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Mi oración y agradecimiento a Dios y a la vida por permitirme cumplir un año más de vida.

A ti madre… por permitir que astillara tu vientre por tenerme en tus brazos.

A ti padre… porque en tu labor silenciosa nunca hiciste alarde de tus acciones esforzadas.

A ambos… porque pueden aún mirarme a los ojos con paternal ternura e indicarme la ruta del bien que me conduce hacia una meta que traspone el límite de lo terreno… y me señala el cielo.

A mis hijos… por ser un trocito de mi alma, corazón y vida.

A mis herman@s y sobrin@s... Que me han dado su amor y apoyo incondicional cuando lo he necesitado.

A mis amig@s... Por lo mucho que he aprendido de todos y cada uno desde que Dios junto nuestros caminos. Porque aún a la distancia sé que cuento con ustedes hoy y siempre.

A todos gracias, mil gracias por ser y estar…

Bendice ¡Oh Señor! A todos los que hoy forman parte de mi vida.

EL PRIVILEGIO DE VIVIR

La vida es un don que viene desde lo alto y que me ha sido dada para disfrutar los goces y las adversidades de la misma.

Aunque disfrutar de los placeres es mi máxima ambición, la realidad es que no sólo debo saborear lo dulce de la vida, sino paladear también el dolor, para estimar la diversidad de su esencia.

A lo largo de mi existencia, se apuran diversos dolores y placeres y el contraste que me ofrecen ambos es el que me hace conocer el sabor variado e interesante de la vida.

Hoy sufro un dolor y mañana tal vez ría por una alegría. Este año murió un ser querido, pero nació otro en fecha muy inmediata en el mismo seno de la familia, y aunque cada acontecimiento me causo diferente efecto, su diversidad me coloca en diferente dimensión, equilibrando así las emociones que van sucediéndose consecutivamente.

Toda esta amalgama de situaciones que  estoy viviendo con menos o más intensidad, algunas veces me consume y otras me aventaja más pronto de lo normal.

Para que mi vida sea honrosa y digna, hoy la encauzo por el camino del cumplimiento del deber, la lealtad y el optimismo, evitando el egoísmo, la egolatría y la indiferencia a los intereses de los demás, sino mejor la vivo sintiendo el placer de servir constantemente, sin sentir temor de acabarse o de envejecer ya que es mejor desgastarse por servir, que vivir vergonzosamente como un ser inútil dedicado a su propia satisfacción lograda a expensas del esfuerzo de otros y del dolor ajeno.

En consecuencia, no me  angustio por ir cada día avanzando más en la vida, más bien hoy me  preocupo  por emplear mejor las energías en beneficio de todos, para que a través de los años los surcos de mi rostro y la nieve de los inviernos en mi cabello, sea un galardón ganado con honrosa dignidad.

Por eso, hoy que cumplo un año más de vida agradezco infinitamente a Dios Nuestro Señor el haberme permitido vivir y disfrutar cada etapa de mi vida.