–¿La poesía acude allá donde la filosofía se muestra incapaz?–En cierto modo. La diferencia tal vez esté en el modo de relación que se establece con las cosas en una y otra modalidad de la palabra. Son dos quehaceres distintos. La incapacidad de la filosofía, de cierta filosofía, radica en el empeño en dar respuestas a preguntas que no la tienen. En esos campos, el canto es útil. Y el poema es un canto. La filosofía pretende obtener respuestas universales. Habla en plural: “los cisnes son blancos”,dice, “si esto es un cisne, entonces es blanco”. El poema mostraría el cisne, diría algo acerca de cómo sentirse con respecto al cisne. La incapacidad de la filosofía está en la necesidad de universalizar cuando se enfrenta con las sensaciones, que siem-pre son singulares.–¿Qué tiene de especial el poeta?–Si se refiere al que fabrica artefactos con las palabras, dependerá de sus conocimientos y de su destreza. Pero el poeta, en el sentido fuerte del término, no es quien fabrica arte-factos sino quien sabe aquietar su mente, escuchar, escucharse, y luego, murmurar, bajito, muy bajito. El poeta es un caracol. Su aprendizaje no es la métrica, sino la humildad.–Dicen que la poesía en España se lee poco y mal, ¿le preocupa su condición marginal?–Lo más importante siempre está en los márgenes. Me preocuparía que dejara de situarse allí.–Aún así se le acumulan los premios, ¿suponen un respaldo o una incómoda satisfacción?–Ambas cosas.–Además de ‘Matar a Platón’, ¿cree que también es necesario asesinar al autor, despojarle de su aureola romántica como decían en los setenta?–Sí. El mayor problema que tiene cualquier tipo de obra, hoy en día, es la autoría. Querer mostrar quien se es por medio de lo que se hace. “Papá, papá, mira lo que hago” En realidad, es un síndrome de infantilismo. De esta manera la obra se convierte un me-dio en vez de ser un fin. El poema hade mostrarse tan sólo cuando uno pien-se que puede ser útil para otros.–¿Qué papel desempeña la poesía en los ‘Hilos’ del pensamiento?–Mejor pregúnteme qué papel desempeñan los hilos en el poema. Porque de eso se trata, de observar los hilos, la sucesión de imágenes que se suceden… iba a decir en la men-te, pero la mente no existe, las imágenes sí, y con ellas, generalmente, nos identificamos, y generan lo que llamamos estados senti-mentales. Si los observamos, podemos distanciarnos de ellos. Esto, en algunas ocasiones resulta muy útil.– Gombrowicz decía que la poesía no está, pero se intuye detrás de muchas cosas, ¿en qué espacios interiores y exteriores se encuentra con ella?–Verá, la poesía no existe. Existe el poema. Y también la actitud. Una cierta receptividad. Un dejar que el mundo, dentro y fuera, acontezca.“Dentro y fuera”, “interior” y “exterior”, en realidad, es una falsa dicotomía. El mundo es siempre repre-sentado. Siempre ocurre dentro, la mente como pantalla. Asistir a la representación, de eso se trata.–¿Dónde está la poesía de Benarés? ¿Y la de Málaga?–Benarés vibra intenso y lento. Eso se palpa en las riberas del Ganges, es el ritmo del arrastre de las chanclas. Incluso en el centro de la ciudad, donde aparentemente reina el caos, y el ruido es infernal, incluso allí, paradójicamente, puede sentirse ese tiempo detenido. Málaga es más bulliciosa, más de lo que aparenta. Vibra más veloz, más impa-ciente. La transparencia del aire también contribuye a ello. Es otro tipo de intensidad.–¿Qué significa Bélgica para usted?¿Evocación del inicio, de la infancia?–Sí. En mi libro de memorias, ‘Bélgica’, es algo así como una Ítaca,un lugar al que uno quiere volver porque no sabe que no es el lugar lo que busca, sino la infancia. Nací en Bélgica y pasé allí mis primeros doce años. Son probablemente, para todos, los años más importantes de nuestra vida, los que más huella nos dejan. Pero en 1969 (tenía diecisiete años) renuncié a la nacionalidad belga para adoptar la española. Así que puedo decir que soy más española que todos aquellos que nacieron después de esa fecha. Aún así, siguen hablando de mí como de una “belga afincada en Málaga”…–También hablan mucho de su estado de salud...–En efecto, parece que hay periodistas aficionados a las coletillas yeso de “grave enfermedad” debe tener cierto morbo. Lo que padezco son las consecuencias, por lo visto permanentes, de una radioterapia que me dieron hace ocho años. Pero eso no es una “grave enfermedad”, sino un error de cálculo.–¿Es posible conjurar el dolor a través de la poesía? La escritura terapéutica, ¿es una falacia o un síndrome?