Tal vez yo sea un algo antigua, tal vez aún no me acostumbro a esta vida tan moderna donde los teléfonos entran ¡hasta en el baño! y no porque sea malo, pero siento que hay un gran abuso por estos aparatitos que han venido a invadir nuestra intimidad, a tal grado que ahora hay que contestar al instante, porque suena y si algo suena hay que ir a ver quién llama, qué se le ofrece, ¡no vaya a perder millones! Por favor.
Desde el inicio de los teléfonos celulares yo vi un abuso, entonces a alguien le sonaba y sacaba su armastote, a veces la persona hacía con timidez y otros arrogante. Me tocó ver a empleados que ni sabían cómo contestar o se hacía bolas, pero que su patrón le hablaba por celular y así checar dónde andaban o pedirles algo, que para eso son los celulares, y está bien, así se evitan vueltas. se gana tiempo, se ahorra dinero. Los tímidos hablaban como apenados y los otros eran ostentosos, como diciendo: ¡miren soy freón, yo sí traigo celular! y aunque no hablaran con nadie, lo sacaban,lo limpiaban y hacían como que platicaban, claro alguien imagnario porque en esos años sólo unos cuantos traían celular, pero hoy la cosa cambia, hay familias donde todos, todos tienen su celular, bueno nomás falta el perro, pero como todo inventa capaz que al rato los habrá, así las personas que dejan a la mascota sola durante el día, podrá "ser escuchado por su perro o gato".
Suena el celular en misa y la persona rápido ve su bolso, el saco o donde lo guarde, y es la locura ¡es una apuración incontrolable! una porque quién será, no vaya a ser que se esté muriendo y yo en misa, ¡por Dios! si contestan ahí vamos a enterarnos de su plática y si sale los va a tocar codazos, empujones o una pisada o taconazo, porque hay que contestar, si suena es por algo. Generalmente la gente inconsciente siempre olvida apagar, poner en silecio o vibrador
su teléfono celular, éstos timbran, repican, suenan, maullan, quiquiriquean, cantan, silvan o hablan, según el caso o gusto de cada quien, en donde sea, absolutamente en todos los lugares. Me ha tocado ver muchas, pero muchas interrupciones, porque vayan que lo logran. La gente contesta en conferencias, conciertos, obras de teatro, desde luego misas, clases ni se diga, actos políticos, ufff. Aunque ahora digan una y otra vez RECOMENDAMOS APAGAR SUS TELEFONOS CELULARES O FAVOR DE PONERLOS EN VIBRADOR, pero siempre hay uno o varios despistados o irrespetuosos. Y en las casas, bueno cada quien sabe a qué horas le ha sonado el celular,cada quien habrá de recordar que en más de un ocasión fue interrumpido por un ¡celular! y que lo odió. ¿o no? seguro pasó en un momento muy, pero muy especial, como estar con su pareja haciendo el amor, y si suena pues ya qué, pero lo peor de lo peor es que el dueño de ese celular, haga pausa, se levante y ¡conteste! o peor aún, que sea un mensaje y tenga la imprudencia de contestar, o sea escribir el mensajito a sabrá quién, después regrese a la cama como si nada, como si hacer el amor fuera como hacer una mezcla o un batido para pastel: le muevo, le pongo, interrumpo y regreso a seguir haciendo la mezcolanza. Bueno, pero si hasta los pasteles se cortan si uno los deja un momento, hay que estar ahí sin pausas, agragando los ingredientes, uno uno, como dice la receta,hacer las cosas bien. Una misma debe terminar de mover el atole, cierta comida que requiere eso, hay comidas delicadas y no cualquiera puede meter mano o hacer pausa, eso se oía decir a las abuelitas y es cierto. Por ejemplo, los tamales, el pan, hasta los tejidos y costuras. Hay actividades que son delicadas y si son interrumpidas puede suceder que no se logre el efecto esperado, que molestemos a los demás con nuestra inconsciencia, así sea quien llame. Así que por favor pongamos un alto a los celulares, a como veo, creo que ya es tiempo de poner un letrero en la puerta de la recámara y en muchos otros lugares que diga ¡ALTO, FAVOR DE DEJAR AQUI SUS CELULARES! y claro, APAGADOS, A PA GA DOS, porque si no sale lo mismo.
Hoy, en esta era tan moderna se descuida mucho la intimidad. No me gusta ver que mientras una pareja está en algún restaurant, su acompañante llame por celular, en lugar que los dos platiquen y disfruten ese momento, hacen cada uno sus llamadas, sus "pendientes", sus negocios, no vaya a ser que pierdan millones. Lo peor de todo es que no sólo se utiliza el celular para lo arriba dicho, ahora el celular es también causa de divorcio, ahora muy fácil hay infidelidades, este aparatito que se supone ahorraría tiempo y dinero y que resolvería problemas ahora también los causa. El teléfono celular es el gran aliado de los infieles. Es tiempo de poner un hasta aquí. Hasta mañana.
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