1. Busca tiempo para las lágrimas. Estás herida, es normal que tu proceso de recuperación necesite tiempo y espacio. Así que mantén tu agenda libre, toma un baño, recuéstate tanto como lo necesites, tómate un té, escribe un diario, sal a caminar, llora todo lo que tengas que llorar.
2. No te preguntes qué sucedió. No te culpes de nada a ti misma, no te recrimines por lo que está fuera de tu control. Ni siquiera te hagas la pregunta “¿qué hice mal?” porque tú no hiciste nada mal. Culpa al destino o al universo, pues estás experimentando un ciclo natural e inevitable, porque los sentimientos cambian, las relaciones terminan, el calor se enfría, las hojas de los árboles caen, las personas mueren.
3. No te preguntes por qué. Es sólo una pregunta para torturarte. Generalmente las relaciones terminan por una infinidad de razones complicadas, es imposible desmenuzarlas y encontrar una causa única del por qué se acabó tu relación. Ahórrate esa actitud de detective, estarás mejor si aceptas la ruptura y no tratas de descifrar por qué ocurrió.
4. Deja a tu amor partir. Sí, es muy cursi el dicho “si amas algo, déjalo libre”, pero piensa que tratar de convencer a tu ex de quedarse contigo cuando él ya no quiere es una pérdida de energía que sólo retardará tu recuperación. No supliques, no trates de negociar, no le envíes incontables mails, no llames a sus amigos, no te aparezcas en su trabajo, no veas sus fotos en la red. Cuando sientas la urgencia de entregarle tu corazón, detente, siéntate y di la siguiente frase en voz alta: “Te dejo ir porque te amo, porque me amo más a mí y porque merezco un amor recíproco”. Repítela hasta que tu impulso desaparezca.
5. Permítete enojarte pero no amargarte. No busques venganza, no hables mal de tu ex, no sufras ataques de rabia, no hagas nada de lo que te avergonzarás después. Sé la más respetable de los dos, sin importar qué tan insensible fue él contigo. Deja que tu ira te motive a volverte más fuerte, a sanar y a nunca más conformarte con menos de lo que mereces.
6. Revalórate, reinvéntate, cambia. Limpia tu clóset, regálate un masaje relajante, tíñete el cabello, cómprate sábanas nuevas, inscríbete en una clase de yoga o danza, estrénate como una nueva persona. Con cada final viene un principio, ¿qué dirección quieres que tu nueva vida tome? Haz una lista de tus objetivos y aclara cuáles son tus prioridades
7. Encuentra compañía. Sabes que no estás sola y no eres la primera ni la última en tener el corazón roto. Habla con amigos, vean películas, escuchen música, compartan libros. Toma consuelo en las historias de quienes han amado, perdido y viven para contarlo.
8. Toma tu recuperación como un trabajo. Terminar una relación es como el equivalente emocional del trabajo de construcción. El esfuerzo es enorme, terminas cubierta de mugre, puedes lastimarte un dedo, pero si te tomas tu tiempo, si eres consciente, si trabajas para sanar en lugar de quedarte estancada, al final obtendrás una hermosa y sólida casa nueva.
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