Los méritos que vamos acumulando a medida que vamos viviendo nuestra vida, y las distintas etapas por las que atravesamos, muchas veces no alcanzan, o no son suficientes, para alcanzar o para lograr el reconocimiento de los demás. En la vida, aún a nivel de la familia, hay juegos de poder, y los más jóvenes, a medida que van escalando posiciones en su propia existencia, intentan desplazar a quienes van más adelante, en esa larga fila que representa la vida.
Y hay innumerables ejemplos, de esa situación. De padres que han construido su negocio, su industria, en determinado momento incorporan a sus hijos, y éstos realmente pugnan por desplazarlos definitivamente, considerando que ya no están a la altura de las circunstancias o de los acontecimientos.
Y cuando uno se va acercando a la madurez, comienza a pensar en estas cosas, y lo más importante, es que tú comiences también a diseñar cómo quieres que sean estos años que tienes por venir. Tu etapa de madurez, tu proyección hacia el futuro, y si bien no el cien por ciento de las posibilidades, están a nuestro alcance, también es cierto que hay mucho por hacer, y hay mucho de lo que nosotros deseamos que nos suceda, que está en nuestras manos el poder modelarlo y diseñarlo.
Y esto no significa de ningún modo, que no puedan aparecer en el curso de la vida, episodios que rompan ese equilibrio muy delgado que existe entre, por ejemplo, la salud y la enfermedad, pero no hay duda que la actitud que cada uno de nosotros asume frente a la existencia, también te va a dar herramientas para defenderte de los distintos episodios de dolencias que puedan limitarte.
Sin duda lo más apasionante de la vida, es que es tan cambiante. Lo cambiante es novedad, y la capacidad de adaptación y flexibilidad que cada uno de nosotros tiene que demostrar frente a escenarios que cambian rápidamente. Este es un siglo donde todo, absolutamente todo se transforma. Desde las comunicaciones hasta la tecnología más sofisticada.
Pero hay algo que quiero que recuerdes y que es muy importante. La comunicación humana, es un bien que nosotros debemos proteger. Es un bien que primero debemos rescatar –porque lo hemos perdido en gran medida-, y en segundo lugar debemos protegerlo celosamente.
Quiero trasmitirte con esto, que el aparato más sofisticado, la posibilidad de comunicación prácticamente instantánea, que tenemos hoy en día, no puede ni debe de ninguna manera, sustituir el diálogo franco, directo y sincero, que puede y debe existir entre dos seres humanos.
Pero por obra de la costumbre, por obra de quizás el impacto de expansión que han tenido todos estos aparatos tan sofisticados, estamos abandonando, y nos satisface cada vez más relacionarnos a través de un correo electrónico o de un mensaje de texto, desde nuestro teléfono móvil, que hablar cara a cara, de lo que sentimos, de lo que pensamos, de lo que queremos expresar, de lo que necesitamos expresar.
Y claro, cuando uno camina por la calle, o va en un vehículo de transporte colectivo, o mira dentro de los automóviles, hay un ochenta , un noventa por ciento, de los seres humanos - ya no importa si son muy jovencitos, si son adultos jóvenes o si son gente madura- todos están con su teléfono en la mano y todos utilizan el dedo pulgar de la mano derecha, que durante mucho tiempo no sabíamos muy bien como usarlo y ahora realmente es el que nos ayuda a enviar la mayor parte de los mensajes que utilizamos en nuestro teléfono celular.
Por supuesto que esta tecnología nos ayuda muchísimo, abrevia mucho, nos mantiene comunicados, sobre todo a aquellos que tenemos hijos y que queremos saber donde están o que nos comuniquen donde están. Nadie duda de eso, yo no estoy poniendo en tela de juicio, porque sería realmente un pensamiento obsoleto o caduco. Pero … perder la comunicación humana, perder la capacidad de mirarnos a los ojos y decirnos lo que sentimos, yo te pregunto si esa es una actitud madura. Y piensa por un instante, porque es una pregunta que te hago directamente.
Escudarse en el anonimato sin ver la reacción de nuestro interlocutor, es un procedimiento que denota la madurez o no de un individuo. O por el contrario, también nos puede estar mostrando, un nivel de inseguridad tal, que evidencia que prefiere la persona esconderse en esa tecnología, para no asumir su responsabilidad en las relaciones personales.
Dr. Walter Dresel
Comentarios