Publicado por ARACELI D. el 20 de Octubre de 2010 a las 3:00pm
Me da gusto poder aportar nuevamente algo a este maravilloso sitio, creo que dios nos ayuda aunque nosotros no queramos o pretendamos creer que no esta con nosotros; debido a hechos y sucesos non gratos por los que pasé y por los que nadie quisiera pasar. Pero le agradezco el poder salir adelante y más fortalezida.Quisiera compartir con ustedes un artículo que me envió una amiga; si por que siempre nuestros comentarios eran alrrededor de lo díficil que es compaginar el trabajo con el hogar; sin sentirnos culpables por no poder abarcar todo y que todo marche ala perfección,mal de nostros las mujeres anteponemos la familia y el trabajo antes que nosotras y terminamos autoflagelándonos cuando las cosas no marchan bien en el hogar o en el trabajo. Ahora quisiera anexarles dicho artículo yo se que muchas a leerlo podamos encontrar algo que nos ayude y algunas más no, pero al final de cuentas el objetivo de compartirlo es intercambiar ideas que nos puedan ayudar, se los anexo con todo el deseo que aporte alguna de nosotras un medio de solución.No discutas por las tareas domesticasPor: Daniela Di Segni,De vez en cuando te sucede, como a casi todas las mujeres que conoces. Sientes que todo lo de la casa recae solo sobre tus hombros, que tu familia es desconsiderada, que nadie te da una mano. La batalla por quien hace que, aunque no fue visible durante siglos, viene desde lejos, exactamente desde que muchas mujeres también trabajamos fuera de casa; y sigue en vigencia. Como ya no somos solo amas de casa, tenemos mucho mas trabajo y como no conseguimos o no podemos pagar ayuda con tanta facilidad como antes todo se complica.Las causas del malestar son mixtas y sus orígenes son diversos. Unas no pedimos ayuda y nos mostramos como la mujer maravilla que todo lo puede. Cuando no podemos, los demás no entienden nada y por lo general tampoco reaccionan. Otras no sabemos organizar la casa de manera que la tarea se reparta y terminamos absorbiendo todos los pendientes. Finalmente, otras somos todavía simplemente machistas. aunque no nos guste, estamos culturalmente convencidas de que nos corresponde hacer las tareas domesticas porque nada de lo de la casa entra en la esfera masculina a excepción de arreglar una lámpara, regar el jardín o matar una cucaracha.Así es como llegamos a los bordes de la desesperación, a esos ataques de "No puedo mas, que pretenden de mi, estoy agotada, Alguien me da una mano?"Una psicóloga social norteamericana que ya al comenzar su carrera de investigadora y profesora universitaria sintió el conocido tironeo para conciliar la profesión con la maternidad. Se dedica a estudiar profundamente el tema y, tras diez años de investigaciones, en 1991 escribía un libro de gran éxito: "Tenerlo todo: los resultados de la paternidad compartida". Pregona allí lo que llama la "revolución domestica", que no es más que el estudio de la suma de intentos para inventar y reinventar soluciones para los dilemas de la vida familiar ante los cambios de la situación de la mujer.Porque la discusión por las tareas es motivo a veces de irritación menor y otras de conflicto mayor en la vida cotidiana de muchos hogares merece un poco de análisis.Factores que llevan al conflicto*No hablar claro desde el primer día. No estamos mas en la época de los roles predeterminados, es necesario dejar sentado lo que cada uno espera.*No pedir ayuda a tiempo. Solicitar ayuda no es la mayor de las virtudes femeninas sino que tenemos cierta tendencia natural a pedirla cuando el agua nos esta cubriendo.*No trabajar para obtener beneficios. La forma de modificar una situación es negociar (yo hago esto, tu aquello) con el otro (no solo es con la pareja sino con los hijos y demás personas que conviven) para mejorar la situación y eso requiere cierto esfuerzo.*No establecer un organigrama adecuado con instrucciones claras. Una vez acordado algo se recuerda mejor si, por ejemplo, se pone un cartel o una lista en la puerta del refrigerador.*Conservar el errado concepto de que hay tareas masculinas y femeninas. Todos pueden hacer todo. Poner el lavarropas y colgar la ropa, cocinar o cambiar pañales no son aptitudes genéticamente femeninas.Soluciones*Las pautas claras ayudan al orden y al buen humor sobre todo si surgen de una negociación.*Hay trabajos diarios que todo el mundo detesta como lavar los platos, sacar la basura, poner y quitar la mesa. Esas tareas deben ser rotativas. Una semana cada uno para que nadie se sienta perjudicado. Los trabajos mas espaciados como pasar la aspiradora, limpiar los pisos o los vidrios deben rotarse también.*Cualquier tarea es mucho mas grata, y tarda mucho menos, si se hace en equipo. Para esto conviene aclarar que prefiere hacer cada uno para que reine el buen humor.*Todos, sin excepción, pueden desempeñar tareas en la casa. Guardar la ropa, recoger los juguetes y ordenar el cuarto son actividades que se pueden realizar desde muy pequeños.*Aunque al principio cueste, hay que ser consecuentes para hacer cumplir las pautas establecidas pero flexibles para modificar lo necesario sobre la marcha.Son pocos todavía quienes comparten de manera igualitaria las tareas domesticas, pero vale la pena el intento por el bienestar de la familia y para ayudar a marcar pautas nuevas en la sociedad.
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