Misiva del perro vagabundo a sus amigas Querida amiga: El amor y la soledad han sido los grandes inspiradores de las cartas. La magia de las misivas perdurará a pesar de la masificación de los medios de las telecomunicaciones, porque los sentimientos añoran el dejar una constancia en el tiempo de su existencia, de su realidad. En el género epistolar no siempre es necesaria la experiencia personal. La magia del escritor está en el poder imaginar a partir de un conocimiento básico, el crear, el visualizar y hacer "realidad" los sueños de su imaginario. Sin embargo, es curiosa la importancia del dolor en la literatura; es como si no se pudiera concebir la poesía o la creación, sin dolor. El amor y el dolor lo son "casi todo" en la literatura; por eso, el amor, el desamor y el sexo, forman parte de todas esas batallas que conforman mis recuerdos afectivos y de los que he salido casi siempre: muy mal herido. Otro punto en la necesidad de una musa-cómplice, una compañera de letras y sentimientos para exigirse, leerse o corregir la obra mutuamente o simplemente: para poder idealizar y fantasear a nivel creativo. El imaginario amoroso tiene que ir más allá de una masturbación mental; necesita de alma para que los versos gocen de un espíritu inmortal. También es muy importante disponer y el poder trabajar en un espacio propio. Ayer era la mansarda o un legendario ático; hoy es ese estudio, adecuado en función al espíritu del escritor. La Internet suple en gran parte la asistencia bibliotecas, a sitios de tertulia, talleres o eventos literarios, pero es muy importante el ser muy selectivos en la calidad de las comunidades a las que se pertenece. Al que vencer esos miedos a ser plagiados o "robados", ya que quien lo haga, no sólo deja demasiado o todo que desear como persona, sino que corre el riesgo del escarnio y ridiculización "internacional", por la globalización de los medios culturales. A mí personalmente me encantaría escribir en la finca, cerca al jardín y a la piscina con un vaso de vodka, whisky o ron al frente y cerca a una o dos pieles, a sus sonrisas, a la fragancia de sus cuerpos, a la transpiración de su sexos... quizás porque siempre he sido muy querendón o consentido... ¡ah! Y en piyama o sudadera... mi espíritu no es sórdido ni huraño, no soy tan estepario ni podría producir como literato espartano. No soporto la pereza literaria del texto breve o de sus textos que brotan de espíritus pobres o temerosos, que nunca se han atrevido a vivir con pasión la vida; o a esos poetas que creen que el cantar sus experiencias asombrarán, sin la necesidad de leer clásicos y contemporáneos permanentemente. Todo escritor o poeta descubre su voz propia, fruto de todo un proceso de aprendizaje inconsciente; somos o escribimos y la calidad de los textos dependerá en gran parte de la calidad o selección de nuestras lecturas. Es delicioso leer textos "maduros" y son aquellos que nacen de la aleación del conocimiento propio, de las experiencias propias y de las de terceros y de las lecturas que influenciaron sus producciones o la estructura intelectual del autor. Cuando leemos buenos poetas, estamos enriqueciendo los del bagaje cultural de sus lecturas. Los hijos jamás dejamos de escuchar los pasos de nuestros padres, todos los recuerdos de infancia y de juventud. Los recuerdos ya sean buenos o malos, influyen en nuestros conceptos literarios. Personalmente tengo grandes expectativas para poderme dedicar a corregir y visitar la gran parte de mi obra en Anapoima o "puerto arruga", pueblo para veranear de clima caliente durante casi todo el año y que dista a dos horas de viaje de la ciudad capital. Es verdad que es un vividero privilegiado para la tercera edad, pero creo que allí encontraré una fuente de motivos o mojones inspiradores. Ya no pretendo ser una fábrica de poemas y metáforas, porque día a día, respecto más el tiempo en mis lectores y a la vez, sé que seré leído con una visión y conceptos más críticos. No creo en el escritor profesional que escribe por cuartillas redactadas, porque unos pocos versos pueden tener más valor que muchos libros extensos... el arte no se puede producir en serie, salvo el caso de algunas serigrafías o producciones en serie, pero que respetan estructuras o códigos impuestos. Se necesita amor y alma. Sin sentimiento, la obra equivale a un frío testimonio o documento. Nunca sabré