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Domingo 18 de setiembre de 2005
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A boca de jarro
Beatriz Goyoaga : “¿Por qué hay que perder tanto tiempo en la vida?”
"¿Qué es lo primero que hace un ser humano al nacer? Inspirar, recién después comienza a llorar. ¿Y qué es lo último que hace en esta vida? Expirar. Pero hay más: podemos estar sin comer, sin beber, pero no podemos estar sin respirar", explica la española Beatriz Goyoaga.
Goyoaga es periodista, corresponsal en Buenos Aires del diario inglés Daily News y, además, instructora y representante en la Argentina de la Fundación Arte de Vivir, organización creada por el místico Ravi Shankar. "Arte de Vivir es para la mente lo que Greenpeace es para la conservación del planeta", aclara.
–¿Cómo conoció a Ravi Shankar?
–Leyendo un diario serio (ríe). Cinco años atrás descubrí un aviso que decía Respira Buenos Aires, y algo más abajo la imagen de un hombre con hábito blanco y barba y pelo muy largos. La convocatoria era el sábado 5 de junio, a las 16, en la sala AB del Centro Cultural General San Martín. El hombre era Ravi Shankar, que anunciaba un curso de sudarshan kriya, una técnica desarrollada por él, basada en la respiración y presentada en 1982, que encerraba una "profunda sabiduría, humor, meditación y un resplandor de eternidad". Me entusiasmé y traté de convencer a Ludovico, mi marido, que siempre está interesado en los estudios orientales.
–¿Le contagió el entusiasmo?
–Su mente matemática de ingeniero no le veía mucho sentido, pero finalmente lo convencí con un argumento irrefutable: que el aviso agregaba que había un descuento interesante si iban dos personas. De todos modos, al principio no entendía nada. Ravi Shankar hablaba continuamente de encontrar el espacio interior y, para mí, el único espacio interior que conocía era el que había entre el corpiño y la camisa. Hice el curso y posteriormente viajé a la India para terminar mi especialización.
–¿Cómo sigue la historia?
–Tengo dos hermanas en España que cada tanto me visitan. Siempre recuerdan que uno de mis temas favoritos era refunfuñar contra los encargados del garaje donde guardaba mi auto. Dicen que protestaba: "¡Me odian! Siempre me ponen el coche escondido por el fondo, en el lugar más sucio y oscuro, donde no lo pueda encontrar si estoy apurada. ¡No saludan, siempre de mal humor! ¡No sé cómo los aguanto!" Hice el curso, pasó un tiempo, y en su próxima visita mis hermanas no podían creer lo que escuchaban. Yo me deshacía en elogios a los simpáticos y cálidos empleados del garaje que cuidaban mi auto, me trataban con cariño y preguntaban a qué hora lo iba a buscar para tenerlo preparado. Traté de explicarles que todo se debía a que Ravi Shankar me había enseñado a respirar, pero no sé si entendieron.
–¿Cómo es Ravi Shankar?
–Un hombre muy cálido que sostiene que la única seguridad verdadera en este mundo es el proceso mismo de dar amor. Además, con mucho humor. Suele comentar: "El tema es poder reírse de cualquier cosa que pueda suceder. No hay nada grandioso en reír cuando todo marcha bien. Todos lo hacen de alguna forma. Sin embargo, cuando alguien es verdaderamente fuerte debería poder reírse cuando todo se derrumba. Porque la risa le dará fuerza para manejar cualquier situación". Nació en el sur de la India y fue un niño fuera de lo común.
–¿Por qué?
–Cuando tenía 4 años sus padres descubrieron que podía recitar de memoria un texto sagrado muy antiguo, el Bhagavad Gita. Como otros maestros de la India, es físico y psicólogo. En agosto de 1995, en la celebración del 50º aniversario de las Naciones Unidas, fue invitado a explicar en la sede de Nueva York cómo podía lograrse la evolución del ser humano hacia una espiritualidad mayor. Una vez le escuché un comentario muy divertido sobre las diferencias religiosas.
–¿Qué dijo?
–Que las discusiones sobre religión le hacían pensar en un montón de gente peleando por la cáscara de un plátano. Porque en el fondo, todas las grandes religiones dicen y buscan lo mismo, cada una en su estilo, que es lo menos importante. Hay que recuperar el sentido profundo del plátano, que es algo más que una religión, es la espiritualidad... terminó riendo.
–¿Tiene algo que ver con el famoso Ravi Shankar, virtuoso del citar?
–No. Por casualidad, hace poco se encontraron en Berlín. Entonces, un diario alemán publicó en primera plana, con el título de Ravi Shankar, las dos fotos. El músico ya tiene más de 90 años, pero ha formado un extraordinario grupo de virtuosos del citar que siguen sus enseñanzas.
–¿Qué más dice Ravi Shankar?
–Que la felicidad es estar en el momento presente. Generalmente, la memoria oscila entre el pasado y el futuro. Nos enojamos por algo que nos ha pasado o, si no, lamentamos cómo sucedieron las cosas. Observe su mente. Fíjese cuánto tiempo se lo pasa en el ayer, en el año último. Sin embargo, el pasado es el pasado, ya se acabó. Y el futuro aún no existe. ¿Por qué hay que perder tanto tiempo en la vida? Estar en el momento presente, eso es el arte de vivir. Eso es vivir la voluntad de Dios.
–¿Qué significa sudarshan kriya?
–Sudarshan significa visión correcta de mí mismo; kriya, acción purificadora. A medida que se practica, cada célula del cuerpo se vitaliza y libera toxinas y emociones negativas que han sido acumuladas en tiempos pasados. La palabra sánscrita para salud es swasta, y significa estar centrado. Ravi Shankar sostiene que la cultura contemporánea descentra la mente de la gente y por eso pasa todo lo que pasa. Vivir descentrados, por más dinero y bienes que acumulemos, nos hace desgraciados. Su respuesta para volver a la swasta es practicar el sudarshan kriya.
Luis Aubele
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