Como papás tenemos la muy mala costumbre de sobreproteger a nuestros hijos. Ya sea por miedo a que sufran, a que no sean capaces de hacer las cosas solos, para seguir teniendo el control sobre ellos, o bien, porque no tenemos un proyecto de vida personal y dependemos totalmente de ellos.
Evitarles el sufrimientos y los tropiezos de la vida es un gravísimo error. Hacerlo evita el aprendizaje, impide que la persona explore nuevas emociones, que al encontrarse ante un dilema sepa como reaccionar y actuar y muy importante, les estamos negando la oportunidad de crecimiento personal, convirtiéndolos a la larga en adultos inesguros e incapaces.
“El arte de enseñar es el arte de ayudar a descubrir” nos dice Mark Van Doren.
Como ejemplos hay muchísimos: hacer la tarea por ellos, recoger su ropa y habitación; defenderlos cuando se pelean con amigos; reclamar cuando el profesor les exige, entre otros muchos. Sobreproteger es impedir que los hijos exploren las consecuencias de no ser responsables, los cuidamos demasiado.
Está comprobado que estos niños pueden mostrar más miedo, inseguridad, tiranía y exigencias dado que están acostumbrados a que les sirvan y les resulevan todo, tienen menos capacidad de esfuerzo, son más apáticos y vagos.
Vamos a analizar cinco ventajas de dejarlos solos: ¡que se tropiecen y sufran!:
1. Educar en la responsabilidad: déjalos de vez en cuando que se queden sin ropa limpia y planchada que ponerse. Dan por hecho que se quitan la ropa sucia y al día siguiente aparece limpia. No envíes notas a la escuela diculpando a tu hijo porque no lleva la tarea o el trabajo. Hasta que ellos no se expongan a las consecuencias de ser irresponsables, no tienen la necesidad de cambiar. ¿Para qué, si no hacer las cosas no tiene consecuencias?
2. Fomentar la autonomía: que dependan de ellos mismos para resolver problemas y buscar soluciones en su vida. Sino dejas que esto ocurra, piensan que el esfuerzo lo tienen que realizar ustedes como papás y adivinar sus necesidades.
3. Fomentar el emprendimiento: si tu hijo quiere comprarse un juguete no le des el dinero a la primera. Motívalo para que busque algunas formas de ganar dinero: ayudando en casa, ahorrando algo del domingo. Lo que sea para que se vuelva más creativo y no espere todo a la primera.
4. Desarrollar su autoestima: la persona que se involucra en su desarrollo, que invierte esfuerzo en conseguir sus metas, que tropieza y se vuelve a levantar y al final lo consigue, se valora de forma positiva. Su actitud ante la vida será: a pesar de la adversidad, puedo y lo consigo.
5. Trabajar su seguridad y confianza: con los hijos debemos ir soltando las cuerdas poco a poco, siempre con mucho amor y seguridad. Estos actos no están reñidos con el concepto de sobreprotección.
Si tienen duda de cómo lo estás educando, pregúntate: ¿esto lo debería saber hacer mi hijo?, ¿es algo que, con un poco de esfuerzo y perseverancia, podría conseguirlo si yo no intervengo?¿las consecuencias de que fracase son peligrosas o solo incómodas?, ¿ayudarle se ha convertido en un hábito en mi vida? ¿qué ventajas y desventajas tiene lo que estoy haciendo?
Cada vez que sobreproteges a tu hijo o hija, le estás impidiendo que aprenda algo nuevo, déjalo que se equivoque. Quédate con esta afirmación: toda ayuda innecesaria es una limitación para quien la recibe.
LUCIA LEGORRETA DE CERVANTES. Presidenta Nacional de CEFIM, Centro de Estudios y Formación Integral de la Mujer.
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