Vivimos en un mundo en el que cada vez está más de moda cuidarse, todo lo ecológico, biológico y natural nos llama cada vez más la atención y cada día más gente se apunta a una alimentación sana y equilibrada, en el que comemos productos naturales, sin aditivos, sin colorantes, estabilizantes ni otras sustancias que alteran las propiedades de los alimentos, para supuestamente mejorarlos o dotarlos de un mejor aspecto.
No nos faltan motivos para cuidarnos, y eso es ideal porque sin lugar a dudas un buen estado de salud es lo mejor que podemos desear, por ello es importante vigilar muy de cerca lo que comemos, porque tal y como dicen; <somos lo que comemos>. Ahora que todo lo “bio” está de moda, ahora que nos animamos a eliminar el aceite de palma de nuestra dieta, ahora que nos sumamos al carro de la alimentación sana…, tenemos que dar un último empujón porque nos faltan algunos pequeños conceptos por aclarar; porque el aceite de palma no es el único demonio de nuestra alimentación.
Es una reflexión extraída del blog tomadieta que trata sobre los aditivos alimentarios más peligrosos ¿No creéis que es hora de que vayamos cogiendo conciencia para adquirir el conocimiento de identificarlos? ¿o deberíamos ceder nuestro conocimiento a manos de empresas que nos pretenden engañar con su fabuloso etiquetado y marketing alimentario?
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