Alguna vez te has preguntado cuál es el sentido de la vida? Yo me lo he preguntado reiteradas veces y no solamente cuando uno enfrenta situaciones de enfermedad que pueden ser situaciones límites, sino también frente a algunos sucesos de la vida personal que nos hacen replantearnos cuál es el sentido, cuál es la dirección y cuál es la motivación que nosotros podemos tener en la vida.
Y no necesariamente estamos frente a una situación de crisis personal, simplemente estamos haciendo un alto en el camino, para reflexionar cuál es el sentido. Si nos dejamos llevar por aquello que pensamos y sentimos, o si establecemos barreras internas, que nos reprimen muchas veces y que no nos permiten expresarnos tal como somos.
Muchas veces se ha criticado a los hombres en cuanto a su incapacidad para poder expresar los sentimientos. Y yo creo, que es bastante injusta esa opinión porque no es que el hombre no sepa expresar los sentimientos, simplemente probablemente no lo sienta. No es que no sepa como exteriorizar una manifestación de cariño, un abrazo, un beso, una caricia, sino que muy probablemente no lo sienta. Entonces es injusto, en el sentido de decir: “bueno, no puede expresar sus sentimientos, pero sé que me quiere”. No, no es así. El que tiene un sentimiento profundo hacia la vida o hacia una persona, busca denodadamente dentro de sí la forma de poder manifestarlo. Y la encuentra. Tarde o temprano, pero la encuentra, y hace saber a los demás o a quien tiene a su lado, que tiene un determinado sentimiento y lo exterioriza.
Las mujeres parecería que son más sensibles y hay algunas mujeres que sí, es cierto, son pura sensibilidad. Pero hay otras, que aún teniendo esa sensibilidad muy a flor de piel, por distintos motivos reprimen sus sentimientos por temor, y es comprensible, porque cuando uno enfrenta situaciones críticas en la vida, no quiere volver a vivirlas, no quiere volver a experimentarlas, no quiere volver a sufrirlas. Y de esa manera establecen barreras infranqueables muchas veces, que seguramente no duran toda la vida, pero que durante un cierto tiempo actúan como un mecanismo de protección, y en el mejor de los casos, cuando la persona se lo propone de ese modo, es un buen espacio para el conocimiento interior, para crecer y para determinar qué es lo que se quiere para la vida de ese momento en adelante.
Lo importante es, que cada vez que nosotros nos preguntamos cuál es el sentido de la vida, hay una lección que tenemos que aprender de esa pregunta. Y es en esos momentos cuando uno se siente inseguro y con gran incertidumbre, donde en realidad estamos más dispuestos a aprender. Cuando todo va bien en la vida, o supuestamente bien, porque lo que es bien para uno puede no serlo de ninguna manera para otra persona, nos sentimos con muy poca disposición a que las situaciones de la vida nos enseñen algo. Los sucesos habituales no suponen un reto de aprendizaje alguno. La rutina, el levantarse, ir a trabajar, volver, hacer los mandados, pagar las cuentas, no significan un reto, pueden ser un motivo de preocupación desde el punto de vista económico, pero no es un verdadero desafío de la vida.
Sin embargo, el intentar recorrer un camino nuevo o desconocido, allí uno tiene que estar dispuesto a aprender. Y el hecho de romper con antiguos patrones de conducta, lo que va a hacer es favorecer la creación y la adopción de otros nuevos.
Cuando se empiezan a formar grietas en la estructura de nuestros hábitos, allí comienza a filtrarse la luz.
Nadie es impermeable a nada que le pase en la vida. Y cuando esa forma habitual de vida pasa por un período largo o corto, de confusión, períodos críticos, períodos difíciles, es el momento más adecuado para realizar un profundo análisis de nuestra vida, pero sobre todas las cosas, de nuestra forma de entender el mundo y preguntarse y responderse por qué no me permito determinadas cosas. Si no lo siento, bueno, allí tengo la respuesta. No me lo permito porque no lo siento. Ahora, si lo siento y lo oculto, o lo siento y lo reprimo, alguna razón tiene que haber. Me estoy manejando con los parámetros que siempre me manejé y que me llevaron, en definitiva, a esta situación de crisis personal por la que hoy puedo estar pasando, a pesar de que me pueda sentir en paz y en equilibrio conmigo mismo? Si tú experimentas esta experiencia de introspección, quiere decir que lo que estás viviendo intenta decirte algo importante.
Y generalmente el mensaje, nos dice que tenemos que abandonar ciertas costumbres o ciertos hábitos. Y también podrías encontrarte frente a esto en una situación de confrontación, relacionada con alguna debilidad de la que tú siempre has sido consciente pero que quizás por alguna razón, nunca has querido afrontar.
Cuando estamos en esta situación del sentido de la vida, nos damos cuenta que creímos durante mucho tiempo que vivimos de la mejor forma posible y nos damos cuenta que no fue así, que se puede vivir de una manera diferente y que hay cosas distintas para experimentar y para disfrutar en la vida.
Dr. Walter Dresel
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