Solo pequeñas hojas
que se vuelan sin rumbo,
debatidas en un viento helado,
es todo lo que queda ahora en nuestra casa,
la que antes se llenaba de polvo de estrellas,
de colores brillantes,
donde todo era mas sencillo y lleno de calor.
Me da frio cuando abro la puerta y no veo a nadie,
me recorre ese aire de desolación y de angustia ,
por no saber nada de quienes en otros días,
estaban siempre compartiendo alegrías, penas,
lo bueno lo bello, lo que duele, lo que te hace feliz.
Ya no queda casi nada, pero siempre vuelvo,
hasta que el cansancio me venza y mis ganas se hayan ido
a buscar nuevas emociones, en un lugar de donde seguramente
un día también dejaras, por lo mismo que dejaste esta, tu casa amable,
donde has sigo tan feliz.
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