Publicado por Rafael Reséndiz el 9 de Septiembre de 2010 a las 7:30am
Rafael Reséndiz"Déjame por un instante sumergirme en la locura de los artistas. Olvidar las reglas que impone el hombre para no transgredir todo aquello que conocemos. No le temo a la aventura de vivir en un mundo surrealista porque mi espíritu no conoce otra verdad de la que me eleva hasta las fronteras de lo imposible, el día que deje de sonar mándame flores blancas". Salvador DalíUn homenaje a las mujeres valientes.Con dificultad logra bajarse de la cama, por el suelo frío camina hacia la ventana de su habitación y corre las cortinas permitiendo que los tenues rayos del alba inunden su recamara. Cada uno de los músculos de su cuerpo le duelen, pareciera haber recibido una paliza. Y sí, si recibió golpes pero no físicos, sino de los que más duelen, los que calan hondo.La noche anterior llegó a su casa al filo de la medianoche, el taxista de todas sus confianzas la había llevado. Después de pagarle a don Juan el importe de la dejada, abrió la puerta, dejo caer el bolso, las llaves y su teléfono en el primer lugar que encontró entre la penumbra. No encendió ninguna luz, pausadamente se enfiló a su habitación. En automático se despojo de sus ropas, se enfundo en su pijama y se metió a la mullida cama. En menos de 5 minutos dormía profundamente.Arcelia trabaja en el Sistema Estatal de Protección a la Familia. Desde que ingresó a laborar en esa oficina, ubicada en el centro de la ciudad, ha escuchado cientos de historias de mujeres, jóvenes, niños y hasta de hombres, que por alguna razón han sido víctimas de violencia en sus hogares. Relatos conmovedores, unos, y otros como sacados de un cuento de terror, todos reales. Esa tarde de jueves se apresuró a terminar los pocos pendientes del día, razón por la que sabía podría escaparse una hora antes del horario acostumbrado.Camino apresuradamente hacia la cafetería en donde se vería con Roberto, su novio desde hace dos años. A sus 29 años era su tercera relación seria, formal. Cuando cruzo el umbral del negocio lo vio sentado en una mesa junto al gran ventanal que dejaba ver a los transeúntes. Con las manos sudorosas se acerco a él pues habría de enfrentarlo por una más de sus infidelidades.Se saludaron como de costumbre, apenas con un roce de sus labios. Arcelia no tardo mucho en encontrar la oportunidad de hacerla saber a Roberto que sabía de la existencia de una mujer con la que él mantenía un romance. Era de suponerse que lo negara todo. Pero al verse acorralado con los detalles de nombre, dirección y hoteles en que se veían, intento justificarse, sin conseguirlo del todo.No era la primera ocasión en que Roberto le era infiel, ésta era la tercera vez que lo hacía, mismo número en que ella lo descubría. Sin embargo, él conocía el talón de Aquiles de Arcelia: su miedo a la soledad. La dejo desahogarse, reclamarle sus desvaríos amorosos. Cuando ella termino, le tomo ambas manos, las llevo al frente de su rostro y maliciosamente las beso, mientras le pedía perdón por enésima vez. Era cuestión de minutos para que lo perdonara, lo sabía perfectamente. Qué equivocado estaba.Arcelia provenía de una familia de clase media. El empleo de su padre y la tienda de abarrotes que él había instalado con sus ahorros, le permitieron darles a sus tres hijos y a su esposa un hogar digno. La convivencia familiar era buena, su núcleo fraternal era la envidia de sus primos y amigos. Sus padres siempre han estado al pendiente de los tres desde la infancia. Les han procurado cariño, confianza y disciplina, pero sobre todo amor.Arcelia era la hija de en medio, su hermano Arturo, dos años mayor que ella, y Bertha, la menor, asistieron a escuelas públicas hasta la prepa.Arturo se inclinó