–Una estrategia. Desde siempre los seres humanos hemos proyectado fuera lo que en nuestro interior nos incomoda, nos inquieta, nos divide o nos duele. Una vez fuera, es manejable. Podemos dialogar con ello, y hacer pactos. Lo que hacen los niños con sus muñecos, los adultos con sus dioses. También podemos transformarlo o, al menos, como en el caso del dolor, atenuarlo. Porque el sufrimiento es más cuando uno se identifica con él; si nos distanciamos de nuestros estados, éstos se hacen más llevaderos.–¿Qué le supuso el descubrimiento de Oriente?–Oriente es muchos orientes. Losque me han atraído son los más alejados de nuestra cultura. Su descubrimiento es el descubrimiento del otro, de lo otro, la posibilidad que te brinda de franquear tus límites, tus prejuicios. Yo los distinguiría dela siguiente manera: los orientes monoteístas, más próximos, en razón de ello, a la cultura de Occidente, y los que no lo son. Estos últimos son los que más me han atraído siempre. El pensamiento chino me mostró que no es utópico considerar que un Estado pueda gobernarse sin necesidad de apoyarse en una religión. En India, por ejemplo, descubrí, entre otras cosas, la sacralidad de todas las cosas del universo, que todo forma parte de todo.–¿En qué se equivoca el mundo occidental?–Supongo que todos nos equivocamos. ¿Cómo no equivocarse cuando tenemos la ignorancia por nodriza? Pero deberíamos procurar equivocarnos sin prepotencia. Oc-cidente ha sido siempre peligrosamente prepotente. Un poco de humildad no nos vendría mal. Aprender del otro en vez de colonizarle y utilizarle.–¿Oriente es una región del alma como decía Oscar Wilde?–El alma, tal como la entendemos aquí, es un concepto que pertenece al monoteísmo. A cada cual su alma, su cerebro, su abrigo. Lo que más se le aproxima, en India, es el ‘atman’, pero éste no es personal. Es aquello que somos bajo las diferencias, aquello que nos unifica a todos, algo así como la palpitación del universo, y su conciencia. Pero esto es lo que enseñan las antiguas escrituras. India es ahora ante todo una sucursal de la sociedad mercantil de Occidente. Nos dan todo lo que queremos, la eternidad a precios asequibles y, a cambio, compran nuestros cosméticos y dejan el sari por vestidos confeccionados en Milán. Estamos demasiado acostumbrados a considerar las naciones orientales como proveedores y mano de obra, bien puede ser que pronto nos encontremos siendo nosotros una sucursal de Oriente, empezando por China.–El lenguaje, especialmente en Occidente, ¿es sencillamente incapaz de atrapar la realidad? ¿por qué tanta tiranía del concepto?–Tal vez sea que nos ceñimos demasiado al lenguaje, a su gramática. Los conceptos son herramientas que nos sirven para comunicarnos, el problema aparece cuando, de esos conceptos, formamos realidades: la muerte, el amor, la poesía… No existe la muerte, lo que hay son seres que han dejado de existir; no existe el amor, sino personas que se sienten atraídas por otra. La realidad acontece en singular.–Su encuentro con Michaux, uno de los autores que más ha traducido, ¿también fue una ventana a Oriente?¿Qué es lo que le separaba de sus compañeros de vanguardia?–Michaux nunca formó parte de las vanguardias, aunque fue influido por el surrealismo, principalmente en la primera parte de su obra. Loque más me interesa de él es la se-gunda parte, a partir de 1948. Del inicio de esta segunda etapa son sus ‘Meidosems’, un texto genial que he traducido y que aparecerá muy pronto en Pre-textos. No es Oriente lo que me interesa de Michaux, sino su sinceridad y su capacidad de observación interior, algo que, ciertamente, tiene que ver, aunque en este caso indirectamente, con la India.–¿Qué acento tendrá su próximo poemario?–No sé si habrá poemario. Antes que el poemario, en mi caso, siempre hay diario. Ésa es mi escritura más personal, más despojada de artificios. En ella puedo aunar sin problemas la reflexión con el ritmo o, como dicen ustedes, la filosofía con la poesía. Ése es mi ámbito. He apostado por ella como modalidad de escritura ya en tres ocasiones, y habrá una cuarta. Primero fue ‘Filosofía en los días críticos’, luego mis ‘Diarios indios’ y, más tarde, ‘Husos’, un libro íntimamente relacionado con los poemas de ‘Hilos’. En realidad ‘Husos’ es el contexto vital de ‘Hilos’, quien quiera conocer la tramoya de los poemas ha de ir a buscarla allí. Lo próximo será ‘Bélgica’, un cuaderno de la memoria, del que ya hablé antes. Pero, antes que eso, habrá un ensayo, ‘Contra el arte’, que, según las previsiones editoriales, saldrá en septiembre.
Enviadme un correo electrónico cuando las personas hayan dejado sus comentarios –

¡Tienes que ser miembro de Retos Femeninos para agregar comentarios!

Join Retos Femeninos