En el 2020 todos comprobamos lo que ha cambiado la forma en la que nos relacionamos con nuestros familiares, compañeros de trabajo o incluso con nuestros vecinos, que hasta hace poco eran desconocidos y con los que ahora compartimos aplausos diarios. Algo que antes nos hubiera parecido una locura, como estar sin salir de nuestra casa más de un mes o tener restricciones en nuestros movimientos y actividades, ahora lo hemos normalizado.
Se ha hablado largo y tendido sobre el impacto económico que esta crisis va a originar. Pero ¿y el impacto que tendrá en nuestra en la parte social y el modo en el que nos relacionamos?
¿Cómo afrontamos esta nueva realidad que trae consigo soledad y distanciamiento, el tener siempre nuestras barras de mascarillas blancas quirúrgicas y hasta de cierto modo ser menos libres?
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