No basta con un profundo amor para que la pareja viva en plenitud. Es fundamental que exista orden en la relación de pareja, de otra manera, lamentablemente está destinada al fracaso.
Gunthard Weber en su libro Felicidad Dual habla muy claramente sobre esta ley sistémica que Bert Hellinger sostiene en sus talleres y entrenamientos: el orden sostiene al amor.
Por ejemplo, en un matrimonio predomina la relación de pareja sobre la familia de origen de cada uno de los cónyuges y sobre los mismos hijos, cuando uno de los miembros de la pareja ya tiene un hijo con otra persona antes de relacionarse con la nueva pareja, el hijo ocupa el primer lugar.
Tanto en los talleres que imparto como en el consultorio, me he dado cuenta de cómo se rompe el orden y por ende la calidad de la relación se deteriora en cada vez más parejas.
Un paciente me decía hace algunos años que él todas las tardes al salir de su trabajo se dirigía a la casa de sus padres a "darles una vuelta" y que no entendía por qué eso le resultaba tan molesto a su mujer "es mi familia..." decía con dramatismo.
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