Al mirar atrás en el tiempo no puedo dejar de reírme de lo ignorante e insensato que fui durante la mayor parte de mi vida.
Hasta hace apenas siete años, mi vida respondía a los patrones estándar de la sociedad. El dinero, la imagen, la posición social, el poder, etc., eran mis mantras. Unos mantras que aún sin ser consciente de ellos, me guiaban por un sendero de insatisfacción e infelicidad continua. Sin saberlo, era rehén de una sociedad de consumo carente de escrúpulos, donde el individuo está al servicio del Sistema, y el Sistema ignora las necesidades reales del individuo.
Mi vida deambulaba entre las múltiples actividades que realizaba, y siempre veía la felicidad asomando a la puerta de la esquina, que jamás llegaba a cruzar. Como ejecutivo, el dinero me llegaba en abundancia, pero también lo gastaba casi sin control. Lo que fácil llega, fácil se va.
El día que decidí cambiar de profesión y dedicarme a ser un profesional de mi propia felicidad, todo cambió. Ese día me hice consciente de la incoherencia en la que había vivido hasta ese momento. Había renunciado a vivir mi vida para vivir una vida estándar, dirigida por los mismos criterios y valores que la gran mayoría. Esos criterios y valores que nos inculcan en la escuela, la universidad, la televisión, etc., y de los que nuestros padres son también víctimas. Los padres desean lo mejor para sus hijos, y ese tipo de vida es el que se les ha hecho creer que es el mejor.
Cambiar de rumbo me llevó a conocer una realidad muy diferente. Me llevó a conocerme a mí mismo y a descubrir el modo en que funcionamos las personas. Saber que mi subconsciente está en realidad a mi servicio, y que siempre que lo deseo puedo acceder a él para cambiar lo que no me gusta de mí mismo, fue una sorpresa y una gran alegría.
Cuando comencé a hacer uso de esta capacidad, que todos tenemos, se produjo una gran metamorfosis. Pude ver cómo funcionamos de acuerdo a una programación que llevamos dentro, básicamente creencias y bloqueos emocionales, y cómo cambiando esta programación, automáticamente nosotros cambiamos, y nuestra vida también lo hace.
El día que descubrí a mi subconsciente descubrí realmente el poder que todos tenemos. Podemos vivir con miedo o confianza. Podemos valorarnos o no. Podemos amar u odiar. Podemos fijarnos en lo positivo o en lo negativo. Podemos esforzarnos o renunciar a la primera dificultad. Podemos sacar todo nuestro potencial o dejarlo escondido para siempre. Y podemos ser plenamente felices si lo deseamos.
Personalmente he decidido vivir con confianza, valorarme a mí mismo, amar incondicionalmente, fijarme siempre en lo positivo, ser constante y paciente, desarrollarme continuamente en múltiples facetas, y ser plenamente feliz. Y ¿qué hice para lograrlo? Simplemente deshacerme de algún que otro bloqueo emocional y transformar un buen número de creencias.
Al igual que yo, el poder y la capacidad para vivir la vida que deseas lo tienes tú, y nadie más que tú. ¡No desaproveches tu vida!
Ricardo Eiriz
Creador del Método INTEGRA, de transformación a nivel subconsciente, y autor de los libros “Escoge tu camino a la felicidad y el éxito”, “Un Curso de Felicidad”, “Apunta Alto” y “El Alma de la Salud”
Comentarios
Muchas gracias por sus articulos son muy inteesantes.