Por Sylene Moreno
En muchas ocasiones nos ha tocado escuchar a las personas que ven o tuvieron contacto con niños, jóvenes o adultos con discapacidad decir: “Esta Malito” por el hecho de estar en una silla de ruedas, “No puede, esta Enfermito” Porque no puede tomar las cosas rápidamente, “No te entiende, no habla” Porque no se comunica del mismo modo que la mayoría, “Dile hola al bebé” Cuando el niño o joven supera los 4 años.
Tenemos mucho trabajo por hacer en la sociedad, ya que la discapacidad, siempre se ha visto como una enfermedad permanente y no como una condición de vida; que sí bien, es diferente a la mayoría, no es una enfermedad, pues no se contagia, no requiere en muchas ocasiones de cuidados extremos, no incapacita a las personas para sentir y relacionarse con los demás.
Desde el núcleo familiar debemos cambiar este pensamiento, empezar o seguir brindando los elementos necesarios para integrar a la sociedad a nuestros hijos con discapacidad, llevarlos a lugares públicos donde puedan ver gente, pasearlos al aire libre donde puedan conocer la naturaleza, hacer que participen en actividades acorde a su edad.
Dejar de sobreprotegerlos y permitirles relacionarse con otras personas fuera de la familia. Bajar un poco la guardia, en establecer cercos de protección anticipada, cuando voltean a verlos, o cuando se acerca una persona a ellos; debemos aceptar que en las sociedades hay estereotipos, difíciles de cambiar de la noche a la mañana.
Es por ello, que la forma en que nosotros nos relacionamos con nuestros hijos con discapacidad es importante, ya que si lo hacemos de una manera natural, no establecemos diferencias entre nuestros hijos; de esa misma forma se relacionaran con nuestro hijo, los familiares, amigos, conocidos o extraños que tengan la oportunidad de convivir con ellos.
Las personas que tienen la fortuna de no ser discapacitadas, de no tener a un familiar cercano, algún amigo, vecino o conocido con discapacidad, difícilmente buscaran información para conocer más acerca de este tema, por consecuencia no la entienden, les causa rareza y muchas veces es doloroso para algunos estar cerca de alguien con discapacidad.
Nosotros debemos aceptar esta situación y estar preparados para ser fuente de información y sensibilizar a quienes no saben cómo atender una persona con discapacidad.
Cuando se han acercado personas a nuestra hija en espacial niños con sus madres, les dicen a sus hijos: cuidado con la bebé, porque la tumbas, o la lastimas… En ese momento, nos dirigimos a la madre y le decimos, no se preocupe ella no está enferma, no le pasa nada, sí al convivir sucede algo que se puede dar por jugar. Ella puede hacerlo, permita a su hijo jugar con ella, no habla pero todo entiende. Entonces preguntan: ¿y que tiene? ¿Por qué no habla? ¿Por qué no camina? Ah!! Pues porque es una niña con discapacidad, o con parálisis cerebral, pero sana. Y eso le permite ir a la escuela, le gusta ver la televisión y a veces es muy tremenda, ya sabe… como todos los niños.
Si nosotros actuamos de una manera natural, así será la respuesta de quienes nos conocen o quienes casualmente tienen contacto con nuestros hijos. En muchas ocasiones, las personas quieren conocer más acerca de la situación que vivimos y harán preguntas. Sí nos mantenemos en la postura natural, confiada y segura de que la discapacidad es una condición no una enfermedad, realmente entregaremos una enseñanza, a quienes no han tenido la necesidad de tratar con personas con discapacidad.
La sociedad debe estar preparada para atender, conocer y convivir con personas con discapacidad, pero la obligación de informar, ayudar e impulsar la integración, es mayormente de la familia de quien vive la condición de discapacidad.
Yo soy mujer, tu hombre, el niño, ella niña, yo soy morena, el blanco, el alto, ella delgada; esas son condiciones físicas, bueno la de mi hija es tener discapacidad.
Gracias a la vida por darnos diversidad, en las flores, en los arboles, en las culturas y gracias por darnos la oportunidad de convivir con verdaderos guerreros, que se aferran a la vida.
“UNA VIDA SALVADA, MERECE SER VIVIDA”
http://youtu.be/DEjqjrhij54
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