del libro “¿Cómo elijo un camino espiritual?”de Carlos de LeónLos sabios y los místicos han logrado congruencia entre su práctica cotidiana y su práctica espiritual. Han obedecido y llevado a cabo los cinco preceptos que comprenden un conocimiento profundo de la naturaleza humana y su proceso de desarrollo:1. No dañar a ningún ser sensibleEste es el precepto más elemental; es el único que habla de restricción. Busca crear un sentimiento básico de responsabilidad en nuestros actos. Es lamentable que el ser humano todavía necesite este precepto.En todas las religiones se dice, de diferentes maneras, que no hagamos a otros lo que no queramos que nos hagan. Esta es una regal justa y práctica. Aunque obedece a la ley de la unidad, como regla todavía implica cierto grado de egoismo, pero es necesario seguirla para que el egoismo desaparezca de nuestra vida.Dañar no solo implica el aspecto físico, el más obvio, sino también el mental, emotivo y espiritual.Muchas veces nos aplaudimos porque nunca hemos golpeado a nadie o matado un animal, pero ¿Cuántas veces hemos torturado psicológicamente a nuestra pareja, hijos, amigos o empleados? En ocasiones las “cachetadas emocionales” son más dañinas que las físicas.Para adquirir consciencia de nuestras actitudes cotidianas, observemos y sigamos la práctica de los siguientes puntos:a) No manipular:Manipular es un grito desesperado de impotencia disfrazada de una falsa fuerza o seducción para construir un poder artificial que nos ayude a usar a los demás a favor de nuestros propósitos. No manipular es compartir, así como buscar juntos el modo de hacer las cosas.b)Ser justo:En la justicia no mora la culpa, pues cada quien obtiene lo que merece y ha buscado. Al ser justos escuchamos nuestras verdaderas necesidades y las de los demás.c)Tener respeto:El respeto tiene como principio la aceptación de nosotros mismos y los demás. Meternos en la vida ajena y pretender cambiar a nuestros semejantes es lo que hacemos cuando no nos hemos dado cuenta que nuestro marco de realidad es limitado y que a la vez limita al otro.d) Desapegarnos:El desapego es un cambio de actitud y sirve para hacernos más accesibles al contacto real con los demás. Dejamos de cargar lo que nos sobra y que hace pesado nuestro andar siendo nuestro principal lastre el egoismo y nuestro deseo de ser el centro de atracción y de poseer personas y cosas.El mundo existe para que compartamos con él. Quedémonos solo con lo indispensable para volar en libertad.e) No luchar contra el flujo de la vida:En las artes marciales se usa el modelo del bambú para explicar esta fluidez; el bambú es un árbol sumamente fuerte y elástico: bajo el peso de la nieve se dobla suavemente poco a poco, hasta que llega un momento que el mismo peso hace que el bambú rebote con gran intensidad sin romperse.Es dañino oponernos al flujo de la energía.f) Ser humildes:Al ser humildes no necesitamos defender nuestro orgullo, posición, ideas o forma de ser. Simplemente no gastamos tiempo y energía en eso. Si somos humildes no consideramos importantes nuestros actos y, por tanto, podemos realizarlos directamente con sencillez y gozo.La complicación no se da por si sola, nuestro orgullo y autoimportancia la crean.2. Ser Verdaderosa) Buscar la verdad a toda costa:Esto significa romper con el vicio de mentir y aceptar mentiras. La peor de las verdades es preferible a la más bella mentira.La búsqueda de la verdad nos pide de antemano no apegarnos para luego afrontar el riesgo que no esperábamos encontrar: que no somos todo lo bueno que pensábamos o que nos quedamos solos en la verdad. Pocos escogen salir de la comodidad de la mentira.La verdad trae en sí misma la recompensa de la libertad pero pide un precio. La comodidad.b) Ser auténticos:No nos traicionemos; no sometamos nuestros actos a patrones sociales cargados de valores falsos. Aceptémonos tal como somos sin enmascarar nuestros defectos. Si queremos terminar con nuestros defectos mejor invirtamos nuestra energía en cambiar.c) Ser espontáneos:Escuchemos los movimientos creativos y naturales que brotan dentro de nosotros. Evitemos que las circunstancias opaquen nuestra expresión tomando en cuenta el primer precepto: no nos dañemos o dañemos a los demás con nuestra expresión.d) Romper rutinas y hábitos:Ambos nos mantienen encerrados en una realidad fija y aburrida. Nos encarcelan y exigen que actuemos como máquinas repitiendo una y otra vez las mismas conductas y respuestas. Para crecer debemos desprogramar el autómata que llevamos dentro y hacer que surja el autor.e) Hacer todo con Honor:Esto nos proporciona un sentido de dignidad, de autorespeto legítimo que nos permite estar contentos y en paz. Se logra cuando nos entregamos completa e incondicionalmente a lo que hacemos, y sin embargo, no nos apegamos a lo que hicimos.3. Tener compasiónTener compasión no es tener lástima por alguien, por el contrario, manifestamos compasión al sentir ternura por aquellos con los que nos