Publicado por Sharon N. el 11 de Agosto de 2010 a las 6:07am
...bastaría entonces con sólo desahogarse con alguien y sentir consuelo.... pero no. Esto me llevó a pensar en los límites que vamos adquiriendo y que a la larga absorbemos de tal forma que ya no los vemos porque ya son parte de nosotros. El temor, el miedo de expresarnos, nos impide confiar expresarnos con seguridad. Usualmente tenemos problemas para expresar lo que sentimos y lo que deseamos, así como también expresar un "No" sin sentir culpa.Parte de esto es por la necesidad de ser perfectas como mujeres, madres, esposas etc. Esto se deriva de cómo hemos sido criadas y de lo que se esperaba de nuestras propias madres, y de las expectativas que tiene la sociedad de nosotras.Acabo de leer algo al respecto de lo que pareciera ser el síndrome de la "niña buena". Muchas de nosotras fuimos criadas por padres que nos enseñaron que se supone seamos vistas pero no escuchadas. También, no era permisible que dejáramos saber nuestro sentir, para explicar nuestras acciones u opiniones. Fuimos enseñadas a ser buenas niñas y a estar calladas. Y algunas veces, cuando encontrábamos el valor para decir algo, puede que nos hayan ridiculizado y castigado por expresarnos. Esto, desafortunadamente, fue un patrón que no nos permitió aprender cómo expresar nuestro sentir de forma segura; un patrón que usualmente es llevado hasta la etapa adulta de las personas.Yo decidí un día expresarme, y en el intento perdí muchas cosas valiosas, sin embargo en el camino uno puede ir adquieriendo nuevos límites, están los miedos tan importantes de que si decimos no a alguien o a algo, no seremos queridas o se nos considerará como egoístas. Así que frecuentemente decimos sí por la necesidad de ser queridas, una necesidad de ganar la aprobación de otros, pero esto viene a costa de poder hacer algo distinto, algo que hubiéramos preferido hacer, pero... y qué queda de nosotros cuando anteponemos a los demás? Resentimientos, culpas, enfermedad..."Siempre he dado el 110% de mí a los demás.Pero si doy el 110% de mí misma a los demás ¡qué queda para mí?No mucho y quiero comenzar a cambiar eso.Necesito recordar la máscara de oxígeno emocional.Cuando estás en un avión y la máscara de oxígeno cae.Ellos te dicen que te la pongas a ti primero.Cuando sin embargo mi instinto es siempre ponerles la máscara primero a mis hijos.Pero lo que debo de hacer con mi propia vida.Es cuidar mis necesidades emocionales primero.Y de esa forma seré más fuerte y seré capaz de cuidar a los demás.Por lo tanto necesito ponerme mi máscara de oxigeno emocional primero.Elijo aceptar mis creencias y decisiones.Es seguro para mí hablar.Merezco tener una voz.Merezco tener una opinión."Es verdaderamente un reto femenino diario reclamar nuestro derecho de voz, aprender a expresar lo que sentimientos y nuestras ideas, muchas veces tratando los asuntos "con pinzas" para evitar conflictos donde pudiera haberlos, y permitirnos realmente ser como somos y deseamos ser.Quizás parezca más difícil de lo que es, mucho más para unas que para otras, pero de una cosa estoy segura, de que hacer consciencia es el principio del cambio en nuestras vidas, siempre es posible...Es un placer tenernos las unas a las otras para expresarnos.Gracias, ¡maravillosas mujeres!
Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –
Comentarios