Hay épocas cuando las personas se encuentran luchando por mantener una relación moribunda en la cual la llama de la pasión se ha extinguido y la emoción se acabó. La verdad desnuda es que se hace difícil recobrar la vieja pasión si usted se encuentra en el punto en que prefiere estar “cazando en el campo que en su casa”.
Como toda persona , usted puede sentirse desanimado fácilmente cuando siente rechazo o apatía de su pareja. Puede que se haya resentido al tener que conseguir el cariño de su cónyuge mediante una persecución demasiado creativa y agresiva.
El cazador y conquistador que hay en usted seguramente brinca ante la posibilidad de explotar cualquier aspiración aún no conquistada. Sin embargo, su entusiasmo probamente se haya disipado cuando se hace necesario brindar atención y esfuerzo para mantener algo que siente haber capturado o logrado.
Usted habrá creído que una vez inflamada la llama del amor, puede estar sentado al lado del fuego durante los años venideros pero esto, realmente , no es cierto. Los vientos fríos de la vida frecuentemente asfixian las llamas que una vez ardían en sus ojos, dejando atrás sólo un rescoldo que lejanamente recuerda la excitante relación que una vez compartió. Dios conoce su naturaleza. Desea que usted continuamente corteje y gane el corazón de su pareja.
Es la continua persecución del premio lo que aviva las llamas del amor conyugal. Nuestro desafío es superar nuestra reputación de ser incapaces o poco predispuestos de admitir problemas en nuestras relaciones. Y un alto porcentaje sucede en los hombres, por lo tanto, debemos superar nuestra inclinación a no tomar una decisión una vez que sabemos que existe un problema.
Es especialmente doloroso para ambas personas en un matrimonio cuando uno de los dos hace cambios positivos, pero los hace demasiado tarde. Muchas veces nuestras relaciones llegan a una caída porque fallamos en reconocer los problemas antes que crezcan y se conviertan en emergencias.
Si su tiempo ,interés y actitud se centra mas en sus cosas o sus intereses ¿Creé realmente que su pareja se sentará sola , mientras usted recorre despreocupado en busca de lo suyo o de aventuras privadas? ¿Cree honestamente que su relación marchará bien, en estas circunstancias?
Salvo que en ambos se despierte algún interés en comprometerse para que pueda haber armonía, se encontraran andando solos. Su deseo de llegar a un acuerdo y revisar su conducta y conceptos provee un rico barómetro de su sistema de valor personal y una precisa medida de cuánto aprecia a su pareja. Si usted y su mujer fallaron al no unir las áreas de sus afanes y regocijos con amor y cuidado en común,
Será como un bailarín a la luz de los reflectores bailando el tango pero solo. Si han fallado en crecer juntos y usted esta motivado por una cosa y su pareja por otra, es tiempo de construir un puente hacia la fundación de otro anhelo en común o interés mutuo. ¡Sin este puente vuestros intereses separados podrán apartarlos más que unirlos!.
Algo importante que se debe tener en cuenta es que sus necesidades son diferentes y constantemente cambian. ¡Lo que fue de importancia para usted a los veinte puede que ya no lo sea a los cincuenta! Es normal esperar que sus prioridades y necesidades cambien con el tiempo y la madurez, pero si falla en mantener a su pareja al corriente de los cambios en su interior. ¡no se sorprenda o se enoje si su pareja continúa dándole lo que usted acostumbraba a usar y se pregunte por qué ya no le sirve! Llegado este punto, ambos encuentran placer en diferentes lugares. Es en este punto en que el corazón entra en tristeza.
Esa tristeza es la que produce el desencanto por la manera en que están las cosas. Puede hacer nacer la enajenación y depresión que acabe con la relación matrimonial. Cuando entra una monotonía y desinterés entre dos individuos que una vez estuvieron unidos por el corazón ,hay un sentimiento de distancia antinatural. Un desajustado sentimiento de pérdida y desasosiego toma el control de sus emociones y su voluntad. Se encuentran a sí mismos mirándose fija y desconcertadamente en silencio a través de la habitación; mirando a alguien al que no están seguros de querer más.
La tragedia alcanza a los matrimonios cuando se falla en analizar el desaliento en vez de hablar de culpa. La mayoría del tiempo se llega a este punto emotivamente con el corazón tan lleno de lastre y de penas que se lanzan a inflamadas argumentaciones, en lugar del análisis y la meditación.
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