por la abogacía, la cual estudio en la universidad local que en aquellos años era una de las mejores en el área del Derecho. Bertha, por su parte, decidió estudiar diseño gráfico en una institución en el estado vecino. Se graduó con mención honorífica y actualmente trabaja para una firma de publicidad con reconocimiento internacional. En tanto Arcelia, desde temprana edad perfiló su vocación por la psicología. Realizó sus estudios en la misma escuela que su hermana, al igual que aquella los terminó con honores.Durante sus noviazgos anteriores, Arcelia siempre fue la que perdonaba todo. Malos tratos, infidelidades, citas sin cumplir, compromisos familiares frustrados, todo. Por alguna extraña razón en sus adentros temía quedarse sola, sin amor.Doña Ema, su madre, en múltiples ocasiones había platicado con ella al verla llegar a casa echa un mar de llanto, sabía de sobra la razón: un pleito con el novio. Siempre la escuchaba atenta, en más de una ocasión le hizo ver su debilidad, soportar estoicamente las acciones de su pareja. La conminaba a finalizar la relación. Pero el corazón se le estrujaba al darse cuenta que sus palabras no habían surtido efecto. Arcelia perdonaba una vez más.Su gran preocupación por las mujeres y niños que sufren violencia familiar, orillo a Arcelia a buscar empleo en Sistema Estatal de Protección a la Familia. Se valió de las amistades de su hermano Arturo, para conseguir una entrevista con la directora de la oficina. Sus calificaciones sobresalientes, pero sobre todo, la pasión mostrada por querer ayudar desterrar ese flagelo social, hicieron mella en el ánimo de la directora, mujeres como Arcelia necesitaba la dependencia. Sin embargo, no había en ese momento ninguna vacante. Le ofreció a Arcelia acudir sin goce de sueldo, solo una compensación mensual, como practicante, ella acepto de inmediato.Le platicó a don Arturo, su padre, el ofrecimiento y su aceptación. Orgulloso del gesto de su hija, le dijo que la apoyaría económicamente el tiempo necesario hasta que le dieran la plaza.Días antes de ese jueves, a la oficina que le habían asignado ya como empleada del Sistema Estatal de Protección a la Familia, llegó una mujer de escasos 24 años de edad. Tenía una historia que contarle. La invito a sentarse en el cómodo sillón de piel que Arcelia compro con su dinero, pues los muebles oficiales eran fríos y ella aseguraba que las personas que acudían en busca de apoyo merecían un poco de calor. Por la mirada triste de Ofelia adivinaba qué la llevó hasta ahí. Le ofreció un poco de agua mientras silenciaba los teléfonos y cerraba la puerta.Se acomodo frente a Ofelia y para romper el hielo le preguntó trivialidades, la intención era ganarse su confianza. Luego de 10 minutos de charla, por fin la joven mujer comenzó su relato, no sin antes mirar de reojo hacia la puerta de la oficina.Hacía cuatro años que se había casado con Manuel, un joven ingeniero. Junto con su esposo habían escogido la casa en donde vivirían su sueño de amor en Las Calandrias, colonia de clase media alta de la ciudad de donde venía Ofelia. La boda había sido una de las más comentadas en su momento por sus familiares y amistades, se casaba, sino con el mejor partido, si con un hombre que tenía buena fama por su sencillez y caballerosidad.A los seis meses de vida conyugal aquel buen mozo del que se enamoró Ofelia se había transformado en un ser irreconocible. Altivo y vulgar. Llegaba tarde a casa y otras veces se ausentaba hasta por cinco días sin razón aparente.Cuando en una ocasión Ofelia le reclamo su actitud, recibió como respuesta un puñetazo en la cara que la derribo y la dejo inconsciente. Despertó en la camilla de la ambulancia que la llevaba al hospital. Junto a ella iba