si fue un acierto el haber vivido momentos desenfrenados y anticipándomele 10 o 15 años a los momentos propicios de las edades. La vida me enriqueció con buenas historias o experiencias para escribir, pero casi que hace de mi también un suicida profesional; llegué a pensar que podría llegar a ser conocido como: "Cediel, el pésimo suicida". El medio poético en mi país es muy curioso y particular. Ahí excelentes estudiosos y poetas profesionalizados, pero que no trascienden a nivel internacional. El mutuo elogio y la no crítica, nos corroen peor que un cáncer. Los grupos y los escritores no son permeables y en el fondo, poco generosos con su trabajo; existe una gran envidia y celo. Hay una clase elitista, culta con acceso a la academia y un lumpen intelectual que se abre pasos a codazos, que toma la poesía como una opción de vida para dejar de ser un don nadie. Sólo una minoría asume con seriedad una formación literario poética permanente, confirmando el concepto que entre más se lee y se estudia, menos se sabe. También la poesía se ha convertido en un fortín de alcohólicos y homosexuales de ambos sexos que se exhiben y especulan por medio de la palabra. Hoy es un horror que alguien publica un texto, sin haber leído conocido un mínimo de 30 autores u obras, por las facilidades de ilustración. Estoy de acuerdo con ese dicho que dice: dime que has leído y sabré si vale la pena leerte. Las temáticas brotan del instinto natural o de las voces de las raíces más profundas del alma de cada autor. Cada autor es único. Imitar voces es un suicidio. Encasillarse en estilos o técnicas, es castrarle la magia un estilo que puede ser novedoso o revolucionario. Inclusive dentro de una misma temática, cada voz será única. Las temáticas son fruto del historial formativo que conforma la calidad de las lecturas. Todos escribimos para que nos lean, pero hay que leer mucho, para intentar escribir con cierto valor o calidad. De la plástica depende la calidad del arte. No hay que tener afán por editar, pero escribir sin una proyección editora, no tiene sentido. Escribir por escribir como ratones temerosos, hace ver a esos escribanos anacoretas como masturbadores profesionales de las palabras. El mundo de las comunidades NING, me ha permitido conocer voces, personas maravillosas y quizás hasta encontrarle respuesta a cuestionamientos contemporáneos, como el que sí existe el amor o el sexo virtual. Quizás estamos asistiendo al cambio del papel por los textos digitales... no es ser pesimistas ni románticos, pero hay realidades como la tendencia a la obra breve y que allí dentro esa obra se encuentre todo: filosofía, testimonio existencial, calidad literaria, amor o erotismo, conocimientos temáticos, asombros... y por eso, creo que día a día se impondrá la prosa poética como estilo. Cuando escribo un texto en prosa poética, podría escribir 30 o 50 poemas perfectamente con los mismos textos. No soporto la pereza en muchos poetas contemporáneos, incapaces de redondear unos buenos textos. El texto debe brotar del intelecto y del alma como dije antes, pero reconociendo el valor y la importancia de los maestros. Cada uno debe descubrir a sus maestros o aquellas voces que le llegan e influyen. Otro factor que incide y respeto a pesar de mi aparente ateísmo o anti religiosidad, son los conceptos y la posición asumida frente a los religioso. Yo oro a mi manera. A mi manera con mucha fe, cuando mi hijo estaba pequeño y en peligro de muerte; cuando mi madre y luego mi padre enfermaron de cáncer; por mis hijos cuando fueron a estudiar al exterior... por mi salud mental. He intentado ser un buen ciudadano a mi manera. Creo que he sido congruente con mis palabras y mi filosofía existencial. Siempre intentado actuar y responder a una escala de principios y valores naturales, que considero infalibles. Sé que fuimos educados para respetar y sentirnos orgullosos de un buen hombre. A no ser hijos de puta como podría ser un murte. Es innegable la influencia mis padres y de mis hermanos en mi literatura, sobre todo los textos de nuestro hermano mayor Luis Benjamín y los de nuestro querido tío es monseñor, casado, separado, arrejuntado, revolucionario, pionero de la sociología en Latinoamérica, presidente honorario las socialistas, etc. etc. El amor por el campo, el respeto por el campesino o las personas humildes, por el obrero… lo aprendimos