Un niño criado en un asilamiento sensorial, en un aislamiento afectivo, detiene todo su desarrollo. Y sus dos lóbulos pre- frontales se tratofian, las células nerviosas explotan, hay una muerte de neuronas porque el niño tiene una carencia afectiva.
Un niño privado de afecto, aumenta todas sus actividades "autocentradas" es decir, no le interesa el mundo exterior, tarda en aprender a hablar, todo hecho se convierte para él en estresante. Si le sonríes, tiene miedo. Si le tiendes la mano, para él es como una agresión. Una banalidad para un niño bien atendido es una banalidad. Pero, para un niño que no tiene un entorno afectivo, es una agresión, tiene miedo de todo, y cuando tiene miedo de todo, sus glándulas suprarrenales segregan mucha cortisona. La cortisona entra en las células nerviosas y las hace estallar, Un niño esta privado de afecto, sus células cerebrales explotan porque para él todo es una alerta. Y, sin embargo, existe la posibilidad de superar todo eso.
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