Manuel sosteniéndole la mano y susurrándole que lo perdonara. Al llegar al nosocomio y después del examen médico, la mandaron de regreso a casa. Ni médicos, enfermeras o paramédicos, preguntó la verdadera razón del golpe.Ese fue el principio de un calvario para Ofelia. Golpes físicos en su cuerpo y en su integridad la fueron consumiendo durante los siguientes tres años. No había semana en que Manuel no la agrediera, ya sea a puño limpio, que arrastrándola de los cabellos por la sala o recamara, que aventándola contra los muebles y paredes, o golpeándola cual animal con un fuete. Igual, en incontables ocasiones la sometió a sus bajos instintos. La poseía con degeneración, cual bestia en celo.Los golpes y violaciones terminaban con un Manuel hincado y rogándole perdón. Ella, a pesar de todo, lo perdonaba.No fue sino hasta que una amiga íntima de Ofelia que al darse cuenta de las golpizas, acudía a su casa a curarle las heridas y poco a poco convencerla de escapar de esa cárcel y denunciar ante las autoridades a Manuel.Luego de poco más de un mes de “terapia”, Ofelia pidió a Lourdes, su amiga, la ayudara a salir de ese infierno. Lulú hizo una llamada desde un pequeño celular y le preparo una mochila con apenas un par de mudas de ropa, cepillo y pasta dental, nada más. Aprovechando la ausencia de dos días de Manuel ambas mujeres salieron por la puerta principal no sin temor a que en cualquier momento apareciera Manuel. A unos pasos de la entrada, ya en la calle, Lulú le dijo, “no voltees, desde este momento tienes que aprender a mirar siempre al frente y a quererte a ti misma”.A unos pasos un automóvil se les emparejo, Lulú miro a la conductora y a su derredor. Aprisa hizo que Ofelia abordar el vehículo en la parte de atrás, ella ocupo el lugar del copiloto. Enfilaron por varias calles, por colonias y luego de dos horas de recorrido llegaron a una casa de fachada amarilla. La noche comenzaba a tender su negrura en la ciudad.Descendieron del auto aparentando naturalidad. Durante el trayecto Lulú previno y aleccionó a Ofelia sobre lo que ocurriría una vez llegando a su destino. Entraron a la casa, cinco mujeres las recibieron y las abrazaron. Le dieron ropa a Ofelia para que se cambiara y luego se sentaron a la mesa para cenar.Ofelia narró a Arcelia lo ocurrido después de la cena. Y cómo después decidió presentar cargos contra Manuel por agresiones físicas y violación.A pesar de la ayuda recibida por Lulú y las otras mujeres, Ofelia aun manifestaba tristeza en su mirar, Arcelia lo entendió y le ofreció seguir ayudándola para superar sus traumas. Luego del papeleo, la canalizó al grupo de apoyo que tenían en sistema de protección a la familia. Acordó con Lulú no dejar sola en ningún momento sola, Manuel seguía buscándola, su vida corría peligro a pesar de los kilómetros de distancia que la separaban de su antiguo domicilio.Cuando Arcelia se quedo sola en su oficina el reloj marcaba las 8 de la noche. Aún así se dio tiempo de repasar mentalmente todos y cada uno de los detalles del relato que acaba de escuchar. Se detuvo a analizar el por qué Ofelia perdonaba a Manuel a pesar de tanta violencia. Y terminó preguntándose si ella no estaba haciendo lo mismo que esa joven mujer al pasar por alto las infidelidades de Roberto.Ya en su mullida cama seguía dándole vueltas al asunto. Así paso la noche.A la mañana siguiente y camino a la oficina tomo la decisión de enfrentar a Roberto y pedirle explicaciones del por qué de sus ocasionales malos tratos y sus constantes amoríos.Escuchaba atenta todas y cada una de las palabras de disculpas que salían de la boca de su novio. Las repasaba mentalmente intentando descifrarlas. Eran las mismas frases de las ocasiones anteriores, los mismos gestos, las