durante las excursiones por los caminos reales o de herradura con nuestro padre y los tíos que invitaba; él fue un gran humanista así como nuestra madre que fue feliz trabajando con los niños quemados en un hospital de caridad como voluntaria dos días a la semana, durante más de 12 años… quizás reconocí de una manera tardía su amor y comprensión en mis crisis, cuando aún no se hablaba de bipolaridad, sino de maniaco depresión... el amor de mi exesposa mi amada osita, a quien le di motivos suficientes para que me odiara o simplemente, me ignorara para siempre... ese amor sin límite de mis hijos Héctor Ernesto y Brianda Lucía... de mis amantes... de mis amigas... de esos amigos que poco a poco la vida se devoró... de las compañeras con las que compartido durante años mi vida... de mi hija María del mar, a pesar de no haber compartido con ella los momentos más hermosos de su infancia y adolescencia como padre... es motivo de vergüenza y no de risa, el haber perdido desde hace muchos años la cuenta de mis amadas amantes, pero desde hace tiempo casi que soy un absurdo monógamo, pero me quedé con la fama de ser un perro vagabundo. Vivir huyendo como muchos no sé de qué y solo me sentía seguro escondiéndome bajo la piel del amor. No soy compasivamente infiel, pero cuando dejó de amar, me desencanto de todo. No soporto sin amor la vida. Me fastidia el sexo por compromiso, sin magia; no concibo el sexo circunstancial como en otras épocas. Me he enamorado de la literatura. Escribo para vivir. Me he enamorado de la vida, para disponer del tiempo suficiente para escribir. La mujer ya no es el juguete que simplemente me traía o regalaba felicidad. He sido demasiado afortunado y creo que eso en gran parte ha sido malo o me perjudicó en demasía. El sufrimiento me ha enseñado a querer, a amar, pero sobre todo: le ha regalado a los textos una sombra nostalgia, que dolor, que seduce y agarra a los sentimientos de los lectores y especialmente, a mis queridas y apreciadas lectoras. Como buen lesbiano creo que soy feminista, porque escribo principalmente para ellas. Amo a las lectoras porque comparten con generosidad mis palabras cuando las reenvían o comparten con generosidad con sus amistades... además me permite sentir sus pieles y algunas, hasta el disfrutar o compartir de su sexos virtualmente. Quizás más metafóricamente que real, pero sin la ayuda de algunas voces, no habrían nacido muchos textos. Desafortunadamente secretos sagrados como nos enseñó nuestra madre y no puedo hacer reconocimientos en público de ellas. He luchado demasiado, me cansé, me tomé años sabáticos y ahora deseo ser algo más que un talego de ilusiones, un creador de fantásticas utopías... es invaluable el poder compartir estas palabras y saber que no estamos solos. Solo tengo motivos para querer y enamorarme de mi familia. Me siento muy orgulloso de los logros de mi familia. Sé que puedo correr a los brazos de la felicidad, sin necesidad de excusas ni engaños. Mi mayor riqueza y felicidades es ver que mis hijos, ya tienen todo lo necesario para ser felices. Sé que heredarán más que recuerdos necios, más que algunas hojas bien o mal escritas. Ya he dejado de escribir recuerdos e imaginaciones... la fantasía jamás remplazará al vivir la realidad. Hoy deseo vivir y conocer otras realidades. Desde ya comenzaré a leer para aprovechar el viaje a Marruecos, a ese desierto que solo puedo concebir con la imaginación y que deseo vivenciar, ya que me hechiza como el mar, las selvas o las montañas. Hay cantidad de expectativas y preguntas por resolver. El dolor siempre será un ingrediente más en los textos, pero ya no una constante con la gran incidencia, aunque seguirá siendo parte de la felicidad que me permite gozarme los textos. Te has preguntado: ¿qué haces para comenzar a vivir o si vives la verdadera vida? ¿Vale la pena, aprender a vivir tardíamente? Nunca supe todo lo que perdí, por vivir fingiendo o viviendo la falsa vida. La experiencia siempre será un maestro brutal, que nos enseña por lo general a vivir y a sobrevivir, sin anestesia. Ya he perdido la fe en las oraciones. Me produce asco más que urticaria, el escuchar hablar de diezmos con hambruna o el ver cómo las iglesias han transformado en verdaderas lavadoras de dinero, sin el más mínimo control fiscal. Por eso leo y escribo, quizás a veces hoy repetitivo o reiterativo, para no sentirme