identificamos.Tenemos compasión cuando verdaderamente hemos entendido las necesidades de los otros igual que las propias. Solo entonces podemos ser útiles y manifestar con toda claridad quienes somos, compartiendo con desprendimiento de corazón, con gentileza, con respeto por las personas con quienes estamos.4. Ser guerrerosEste precepto nos ayuda a tener la fuerza y constancia necesarias no solo para mantenernos, sino para avanzar en el dificil camino del desarrollo integral.Tal camino muchas veces nos enfrenta con aspectos terribles y temibles; hace falta más que buena voluntad para continuar en él.El espíritu del guerrero comprende los siguientes aspectos:a) Ser paciente:Nada es imprescindible, si las cosas no pueden hacerse de una forma podrán hacerse de otra. Esta actitud permite al guerrero conocer los tiempos de las cosas y ser sensible a los cambios. Nada es a la fuerza y sin embargo puede elegirse y elaborarse la estrategia para lograr los fines deseados.b) Confiar:Con confianza nos entregamos, seguros de que nuestros esfuerzos darán fruto a su tiempo. Si hay confianza no nos apresuramos ciegamente a las situaciones, sino que vamos paso a paso a nuestro propio ritmo, disfrutando cada etapa sin apegarnos. Con confianza también es mas facil despedirse de las etapas.c) Tener entrega:El buen guerrero no se da el lujo de hacer las cosas a medias; sabe que posiblemente no habrá una próxima vez. La entrega total a la vida es lo único que tiene para desentrañar sus misterios.d) Ser valientes:Nunca dejamos de sentir miedo, pero pierde su poder sobre nosotros cuando dejamos de luchar contra él, cuando lo aceptamos como parte nuestra y de nuestro camino. El valiente toma el miedo en sus manos, lo siente, lo vive, lo acepta y lo usa para sus fines. El miedo se convierte en un viejo amigo, igual que la ternura, la felicidad y el asombro.e) Ser sensibles al ritmo del contacto:Hay momentos para acercarse y tocar y otros para alejarse y no ser tocado. La agudeza que desarrolla el guerrero le permite darse cuenta de ello. Comprende que cualquier cosa, persona o situación tiene su propio ritmo de contacto y alejamiento.f) Ser prudentes:El guerrero es astuto, mide las consecuencias y evita ser atrapado en lo que detiene su andar. Pero es tanta su astucia que no se atrapa siquiera a sí mismo en su propio ego o autoimportancia.g) Tener humor.El humor es el mejor compañero. Sin el es facil perderse en el remordimiento, la autoimportancia, la auto indulgencia y la angustia. Todo lo que creímos importante se derrumba en el camino y sentimos fuertes golpes. Nuestro ego se quiebra. Solo el humor nos salva de renunciar al camino y a la vida misma.¡Que bueno si en el camino surge el humor! Es un buen indicio de que estamos entendiendo como se juega el juego divino. Y cuando ese humor es puro, podemos considerarnos jugadores. Hemos dejado de ser juguetes. Empezamos a comprender lo trascendente5. Estar alertasEste precepto es el más valioso, ya que si no estamos despiertos, en continua observación consciente, es imposible llevar a cabo los cuatro preceptos anteriores.Es importante observarnos, recordarnos, darnos cuenta de lo que hacemos aquí y ahora y estar en un continuo estado de vigilia, pero sin tensión, compulsión u obsesión. Por el contrario, al aquietar la mente tocamos nuestro silencio interno y de ahí podemos estar alertas a todo lo que pasa alrededor. En silencio dejamos de ser esclavos de esos pensamientos intrascendentes que solo nos hacen gastar torrentes de energía.Para aquietar la mente es necesario observar el ruido, es decir, los pensamientos. Descubramos que son, como existen y como nos bloquean. Al principio es difícil, pues hay más pensamientos, pero después de observarlos notaremos que la mente está calmándose.Y desde esta quietud, desde este retiro interno, podemos comprender con mayor lucidez e, incluso, penetrando niveles más profundos de realidad hasta que encontramos finalmente nuestro Ser interno, el amor trascendental.
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Mi Linda Dama que cosas tan profundas y bellas leemos de estos trabajos tan íntegros que tienes en Tu Casta de Retos como bellamente la has nombrado y de responsabilidad en nosotros para cada día no dañarnos, gracias infinitas por estar, existir y ser así incondicional, con todo respeto recibe un cordial saludo, que la Madre Naturaleza y El Maestro Misericordioso Te sigan colmando de aberturas hacia el camino de la Luz, se feliz y de buen animo, hasta pronto.
Comentarios
Mi Linda Dama que cosas tan profundas y bellas leemos de estos trabajos tan íntegros que tienes en Tu Casta de Retos como bellamente la has nombrado y de responsabilidad en nosotros para cada día no dañarnos, gracias infinitas por estar, existir y ser así incondicional, con todo respeto recibe un cordial saludo, que la Madre Naturaleza y El Maestro Misericordioso Te sigan colmando de aberturas hacia el camino de la Luz, se feliz y de buen animo, hasta pronto.