Cuántas veces hemos culpado a los hombres de todas nuestras desdichas y sufrimientos! Muchas veces nos hemos dejado llevar por la amargura y resentimiento lamentándonos de ellos, sin detenernos un instante a pensar si somos nosotras quienes estamos fallando en algo…
Sé que la vida para muchas mujeres a veces es injusta, que la mayoría de las infidelidades provienen del hombre, pero de igual manera la mujer en muchas ocasiones ha caído en la infidelidad, quizás por la falta de atención de la pareja o como ha sucedido en muchos casos por llegar a enamorarse de tal manera que no le importa para nada el saberse unida a otra persona en los lazos del amor.
Personalmente he podido observar situaciones de estas, vividas a diario, y muchas veces no terminan de la manera más feliz que se pueda imaginar.
A pesar de saber que tiene a su lado un buen hombre que le da un amor inmenso, que trata de rodearla de todo lo que pueda en cuanto a sus posibilidades, tristemente para ella el amor no es lo suficientemente grande como para llenar sus vacíos y caprichos, es entonces cuando se deja llevar por las palabras bonitas de alguien que llega en forma cautelosa a sus vidas y se va metiendo entre los dos para ganarse la confianza y con ello, dejarse llevar por el deseo de tener a esta mujer que deja sentir la inmensa apatía e infelicidad que siente al no poder tener todo lo que desea.
Es entonces cuando entre flirteo y flirteo, entre pequeños roces de sus cuerpos entre los dos, casi como al descuido, aprovechando en esos momentos en que están a solas y sin respetar su hogar, escudándose en la amistad que existe entre su pareja y él, en esas noches en que se reúnen, van edificando una semi-relación que les parece divertida sin tomar en cuenta el daño que podrían ocasionarle a la tercera persona que confía, que ama, que entrega a quien considera su mujer.
Tanto es el asedio, las miradas, que terminan acostándose y dando rienda suelta a sus deseos sin importarles nada más que el lívido… ella se siente feliz y sabe que el le proporciona sus caprichos, se vuelve su amante y no le importa ya nada más que comprarse muchos pares de zapatos,
vestidos, algún pulso de oro, cositas que a pesar de la poca economía de la pareja quizás podría tener eso si a base de economizar, pero a veces la codicia o el amor ciegan a la mujer hasta el grado de caer en manos de alguien que solo busca satisfacer sus instintos sin importarles si destruyen un hogar o no.
Nuestra amiga pregunta en su carta de qué manera puede salir de este círculo vicioso, de qué manera puede enmendar el camino andado y cómo puede hacerse perdonar por quien le ha dado amor y todo lo que ha podido.
Yo solo me he limitado a decirle que en este sitio dedicado a temas de mujeres y para las mujeres están en forma constante personas lindas de alto valor a quienes la vida les ha dado un poco de dolor, un poco de alegrías y porqué no decirlo igual han pasado por momentos difíciles cada una en su vida, por eso mismo dejamos este escrito en manos de ustedes mujeres lindas para que cada quien a su estilo y manera y de forma cariñosa dejemos nuestro pensar y sentir a esta mujer que se encuentra desorientada y ha descuidado el rumbo de su vida.
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