Publicado por María Samaniego el 22 de Junio de 2010 a las 10:33am
Claudia Sofía CorichiSaramago y MonsiváisOrganización Editorial Mexicana22 de junio de 2010--------------------------------------------------------------------------------Cansados de este mundo, al que tan bien conocían y describían, y en una irónica sincronía, fenecieron José Saramago y Carlos Monsiváis. Y se fueron dejándonos un entorno del que nunca se sintieron satisfechos, y al que intentaron cambiar con la pluma -también con la acción política en el caso de Saramago. Se fueron, dejando su siempre inconclusa tarea de tratar de abrir los ojos de los hombres para que éstos pudieran ver la realidad.Los dos personajes que hoy nos faltan se parecían entre sí por ser de izquierda, y se diferenciaban en cuanto a que el portugués buscaba explicarnos la esencia del hombre, la que por conocerla le hizo pesimista sobre las instituciones humanas; mientras que nuestro compatriota recurría a la ironía como principal arma. Y con ella nos describía el pasado y el presente de México de una forma jocosa, sin que por ello dejara de ser brillante y profundo en su análisis.Los dos se sentían afligidos por la inequidad. "¿Cómo es posible contemplar la injusticia, la miseria, el dolor sin sentir la obligación moral de transformar eso que estamos contemplando?", dijo alguna vez Saramago. "No puede ser la afrenta de que haya 60 ó 70 millones de mexicanos viviendo en la pobreza, en situaciones terribles, con problemas de salud, de habitación, de educación y de empleo. No puede seguir el país así; la sociedad no lo admite, la fluidez social no lo permite", declaró Monsiváis.Saramago, en 1969 se hizo miembro del Partido Comunista Portugués (cuando éste era clandestino) y en 1974 se sumó a la llamada "Revolución de los Claveles", que llevó la democracia a Portugal. En 1991 su novela "El Evangelio según Jesucristo" causó una polémica sin precedentes en Portugal, y por ello el gobierno vetó su presentación al Premio Literario Europeo de ese año, argumentando que "ofende a los católicos"; en respuesta Saramago abandonó Portugal y se mudó a la isla de Lanzarote, en las Canarias, lugar donde escogió para vivir y para morir.En 1995 publicó "Ensayo sobre la ceguera", novela que le hizo acreedor al Premio Nobel de literatura en 1988, convirtiéndolo en el único portugués ganador de ese prestigiado premio. Recibió también muchos otros reconocimientos de diversos países, contándose entre ellos 12 doctorados honoris causa.En 1998 Saramago visitó Acteal, en Chiapas, lugar de triste memoria. Al conocerse su visita se le pretendió intimidar y el secretario de Gobernación de ese momento pidió: "Que se limite a hablar sobre cuestiones específicas de literatura." Y agregó después: "Mientras (José Saramago) se mantenga dentro de las leyes de México, tierra en la que responderá muchas preguntas, no tendrá problemas."Pero el escritor no se limitó a hablar de literatura, declaró: "El pueblo de México tiene que reclamar a su gobierno una paz justa y digna. Yo no puedo, sólo soy un escritor extranjero acusado de injerencia. El pueblo mexicano no puede quedarse parado, dejando que los gobernantes lo decidan todo, hay que bajar a la calle... no estoy pidiendo un levantamiento, sino simplemente que las conciencias se manifiesten... estoy pidiendo una insurrección moral, desarmada, étnica..."Al fallecer Saramago no sólo murió un gran escritor, murió un humanista.Con la desaparición de Carlos Monsiváis, México perdió a uno de los más importantes escritores contemporáneos, pero, sobre todo, a un lúcido crítico e intérprete de la realidad nacional.A los mexicanos, y en especial a las y los políticos, nos va a hacer falta la visión aguda y, a veces mordaz, de la cotidianeidad social, económica, cultural y política de nuestro país. Sería difícil imaginar la segunda mitad del Siglo XX y la primera década del XXI sin la contribución de Monsiváis a la vida cultural mexicana.Desde una visión de izquierda, Monsiváis supo mostrar, como pocos cronistas, los defectos y virtudes del gobierno, los políticos y la sociedad mexicana. Su espacio periodístico "Por mi Madre, Bohemios", no podrá ser ocupado por nadie; su ausencia crea un vacío irremediable en la vida de México.
Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –
Nos hará falta la opinión fresca y natural del Maestro Monsiváis, en todo lo que a esta Ciudad y País les falta por vivir. Faltarán sus chistes negros que tan profundamente nos llevaban a la reflexión.
¿quién hablará ahora del Santo, de la Felix, lo mismo que de la seguridad y la educación?
En las imágenes del cine de oro mexicano, en las canciones compatidas de los organilleros, en la comida, en el ring tanto el de la arena México como el de nuestra política, seguirá su sombra, bendito fantasma que seguirá haciendo de las suyas...
Seguramente ahora estarán charlando a gusto él y el Maestro Saramago, riendo y disfrutando su paso por esta vida. Querido Saramago, ojalá se heredara a través de la escritura, la humanidad, la sensibilidad, la solidaridad y la sencillez con que viviste tu experiencia humana...
Comentarios
¿quién hablará ahora del Santo, de la Felix, lo mismo que de la seguridad y la educación?
En las imágenes del cine de oro mexicano, en las canciones compatidas de los organilleros, en la comida, en el ring tanto el de la arena México como el de nuestra política, seguirá su sombra, bendito fantasma que seguirá haciendo de las suyas...
Seguramente ahora estarán charlando a gusto él y el Maestro Saramago, riendo y disfrutando su paso por esta vida. Querido Saramago, ojalá se heredara a través de la escritura, la humanidad, la sensibilidad, la solidaridad y la sencillez con que viviste tu experiencia humana...