Juego de hombres

Recuerdo a un papá contemporáneo sorprendido con la creatividad y habilidad de su respectivo padre para jugar con los nietos: “Con cualquier cosa inventa un juego que divierte a mis hijos, no necesita juguetes para tenerlos entretenidos. Yo en cambio, el fin de semana que estoy con ellos se me hace largo porque no se me ocurre a qué jugar, me siento torpe e inútil”.

A muchos papás de nuestra época, cuando por fin el trabajo les permite hacer lo que tanto desean: estar con sus hijos, les surge la pregunta: “¿Y ahora que hago?”

Los hombres –más que las mujeres–, solemos tener atrofiada las habilidades para convivir y para jugar con los hijos (la palabra se refiere también a las hijas, a las niñas) porque el proceso de socialización nos deja pocas oportunidades para tal actividad. Desde jóvenes iniciamos un proceso de preparación para acceder al mundo productivo donde la convivencia con niños queda al margen.

Algún día fuimos niños y gozamos del cuidado, convivencia y esparcimiento con papá y mamá, de ahí adquirimos habilidades lúdicas, lo que ocurrió es que se durmieron en el camino hacia la adultez. La buena noticia es que se pueden despertar, solo es cuestión de voluntad.

No será en el mundo de los adultos y del trabajo donde se dará dicho despertar porque éste parece estar peleado con la imaginación y la fantasía. En los centros de trabajo nos piden innovación y creatividad, los espacios y las condiciones para que emerja tal cosa, no son proporcionados; lo que ahí existe es presión y exigencia de resultados tangibles. Es sabido que las mejores ideas, las novedosas, las originales, siguen surgiendo en lugares diferentes al del trabajo: en la casa mientras estamos en la regadera, en el coche, sobre la almohada, ¡mientras jugamos!

Serán los hijos quienes facilitarán el despertar de nuestra imaginación, creatividad y fantasía.

Un ejercicio altamente recomendable para los papás consiste en quedarse el fin de semana con sus hijos y sobrinos (de paso la esposa agradecerá tal ejercicio porque podrá pasar un fin de semana diferente), evitando la tentación de llevarlos a un centro comercial o conectarlos a la televisión o a la computadora.

El reto es no recurrir a las tecnologías ni al consumismo. Verás que cuando los niños tienen oportunidad de proponer y elegir se inclinarán por la convivencia humana, por el contacto con su padre, en lugar de voltear a ver objetos y regalos.

El ejercicio consiste, pues, en jugar con ellos, conocer sus motivaciones, intereses y deseos, así como sus ocurrencias y fantasías. ¿No sabes cocinar? ¿No sabes qué o cuánto comen? ¿No sabes a qué o cómo jugar? Si evitas la tentación de llamarle a tu esposa, a tu mamá o a tu hermana, ellos te lo dirán, mejor dicho, te lo recordarán.

El educador Francesco Tonucci afirma de manera contundente y documentada que el juego “es la ocupación más importante, más elevada y necesaria de la infancia y probablemente de toda la vida del hombre. Los niños que no juegan, o que no juegan bien ni lo suficiente, no serán buenas mujeres ni buenos hombres adultos, ni buenos padres, ni buenos maestros, ni buenos trabajadores, ni buenos administradores”.

Por lo tanto, jugar con los hijos es trascendental. Por eso para ellos es un derecho, y para sus padres (y sus madres) es una oportunidad para disfrutar, además de una obligación.

 

Psic. Gaudencio Rodríguez Juárez

Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!

Join Retos Femeninos

Comentarios

  • Margarita, muchas gracias por compartir las múltiples posibilidades para pasarla bien con los hijos/as. No me sorprende que vengan de una mujer, porque como ustedes están más cerca de la esencia humana. Es a los hombres a quienes el proceso de educación en una cultura machista como la nuestra coarta las habilidades lúdicas. De ahí que tus sugerencias nos enriquezcan sobremanera. Gracias por eso.
This reply was deleted.