería correcto andar con aquellos amigos, y seguir mintiendo... yo te dije que si... perdóname por eso, que fue el inicio de tu pesadilla.
En ese ambiente fue que conociste a quien considerabas tu tabla de salvación en aquel momento en que todo se venia abajo a tu alrededor. Algo dentro de mi me decia que aquella relación era una error, pero no fui capaz de pararte en seco y obligarte a pedir ayuda. Permití que te hicieran daño, y luego, fingí que ese daño no existia... ¡Qué iban a decir todos de tí! que no eras tan fuerte ni tan inteligente, que tu vida estaba hecha pedazos cuando se suponía que apenas estabas empezando a vivir... yo no podia permitir que supieran que te habías equivocado...
Después, algo me hizo reaccionar, darme cuenta de que yo era la única que podía salvarte y darte la mano cuando ibas en caida libre al abismo de donde nunca mas podrías salir. Te sujeté fuertemente... y entonces vi tu carita destrozada... tu brazo y tu pierna rotos, al igual que tu corazon, y tu dignidad... y tu amor propio. Ahora eras tú la que estaba enojada conmigo. No pude decirte nada en ese momento, de hecho, creo que no pude hablarte en mucho tiempo ni tampoco mirarte a los ojos. Te había hecho tanto daño con mi silencio, con mi falta de valor para obligarte a enfrentar las cosas y hacerte ver que tu no debías de ser una víctima, ni sentirte, ni portarte como una víctima.No sabia si todavia serias capáz de perdonarme. Todas las veces que quisiste morir, yo estaba a tu lado, solo observando, sin fuerzas para decirte que estabas cometiendo un error, siempre creyendo que de cualquier manera jamás me escucharias.
Aquella mañana en que por fin volteaste a mirarme, no hubo reclamos, no hubo dolor... no se como pero simplemente te ví sonreir cuando por fin soltaste esa carga tan pesada que traías a cuestas. Sonreiste sin motivo, sin pedirme una explicacion... me dijiste que todo estaria bien, que yo podia estar en paz... y me abrazaste. Volvimos a ser una misma persona... yo te juré que jamás volvería a permitir que algo o alguien te hiciera daño, y lo estoy cumpliendo... tu me juraste que todas las mañanas podria verte a los ojos sin encontrar dolor y amargura... que en tus ojos solo vería esperanza... y esa luz que brilla en tu mirada sin importar que tan bien o mal esten las cosas afuera es lo que me da fuerzas para seguir adelante.
Ahora sé que soy capaz de regresar el tiempo, y de pararme delante de esa niñita asustada y solitaria de lentes y trenzas, y decirle que no debe tener miedo de ver hacia el futuro, que un dia va a crecer y que sera muy fuerte... que podrá llegar a donde ella quiera. Que talvez un dia va a llorar, pero que eso también va a pasar y que siempre contara con la persona que mas va a amarla... ella misma
(C) MMIX
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Querida Kenny: Han transcurrido ya algunos años desde que escribiste esta hermosa carta. Hoy la nostalgia me trajo de paseo a un espacio donde encontré el soporte emocional que requería en aquel entonces. Leer tu carta me impactó por el reencuentro maravilloso entre tú y tu otro yo. ¡Bendito Dios que lo permitió! Estoy segura que la comunicación entre ustedes se ha fortalecido día con día para beneficio de ambas. No sé cuánto tiempo ha de transcurrir para que leas este mensaje; tal vez nunca lo leas... pero donde quiera que estés: Dios está contigo.
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Querida Kenny: Han transcurrido ya algunos años desde que escribiste esta hermosa carta. Hoy la nostalgia me trajo de paseo a un espacio donde encontré el soporte emocional que requería en aquel entonces. Leer tu carta me impactó por el reencuentro maravilloso entre tú y tu otro yo. ¡Bendito Dios que lo permitió! Estoy segura que la comunicación entre ustedes se ha fortalecido día con día para beneficio de ambas. No sé cuánto tiempo ha de transcurrir para que leas este mensaje; tal vez nunca lo leas... pero donde quiera que estés: Dios está contigo.