muecas, las falsas lágrimas, todo era igual. Sus manos en las de él mientras las besaba. La misma escena de siempre.El fantasma de la soledad la comenzó a invadir, no podía quedarse sola otra vez. Qué haría si nadie le decía una palabra de amor, aunque fuera fingida. Un beso, una caricia, un te quiero. ¿Quién?Como pudo, se zafó de las manos de Roberto, lo miró fijamente a los ojos y le soltó: ¡no, en esta ocasión ya no! No soy un juguete para que te entretengas. ¡No haz sabido valorar mi amor, mi entrega, a mí como persona que valgo mucho! No Roberto, hasta aquí llegaste. Búscate otra tonta que te crea, porque yo ya no te creo ni una palabra.Él no supo que decir, nunca espero esa reacción de Arcelia, se quedo mudo por un instante. Intento, en vano, retomar su monologo del perdón. Cuando se percató que no estaba funcionando, tomo aire y dejo salir el macho que ocultaba tras esa cara de niño que años atrás había seducido a Arcelia. La tomó fuertemente de las manos hasta lastimarla, con los ojos inyectados de rabia la insulto, casi la escupió en la cara.Le aventó las manos y casi la derriba de las silla con todo y mesa.Se irguió con su 1.75 de estatura e ignorando a los comensales que curiosos y morbosos ya volteaban a mirar la escena, dio un seco golpe en la mesa y se marchó. Arcelia estaba sin color, petrificada de miedo. Su dignidad de mujer estaba herida, maltrecha, quizá hubiera preferido en ese momento que Roberto la golpeara, le hubiera dolido menos.Como pudo y ante las miradas insensibles de los parroquianos, salió y llamo a don Juan para que la llevara a casa.Arcelia aún no sabe si tomo la decisión correcta, su miedo a la soledad no la deja en paz. Piensa que al igual que Ofelia, necesite apoyo para convencerse que ha hecho lo correcto.Toma el bolso, las llaves y su celular, cierra la puerta de su casa y alcanza a detener un taxi para que la lleve a su oficina.
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Hola rafael tienes razón el miedo a la Soledad es inmenso estoy pasando por algo muy parecido a Ofelia aunque no hubo golpes físicos si los hubo emocionales y muy fuertes sin embargo como salir de esto como quitar ese miedo que me paraliza y sobre todo como terminar con esta codependencia. Ayudame por favor
¡Hola Rafael!
Ojalà pudieran resumirse el dolor, la angustia y la violencia (como sugiere Oly). Tristemente no es posible, la violencia de gènero cada vez crece màs y màs y si no fuera por la presentaciòn de todos los detalldes dados en cada caso, no alcanzariamos a comprender la magnitud de este problema que ya es bastante cotidiano.
Ademàs, me atrevo a dar un consejo a Oly: debemos leer para conocer, para entender y para gratificar nuestro espiritu.
Que triste que se piense que tener un hombre a nuestro lado nos va a dar valor, no nos damos cuenta que nosotros valemos por si mismas, no es el miedo a la soledad, sino el tener un hombre (o macho) a nuestro lado aunque nos maltrate, NO SE DEJEN NOSOTROS VALEMOS MUCHO.
.............Hipocritas, justo la palabra q describe a esos hombres como los de "Arcelia" y "Ofelia" q parecen ser tu principe azul y resultan ser un mounstruo de piedra......Auchhhh !!
- Gracias por seguir compartiendo relatos q, como buena lectura, transportan hacia diferentes sitauciones. -
BASTANTE FUERTE,MUCHAS VECES QUEREMOS DAR TODOS LOS DATOS SIN QUE SE NOS PASEN DETALLES,PERO ALGUNAS PERSONAS NOS DICEN QUE LO HACEMOS MAL ASI QUE HAY QUE TENER CUIDADO,TE LO DIGO PORQUE A MI TAMBIEN ME OCURRE,ES MUY DIFICIL AVECES SABER SI LA PAREJA QUE ELEGIMOS ES LA CORRECTA,PERO SIEMPRE HAY ALGUNOS DETALLES QUE DEBEMOS TOMAR EN CUENTA,OJALA QUE MUCHAS QUE SE ENCUENTRAN EN CASOS DE VIOLENCIA PUEDAN TOMAR LA MEJOR DECISION Y SOBRE TODO A TIEMPO.