solo, para intentar el dejarle un mañana más amable y eficiente a todos nuestros hijos. El perder duele demasiado, pero es simplemente imposible el renunciar al amor. Quizás el otoño tiene la magia o el poder para decantar los recuerdos y por eso, mi amada osita tolera, perdona y acepta a las inmadureces o locuras de su "Peter pan". Deseo recordar a mi gran maestro Juan Manuel Roca y a 800 de maravillosos poetas que escuchado y leído, conocido o descubierto en la casa de poesía Silva. La poesía me ha regalado amor, compañía, síntesis, asombro, imágenes, fuerzas para comprender y poder convivir con los bloques de mármol, con esos espíritus del frío e inmutable bronce, con esos espíritus putrefactos y patinados por fuera... a veces pienso que las sociedades engendran más hijos de puta que personas honestas… las corporaciones de las sociedades hieden peor que los ríos muertos… conocido como el loco, luego por mi hija Brianda lucía como el perro vagabundo, luego como animal de vuelo en homenaje a Javier huérfano… pero mi hijo Ernesto insiste en el perro vagabundo… pero recuerden: ya no soy, ni tan perro ni tan vagabundo. Quizás un chandoso azotacalles jurásico y andropausico con un tris de Azhaimer y Parkinson… pero aparte de estas boberías nada me molesta. He intentado ser un buen amigo, un buen samaritano experto en coser con palabras las heridas del corazón de amigas y conocidas. Me cansé de ser y de actuar como un exquisito y perverso gocetas. Jamás me desconcertó tanto una propuesta indecente, como cuando una compañera poeta en un taller me dijo: "Cediel, a usted me lo tengo que comer". Hoy en día, dudo que sea feliz o afortunado, aunque evado los compromisos o las citas a ciegas que nos pone la prostitución decente. No es fácil el ser simplemente "buenos amigos", aunque la amistad sea virtual, ya que del amistad se emigra al amor con una facilidad inimaginable, más cuando idolatro a las vírgenes impuras de los lupanares decentes. Para mí, el amor y el sexo también tienen estrato social y el nivel socioeconómico, influyen en la calidad de un buen polvo. No existen fórmulas mágicas. Sin embargo, el dolor fue el precio que me pasó la vida por conformar o estructurar a una esposa ideal, tomando lo mejor de diferentes amigas. Nunca conocí lo que sería un matrimonio pasional, integrado a una relación intelectual. Siempre he creído que el matrimonio o una buena relación, tiene que ser algo más que leer en una fría y tediosa biblioteca. Nunca me consideré perfecto, quizás todo lo contrario. Creo que muchas deben haber dicho: "tan buen amante y tan pésimo esposo". Aunque siempre sólo puede regalar cariño, amor y versos. Quizás idealicé demasiado el concepto amistad y por eso, hasta hoy en día me golpea demasiado cualquier desengaño, así ya no tenga más que unas expectativas mínimas. Hoy nos movemos en roles o grupos donde todos somos “extraños arlequines". Siempre creí ver o vislumbre un futuro, pero he vivido entre sombras e intentando permanentemente escapar del velo de la niebla. Como profesional, deseó ser "accesible" que me "puedan tocar", que constaten que soy de carne y hueso y no un "espejismo" o un "imposible" o un "sublimado ser etéreo". Tampoco deseo que nadie vuelva a sufrir por mi culpa. Ahora extraño y aprecio el tiempo propio y el de terceros. Intento vivir con calidad cada instante. No deseo ser considerado "un bueno para nada" como otros poetas; o un "fracasado exitoso" o un "chicle mascado". Sé que hay magia y un lado demasiado oscuro en los amores tardíos. Tampoco deseo sentirme como un salvavidas o una buena opción, sin generar un brillo amoroso en la mirada. Todos tenemos y vivimos un gran amor en la vida. Hay personas que son conscientes y a ciencia cierta pueden responder que ya lo han vivido; luego de un gran amor simplemente se juega o nos movemos en relaciones que son más o menos mágicas o apasionadas que otras. Por eso creo que ha llegado el momento de poner en orden mi vida, mi corazón y mi producción literaria. Hoy simplemente y para rematar esta misiva, deseó decirle al amor: ¡por favor no me dejes! Con todo mi cariño, aprecio y amor Héctor "el perro vagabundo" Cediel P.D: no olvide ni poemas: "hay 1000 formas de pedirlo". Sobre todo esa parte final en la que les recuerda a mis lectoras, dármelo luego... Septiembre 2009

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