“Confianza” es una palabra muy usada en nuestro lenguaje, no importa en qué clase social vivamos. Y dependemos de ella en gran manera. Para nuestro desarrollo emocional y mental, la confianza es muy importante.
Cuando vamos al médico porque nos sentimos enfermos y comenzamos a decirle los síntomas que tenemos, lo hacemos en la confianza de que nos curará. Cuando compramos productos por el Internet, tenemos la confianza de que recibiremos lo que hemos comprado y así, sucesivamente, podríamos seguir mencionando ejemplos
¿Y qué decir de las relaciones interpersonales o de parejas? En todas tiene que prevalecer la confianza, que no es más que otra cosa que “la creencia en que una persona o grupo será capaz y deseará actuar de manera adecuada en una determinada situación y pensamientos” según lo define el diccionario.
La buena comunicación junto a la confianza son los dos ingredientes fundamentales para que una buena relación de pareja funcione como debe ser. Van entrelazadas. No puede haber comunicación sin confianza ni confianza sin comunicación. Por eso siempre enfatizamos que una buena relación de pareja tiene que tener estos dos elementos como ingredientes principales.
Cuando decidimos hacer nuestra vida con alguien, lo hacemos porque estamos seguras y confiadas en que esa persona responderá satisfactoriamente a nuestras expectativas y que nunca nos defraudará. ¡Pero qué tristeza cuando ese amor nos traiciona, nos humilla y nos hace sentir que no valemos nada! El que ha traicionado una vez, puede arrepentirse de su mal, pero la confianza de su pareja ya no será la misma. Escuchamos a muchas mujeres decir que les pueden dar una nueva oportunidad a sus parejas, pero sin confiar en ellas. ¿Y entonces? ¿Qué hemos resuelto? A fin de cuentas, nada
Al contrario, el problema se acrecentará como un huracán y serán lastimados muchos corazones, incluyendo el nuestro. ¿Es eso lo que quieres para ti?
Cuando la desconfianza es el motivo principal de la ruptura de la pareja, no hay mucho que se pueda hacer. Los sentimientos y emociones se resquebrajan, las personas tienden a cambiar su modo de ser, de actuar, ver la vida de otro modo; ya nada es como antes…Es como si una parte nuestra cayera al vacío y no pudiera recuperarse.
“¡Todos merecemos una nueva oportunidad!”, dicen algunos. “Es de humanos errar y reivindicarse”, dicen otros. ¿Qué hacer entonces? ¿Cómo recuperamos la confianza en la pareja? No es tarea muy fácil, pues un eslabón se ha roto. He aquí algunos aspectos que podríamos tomar en consideración:
8 consejos para recuperar la confianza en la pareja:
Hablar con sinceridad.
No es hablar a medias, sino abrir el corazón y decir cómo nos sentimos y escuchar lo que la otra parte tiene que decir.
No hacernos falsas expectativas de la pareja.
Muchas mujeres somos tan ilusas que seguimos pensando en los príncipes azules del cuento de Cenicienta. Todos tenemos defectos y virtudes.
No te ciegues por la desesperación o el coraje.
Es normal que sientas esas emociones, pero hay que verlo todo en su justa perspectiva. Hay que llegar al fondo del problema.
Mide la falta cometida.
Hay errores que pueden ser enmendados y/o perdonados. Todo depende de los motivos que rodean la situación en que te encuentras. Recuerda que tú también puedes cometer las tuyas. Somos seres humanos.
Dale tiempo al tiempo.
Hay situaciones que ameritan que la pareja se separe para superar la crisis y subsanar heridas.
Pon en balanza la experiencia vivida.
Evalúa tus emociones y sentimientos ante ello.
Analiza los pro y los contra de brindar una nueva oportunidad.
Siempre habrá pros y contras, piensa en ellos.
No exijas demasiado.
Nos gusta exigir a los demás, lo que no podemos cumplir en nosotras mismas. Esperamos demasiado de nuestras parejas, y eso nos crea conflictos internos y externos.
Muchas parejas que han logrado recuperar la confianza perdida viven felices el resto de sus vidas porque el amor que se profesaron un día les ha fortalecido en todas las esferas de su vida
Otras, no tienen la misma suerte a pesar del amor que dicen tener uno al otro. Las heridas quedan latentes y es difícil seguir adelante a pesar de que ponen todo su empeño en ser felices. Si aun así, sientes que no puedes volver a confiar en tu pareja, es mejor que le des su libertad. Una vez se pierde la confianza, se ha perdido todo. La desconfianza provoca que la mente juegue con nosotras, llevándonos a una desesperación sin control y malos pensamientos, lo cual pudiese redundar en situaciones más serias a largo plazo.
¿Estarías dispuesta convivir con alguien en quien no confías? ¿Estarías dispuesta a vivir intranquila cada vez que tu pareja salga a la calle? Si fuese a la inversa, ¿cómo te sentirías?
La confianza en sí misma si logra sobrevivir, es porque el amor que los unió es más fuerte que cualquier tempestad…
Con amor,
¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!
Respuestas