Después de leer la historia me pongo pensar, como deja uno que lo hieran y lastimen de esa forma, que podria hacer uno para cambiar esa situacion, es sumamente dificil, pero creo que la mejor forma es pedir ayuda
espero tener el valor de tomar las decisiones correctas.
me identifique con tu historia me gusta ayudar a la gente y aconsejarlos pero no tengo el valor de resolver el mio por miedo a estar sola no puedo terminar definitivamente con mi esposo pero tengo que valorarme y sacar valor y se que algun dia voy a salir adelante y no depender de el gracias por tu historia
Ouchhh .. demasiado larga .. no terminé de leerla ... (me cansó)
pero .. entiendo que trata de la VIOLENCIA ??? vdd ... ojala resumieran un poco mas ... observacion y buen consejo .. Gracias!
¡¡ WOW !!! Qué historia, como muchas en estos días. Logró impactarme.
Cómo escritor, no es necesario aclarar que no es el nombre verdadero. Como lector, cuando uno lee este tipo de historias, sabe implicitamente que los nombres no son reales. Si nos estás contando la historia de alguien cercano o que muchos conocemos se empieza de otra manera la narración. Bueno, esa es mi opinión.
Por otra parte, Tú como hombre, ¿porque los machos reaccionan así? ¿es un simple berrinche y pataleta? sería interesante un cuento o narración de lo que siente él, de lo que piensa ¿Acaso es cierto eso de que nos les importa y la que sigue? ¿Dónde esta el ser humano dentro del mounstruo? ¿ Porque se convirtió en mounstro después de la boda?. ¿Ya escuchaste la nueva canción de Eminem y Rhiana? Saludos, Tere.
Una historia fuerte, a veces la forma más facil de aprender es verse reflejada en la vida de los otros, lo que he aprendido es que estas mas sola cuando no te tienes a ti misma para cuidarte, apacharte, quererte, amarte, valorarte, es verdad que a veces se extraña la compañia intima, amorosa, pero si no es amorosa, de correspondencia mutua, se que es mejor estar sola, pero teniendome a mi misma.
El leer me distrae, y si de nuevo gracias por compartir.
Comentarios
Ojalà pudieran resumirse el dolor, la angustia y la violencia (como sugiere Oly). Tristemente no es posible, la violencia de gènero cada vez crece màs y màs y si no fuera por la presentaciòn de todos los detalldes dados en cada caso, no alcanzariamos a comprender la magnitud de este problema que ya es bastante cotidiano.
Ademàs, me atrevo a dar un consejo a Oly: debemos leer para conocer, para entender y para gratificar nuestro espiritu.
- Gracias por seguir compartiendo relatos q, como buena lectura, transportan hacia diferentes sitauciones. -
espero tener el valor de tomar las decisiones correctas.
pero .. entiendo que trata de la VIOLENCIA ??? vdd ... ojala resumieran un poco mas ... observacion y buen consejo .. Gracias!
Cómo escritor, no es necesario aclarar que no es el nombre verdadero. Como lector, cuando uno lee este tipo de historias, sabe implicitamente que los nombres no son reales. Si nos estás contando la historia de alguien cercano o que muchos conocemos se empieza de otra manera la narración. Bueno, esa es mi opinión.
Por otra parte, Tú como hombre, ¿porque los machos reaccionan así? ¿es un simple berrinche y pataleta? sería interesante un cuento o narración de lo que siente él, de lo que piensa ¿Acaso es cierto eso de que nos les importa y la que sigue? ¿Dónde esta el ser humano dentro del mounstruo? ¿ Porque se convirtió en mounstro después de la boda?. ¿Ya escuchaste la nueva canción de Eminem y Rhiana? Saludos, Tere.
Una historia fuerte, a veces la forma más facil de aprender es verse reflejada en la vida de los otros, lo que he aprendido es que estas mas sola cuando no te tienes a ti misma para cuidarte, apacharte, quererte, amarte, valorarte, es verdad que a veces se extraña la compañia intima, amorosa, pero si no es amorosa, de correspondencia mutua, se que es mejor estar sola, pero teniendome a mi misma.
El leer me distrae, y si de nuevo gracias por compartir.
Que tengas un lindo fin de semana