Nunca vamos a lograr entender o conocer totalmente a un individuo, cada uno tiene su propia personalidad que muchas veces creemos conocer especialmente cuando se trata de nuestros hijos.
El niño crece a pasos agigantados y casi sin darnos cuenta, se enfrenta a un mundo del que nosotros ya hace mucho tiempo salimos.
Asumimos que con el tiempo nuestros hijos han formado su propio criterio acerca de la vida, que reconocen, saben y evitan caer en errores de los que muy pocas veces les hemos hablado, porque muy en lo profundo no queremos o no podemos tocar temas que son “temas del adulto” temas que debíamos también hablar con nuestros jóvenes
no sólo para que estén bien informados, sino también para que no busquen la información en otros jóvenes, muchas veces dadas a conveniencia, o que podría también ser hablado con malicia y hasta con morbo.
Aunque sabemos que nuestros hijos adquieren muchos conocimientos por medio del ejemplo, nuestra conducta juega un papel importante en la formación de sus ideas, sentimientos y de su relación con las demás personas. Aun así queremos que ellos hagan lo que les decimos y como se los decimos, y no que hagan lo que nosotros hacemos.
Hablamos del sexo en tono bajo.
Estamos viviendo una etapa en la que el
sexo para los jóvenes es algo normal, se habla del mismo en películas, revistas, música y en muchos otros medios de comunicación, y a pesar de tanto que escuchan, muchas veces la información les llega de forma equivocada.
Se ven muchas veces en medio de charlas o situaciones con jóvenes de su misma edad que empujados por la curiosidad han tenido más de una experiencia sexual y lo comentan entre ellos, muchas veces haciendo alarde de “su experiencia” y hasta podría señalar a otros de ignorantes en el sexo.
La presión entre ellos los puede hacer sentirse “obligados” a tener relaciones sexuales siendo aun muy niños, son incontables los casos de embarazos en niñas de entre los 12 y 14 años, y vemos jóvenes madres solteras que en un momento de confusión se dieron a la practica del sexo, sin medir consecuencias de enfermedades transmisibles de uno al otro, y por supuesto de embarazos no deseados.
Como madres y padres queremos que nuestros hijos tengan una vida normal. Es por eso que deberíamos enseñarles acerca del sexo. Sin embargo, debemos admitir que aun en estos tiempos es un tema difícil de tocar para muchos de los padres, ¿pero que mejor lugar que el hogar para ayudarlos a entender la sexualidad?
Ayudar a nuestros hijos a no dejarse llevar por la presión de amigos y compañeros, puede también ayudarles a controlar sus emociones y a controlar sus vidas, decidir cuando y que tipo de relaciones de pareja quieren tener y a lo mejor les ayudaríamos a protegerse, en el caso de las niñas contra el abuso sexual y a los jóvenes varones a que no sean abusadores sexuales.
Muchas veces (por no decir siempre) nosotros los padres nos sentimos cohibidos hablando acerca de sexo con nuestros hijos, porque fuimos enseñados o así lo percibimos durante nuestra niñez, que no se podía hablar acerca de “eso” porque era muy “sucio”. Por eso mismo sentimos que no tenemos las respuestas
e involuntariamente evitamos ese tema, o damos respuestas ambiguas y porque muy en lo intimo, nos negamos a creer que nuestros niños son sexuales.
Nunca es muy temprano para empezar a hablar con nuestros hijos, deberíamos estar siempre dispuestos a estar abiertos al dialogo, escuchar sus dudas y lo que les podamos explicar, no porque son varones debíamos evitar el tema de la menstruación, esas y otras preguntas nos dan señales del grado de madurez que están alcanzando, somos nosotros los padres, quienes debemos asegurarles a nuestros hijos que son normales, que a “esa edad” es normal que tengan dudas acerca incluso de su anatomía, orientarlos en donde pueden encontrar la información necesaria y hasta leer juntos, si es que no estamos o no nos sentimos capacitados para desarrollar ese tipo de comunicación.
Una comunicación adecuada con nuestros hijos,
nos da la oportunidad para conocerlos, para descubrir o tratar de descubrir su pequeño mundo, cuales son sus temores y que tipo de presiones están viviendo, y quizás con esto, estaríamos ayudando a nuestros tesoros, a nuestros hijos a evitar una gama de sinsabores y tristezas tales como: Embarazos no deseados, abortos que podrían dejarles cicatrices de por vida y ¿por qué no admitirlo?, enfermedades transmitidas tales como el sida, (no tiene cura) el virus del papiloma humano, (una de las causas principales de cáncer uterino) y la clamidia (una de las causas de la esterilidad en la mujer), entre otros.
¿Hablas con tu hijo(a) acerca del sexo?
Con el mismo cariño de siempre:
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