No se elige la personalidad, vienes con ella determinada en los genes y con ella tienes que vivir.Hay personas que van pasando por el mundo de puntillas, sin hacer ruido, dejándose llevar por la corriente de la vida. Sin complicarse, sin comprometerse, casi sin vivir. Y son felices...?? no, no lo son, simplemente se acostumbran a vivir una mentira que llaman FELICIDAD. Hay momentos en la vida en los que nos encontramos estancados, contra las cuerdas, sin encontrar una salida.
Puede incluso que nos aferremos a relaciones viciadas, donde los miedos se hacen dueños de la situación.
No somos capaces de vislumbrar un horizonte que puede traernos una gran felicidad por esos miedos que residen en nuestro interior.
Es más, a veces, nuestros amigos intentan abrirnos los ojos, enseñándonos puertas que, a pesar de estar bien abiertas, nosotros vemos cerradas.Yo, por mi experiencia sé, que mientras uno no quiera cambiar el rumbo a su propia vida, no hay nada que hacer.
Porque es cierto que cuando te hacen daño, consciente o inconscientemente, cierras puertas y ventanas para que ni el aire te roce. Ese aire que antes traía consigo la risa y la alegría del que es feliz, en esos momentos de dolor solo es capaz de traerte escarcha y frío.
Y es en ese justo momento en el que uno decide, siempre por si mismo, que es el momento de cambiar el rumbo. Ya no hace falta que te lo diga nadie porque eres tu quien lo ha decidido.
Y un día, te descubres con los ojos muy abiertos, y con una gran sonrisa iluminando tu cara...
Y decides disfrutar de cada momento como si fuera el último.
Y vuelves a sentir, a cantar, a reír...En definitiva, ese cambio de rumbo te hace volver a vivir...VIVIR en mayúsculas.
"Gracias por estar ahi"
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