Cuando se piensa en la violencia femenina, lo primero que nos viene a la mente, son los golpes físicos.
Tenemos tendencia a confundir actos de violencia llegando incluso a confundirlos como actos de amor cuando el esposo sutilmente limita a la esposa de ejercer sus derechos tales como: Trabajar, estudiar, o simplemente aislándola de todo contacto con amigos y familiares. De este modo viola su libertad, sometiendo a la mujer a sus “reglas” con el pretexto de “protegerla” del mundo exterior, y delimitando su mundo al cuidado de la casa y de sus hijos.
Este tipo de violencia psicológica lleva consigo amenazas, insultos, humillaciones y hasta desprecios hacia la esposa, no le dan valor a su trabajo y mucho menos a sus opiniones, la mujer queda sometida a una manipulación total, hasta hacerla sentir culpable e indefensa, ayudando de esa manera al esposo a sentirse más en control y dominante sobre su esposa.
Muy poca o ninguna atención le ponemos a este tipo de violencia, la mujer no puede demostrar las “heridas psicológicas” o las consecuencias a corto o largo plazo, nos encontramos muchas veces con mujeres que aparentan ser felices y realizadas, las vemos acompañadas del esposo y ni siquiera nos podemos imaginar que detrás de ese esposo “protector y amoroso” se esconde el maltrato hacia la esposa que pone una sonrisa tímida para esconder el ambiente dictatorial y malvado al que su esposo la tiene sometida.
La violencia psicológica deja heridas que nunca sanan, y es provocada por cobardes que esconden su falta de hombría enseñándole al mundo una imagen que transforman totalmente en el “macho poderoso” cuando están en su hogar, y es violento y abusivo con los seres más frágiles tales como los niños y la mujer que le fue dada como compañera.
Pero nos encontramos con actos que puede ser percibidos como la violencia que deja heridas y cicatrices visibles, violencia que empieza desde empujones hasta golpes a puño cerrado, patadas o algún tipo de arma u objeto, este tipo de violencia que no se puede esconder y la que muchas veces nos hace tomar conciencia social y jurídica va unida a la violencia psicológica y termina algunas veces en el asesinato de la esposa, dejando en la orfandad a niños que llevan por siempre la visión de la madre siendo molida a golpes, y deja a un hombre en prisión que da toda clase de excusas y razones por lo que hizo.
Sabemos entonces que la violencia de género es un fenómeno que nos alcanza de diferentes formas, se piensa que la violación sexual no ocurre detrás de las puertas cerradas de un hogar, que se dan incluso embarazos forzados, podemos algunas veces enterarnos en los medios de comunicación algún dato o información de mujeres que han caído victimas de la violencia a manos de su pareja.
En este siglo XXI, cuando está demostrado que las mujeres somos tan necesarias y útiles como los hombres, debemos establecer nuestros derechos y obligaciones, porque estar en una relación que nosotras queremos, no significa que debemos aceptarlo todo, tenemos derecho a decidir, porque somos personas y no objetos sometidas y a disposición de un hombre cuyos abusos sólo son para anularnos, debemos poner un alto y no permitir que nos devalúen y que nos quieran mantener al margen de y a voluntad de lo que ellos quieren, sin tomarnos en cuenta.
Es frustrante cuando la mujer denuncia al agresor y aun así, muchas veces no nos creen y esa es otra clase de violencia porque no escuchan nuestra voz.
Desconocer o pretender desconocer y hasta seguir unida a un maltratador, es también estar de acuerdo con la violencia. Y no denunciarla es aceptarla y hasta fomentarla.
Escuchemos la voz de la mujer que sufre de violencia sin criticarla, orientémosla y de ser posible, guiémosla a dar los pasos necesarios y enseñémosle a respetarse, enseñémosle a descubrir que si podemos ser dueñas no sólo de nuestro cuerpo, sino también de nuestra vida y voluntad.
Sólo así lograremos cambiar el mundo, nuestro pequeño mundo, libre de maltratos y consecuentemente lograremos formar también hijos respetuosos y compasivos para las generaciones futuras.
¿Has hecho algo para parar la violencia?
Me gustaría saber tus opiniones.
¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!
Respuestas